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La mitad de los escaños de Castilla y León se juegan en el mundo rural

Un colegio electoral, en una imagen de archivo.

Alba Camazón

Los escaños se juegan en los pueblos. El pasado 28 de abril el 46% de los votantes de Castilla y León procedían del medio rural, de aquellos municipios con menos de 10.000 habitantes. Una cifra que se incrementa en las provincias con mayor peso de la población rural y con capitales más pequeñas. Los castellanos y leoneses eligen 31 diputados para que les representen en el Congreso, que pueden variar de signo en función de lo que vote el medio rural, puesto que los municipios de menos de 10.000 habitantes aglutinan más de medio millón de votos, cerca de la mitad de los votantes de la Comunidad.

El PSOE consiguió el 29,8% de los votos castellanos y leoneses en las elecciones generales de abril. 450.531 ciudadanos apoyaron a los socialistas. La mitad (202.716), pertenecen al medio rural, que tradicionalmente ha votado al Partido Popular, que perdió también en los pueblos en los comicios de abril. De hecho, el PP obtuvo un puñado de votos más en los pueblos (200.839) que en las ciudades (200.100 apoyos). Sin embargo, no fue suficiente para el tradicional feudo 'popular'. En esta ocasión, el PSOE venció por la mínima en el medio rural, en parte debido a la división del voto de la derecha. 

De los 286.000 votos que recibió Ciudadanos en Castilla y León (8 diputados), el 61% procede de zonas urbanas. Vox solo consiguió un diputado en Castilla y León, por Valladolid. 29.918 vallisoletanos le apoyaron desde las ciudades y 15.876 desde los pueblos. En Castilla y León, la mayoría de los votantes de Vox vive en municipios de más de 10.000 habitantes (53%). Todavía es mayor el apoyo de Unidas Podemos en las ciudades, a pesar de que se quedó sin representación en abril. El 61% de los votantes de UP en Castilla y León vivía en ciudades.

El voto rural es “más conservador” y “menos volátil” que el urbano “porque en el medio rural viven personas más mayores, con menos probabilidad de modificar su voto que los jóvenes”, explica a este diario la profesora titular de Ciencia Política en la Universidad de Salamanca, Mercedes García Montero, especializada en la investigación del comportamiento electoral. Los votantes más mayores, son los que, generalmente, se mantienen “más fieles” al PP y el PSOE. De hecho, en los municipios más envejecidos, según los datos del INE, vence el bipartidismo.

El bipartidismo resiste en el medio rural. 'Populares' y socialistas han vencido en el 93,87% de los pueblos más pequeños. Concretamente, el PP ha ganado en 303 de los 408 pueblos de menos de cien habitantes. El PSOE, en 70. Y han empatado en un decena de municipios. 

En Castilla y León hay 154 municipios con una edad media superior a los 60 años, según el Atlas de distribución de renta de los hogares del INE. En 153 de estos 154 municipios más envejecidos ganan el PP o el PSOE. La única excepción, La Rinconada de la Sierra (Salamanca), de 117 habitantes. Allí ganó Ciudadanos (26 votos) frente a un PP que se quedó con 24 votos. Este estudio no tiene en cuenta a los municipios de menos de cien habitantes, donde normalmente la edad media es todavía mayor por el envejecimiento de la población.

Valladolid, Burgos y León son las provincias donde menos peso tiene el medio rural en el momento de elegir a sus diputados. Esto se debe a que, además de la capital de provincia, ambas provincias tienen otros núcleos urbanos: Laguna de Duero, Medina del Campo y Arroyo de la Encomienda (Valladolid), Aranda de Duero, Miranda de Ebro (Burgos), La Bañeza, Astorga, Villaquilambre, San Andrés del Rabanedo, Ponferrada (León). En estos municipios viven 62.000 vallisoletanos, 68.046 burgaleses y 136.071 leoneses.

La España Vaciada y la despoblación han formado por primera vez parte de las campañas y debates, aunque sea de forma limitada. El medio rural ha aparecido en los anuncios electorales del PP, Ciudadanos y Unidas Podemos. El PP, que perdió en abril en un histórico feudo como Castilla y León, busca recuperar todos los diputados que se le escaparon el 28-A. Ciudadanos lucha por no perder sus ocho diputados como predice el CIS y Unidas Podemos quiere reconquistar, por lo menos, en las circunscripciones en las que ganó en 2015: Burgos, León y Valladolid.

García Montero asegura que el mundo rural se ha situado en la agenda pública por las demandas y reivindicaciones de los ciudadanos de la España Vaciada “que se sienten agraviados por la falta de oportunidades generada por la ausencia de infraestructuras, servicios y de una adecuada estrategia de políticas de lucha contra la despoblación y el envejecimiento”. “

Además, el incremento de la fragmentación política dificulta al PSOE y al PP concentrar el voto en alguno de los dos partidos, que centran su campaña precisamente en esa concentración del voto. “Estratégicamente, partidos como Ciudadanos y Vox han pasado a competir en estas provincias porque saben que pueden quitarle un escaño a estos dos partidos”, asegura García Montero.

“En una campaña tan competitiva y fragmentada como las que estamos viviendo, no pueden arriesgarse a perder ningún voto”, concluye esta investigadora de la USAL.

Castilla y León cuenta con nueve circunscripciones (una por provincia) y reparte 31 diputados en función de la población de cada provincia. Así, Soria únicamente tiene 2 (la única provincia española que reparte tan pocos), mientras que Valladolid reparte 5. En las grandes circunscripciones como Madrid, Barcelona o Sevilla hay una correspondencia entre los porcentajes de votos y escaños. Esto no existe en Castila y León, donde los partidos más pequeños no consiguen obtener escaños.

Algunas provincias, sobrerrepresentadas

Sin embargo, el método D'Hont y las circunscripciones permiten una “sobrerrepresentación” de las provincias más pequeñas. Aquellas que reparten menos de seis escaños (todas las de Castilla y León) aportan el 30% de los diputados pero su población no supone el 30% de la población española, concreta García Montero. Por este motivo las quejas son habituales, puesto que “obtener un escaño en Barcelona puede costar cinco veces más que obtener un escaño en Soria”.

La supresión de las provincias como circunscripciones, como se ha debatido estos últimos años, requiere cambiar la Constitución, para lo que se necesita una mayoría de tres quintos (210 diputados). Al PP soriano le han bastado 13.887 votos en esa circunscripción para tener un diputado, muchos menos de los que ha obtenido en Valladolid (78.433) para tener un solo escaño. 

Los principales promotores de esta modificación son las terceras y cuartas fuerzas, que suman votos sin lograr escaños, lo que consideran injusto. En el hipotético caso de que Castilla y León se convirtiera en una única circunscripción, Vox y Unidas Podemos ganarían escaños en detrimento del PSOE, PP y Ciudadanos.

Si se fijaran las autonomías como circunscripciones, se beneficiarían los partidos minoritarios. Sin embargo, la representación territorial sería menor, precisamente porque los sorianos, por ejemplo, no enviarían ningún representante local al Congreso de los Diputados.

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