Este artículo ha sido publicado en el blog Agenda Europea, de la Fundació Catalunya Europa. Agenda Europea
La cooperación transfronteriza es un elemento fundamental en la construcción de una Unión Europea realmente unida. Sin duda la “desaparición” de las fronteras entre los Estados miembros supone un paso adelante en esta voluntad de trabajo conjunto entre los diferentes territorios a ambos lados de la frontera. Los territorios fronterizos, que durante años habían sido puertas sin salida, son hoy puertas de entrada, corredores que facilitan la conexión entre diferentes territorios, y tienen ventajas -en relación a otras regiones- que los hacen de especial interés.
La Unión Europea financia programas y proyectos que trabajan para mejorar la cooperación entre los territorios transfronterizos, y que ayudan a alcanzar los grandes objetivos establecidos por las políticas comunitarias. En el caso de Cataluña, como región transfronteriza, forma parte de varias redes de cooperación territorial, entre las que destaca la Comunidad de Trabajo de los Pirineos (CTP), formada por las regiones fronterizas de España, Francia y Andorra.
La CTP, tal como se autodefine, “tiene como principal objetivo contribuir al desarrollo del macizo pirenaico, asegurando que se tienen en cuenta las apuestas y la preservación de la riqueza. Por ello, se implica de manera importante a favor de la cooperación transfronteriza.” Los proyectos y presupuestos de esta comunidad van ligados a los marcos presupuestarios de la Unión Europea, bajo el programa Interreg VA, integrado dentro de los fondos de cooperación región y en específico para la cooperación transfronteriza. Recientemente se ha aprobado el nuevo marco financiero para la CTP para el sexenio 2014-2020, dotado con 189 millones de euros procedentes de los fondos FEDER. Estos fondos deben servir para trabajar en proyectos comunes en ámbitos como la gestión del medio ambiente, la I+D, la movilidad sostenible o la formación.
Cataluña, pues, puede desarrollar proyectos interesantes y muy importantes para comarcas donde la cooperación transfronteriza es vital para el desarrollo socioeconómico, como el Empordà, la Cerdanya, el Urgell o el Arán. Pero también otros espacios más alejados de la frontera, ya que es el conjunto de Cataluña que forma parte de los territorios reconocidos por la Unión Europea como espacios elegibles como beneficiarios de proyectos financiados bajo el paraguas de la CTP. Sin embargo parece que el gobierno de la Generalitat de Cataluña no tiene especial interés en participar de forma activa en estas iniciativas.
El olvido por parte del gobierno de las relaciones transfronterizas ha hecho frenar también otras iniciativas importantes para el territorio, como es la aprobación del Eurodistrito del Espacio Catalán Transfronterizo. Un proyecto nacido desde el territorio hace casi una década, que tuvo el apoyo firme de anteriores gobiernos, pero que parece que hoy no es una prioridad. Reconociendo las dificultades para tirar adelante esta iniciativa por la necesidad de intervención por parte de los gobiernos centrales de Francia y España, otros ejemplos pasados hacen pensar que con más voluntad por parte del gobierno catalán se podrían conseguir iniciativas como esta. El mejor ejemplo es el éxito que supuso la construcción y puesta en funcionamiento del Hospital Transfronterizo de la Cerdanya, ejemplo de cooperación entre Cataluña y Francia.
Esta situación de olvido actual por parte de los responsables del Gobierno contrasta con la alta actividad -también importante y necesaria- en cuanto a las relaciones internacionales de la Generalitat, que impulsa representantes en el exterior para explicar la situación de Cataluña en el mundo y como herramienta de internacionalización de la economía y la cultura. Sin duda de gran relevancia. Pero la cooperación transfronteriza, además de impulsar las relaciones internacionales y diplomáticas, tiene una vertiente territorial muy importante. La cooperación entre los territorios de ambos lados de la frontera tiene un impacto positivo en el funcionamiento del territorio. El trabajo conjunto y los proyectos desarrollados entre los agentes de los dos estados garantiza un funcionamiento coherente, y ayuda a resolver las dificultades que surgen por los efectos que tiene la frontera. La mejora de las comunicaciones con transportes comunes que no acaben por donde pasa una línea de límite -o los intercambios lingüísticos y culturales-, la gestión de los espacios naturales comunes y la lucha contra los riesgos ambientales son algunos de los ejemplos en los que la cooperación es fundamental para el buen funcionamiento del territorio.
La CTP es el principal organismo con capacidad de gestionar una importante cantidad de fondos que ayuden a impulsar realmente importantes proyectos por el territorio. Hay otros, pero este organismo es el más importante. Por tanto, una implicación decidida por parte del Gobierno de la Generalitat de Cataluña y de los agentes locales es de gran importancia para poder crear las estrategias que sean más interesantes para los diferentes territorios.
La Generalitat debería recuperar el papel de actor principal en el fomento de las relaciones transfronterizas. Una cooperación que, por un lado, ayuda a desarrollar proyectos que son fundamentales para el territorio y, por otro, puede ayudar a demostrar que Cataluña es una nación con una clara vocación europea, que apuesta por un futuro en común en una Europa más fuerte y sin fronteras, y que quiere ser un actor decisivo en su construcción.