Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
La guerra entre PSOE y PP bloquea el acuerdo entre el Gobierno y las comunidades
Un año en derrocar a Al Asad: el líder del asalto militar sirio detalla la operación
Opinión - Un tercio de los españoles no entienden lo que leen. Por Rosa María Artal

La tragedia de ser madre soltera en Marruecos: del rechazo familiar a la pena de cárcel

Fotograma del documental 'Mothers'.

Lúa Pena Dopazo

1 de diciembre de 2021 22:30 h

3

“Ser madre soltera te convierte en una proscrita”, explica Mahjouba Edbouche, fundadora de la asociación Oum El Banine, que se dedica a asistir a mujeres solteras embarazadas. Según el Código Penal marroquí, las personas de diferentes sexos que mantengan relaciones sexuales sin estar unidas por el matrimonio pueden ser condenadas a entre un mes y un año de cárcel. Además, las mujeres que se quedan embarazadas sin estar casadas pueden ser acusadas de dedicarse a la prostitución. 

 “Me sorprende que aún sea un problema que haya madres solteras. Ahora las niñas van a la escuela. Incluso hay chicas que son ingenieras, pilotos o catedráticas, pero en cuanto a la familia y la maternidad todo sigue igual, porque la cultura y la mentalidad no han cambiado, así que lo que traiciona a las madres solteras es la hipocresía social”, afirma Edbouche en el documental ‘Mothers’, que DocsBarcelona estrena este jueves y que se proyectará en más de 70 salas durante el mes de diciembre. 

“Tu madre te pidió que te deshicieras del bebé y volvieras a casa. Y te pide que te hagas una cesárea para fingir que todavía eres virgen pero, aunque ella no lo acepte, la realidad es que dentro de poco darás a luz y serás madre”, le dice Edbouche a una chica que ha acudido a la asociación Oum El Banine. Muchas de las mujeres que llegan a esta entidad lo hacen cuando el embarazo ya pasa de los tres meses, otras solo unos días antes del parto y, la gran mayoría, se presenta sin habérselo explicado a nadie de su familia. 

El miedo a la reacción de sus familiares al enterarse del embarazo y la culpabilidad son los dos sentimientos que comparten todas y cada una de las mujeres que acuden a la asociación de Edhouche. Sin embargo, ella les insiste en que tienen que decírselo a alguien de su familia por si les pasa algo durante el parto, por si algo sale mal y son ellos quienes tienen que hacerse cargo de la criatura. Pero también para que la familia, en el caso de las que se han ido de casa sin avisar a nadie, esté más tranquila sabiendo que se encuentran a salvo y en un lugar seguro. 

Entre los casos de las seis mujeres que acuden a la asociación de Mahjouba Edbouche a lo largo del largometraje, destaca el de una que ha tenido cuatro hijos con un mismo hombre sin estar casada. Todo iba bien, pero cuando ella le mencionó que tenían que hacer el papeleo para registrar a los niños, el hombre desapareció. “Es evidente que los niños son suyos. Usted los ha parido, pero él debería reconocerlos, aprovechando que hay un decreto temporal que permite registrar a los niños que no lo estaban hasta ahora”, le explica el abogado de la asociación a esta mujer. 

Otra de ellas, Fátima, recurre a la asociación sin que nadie de su entorno lo sepa, así que lo primero que hace Edhouche es avisar a los padres de la chica para que sepan que está bien y les pide que vayan a verla al día siguiente, porque tiene que contarles algo. “Llamamos a los padres para que puedan decidir si se quieren reconciliar o tomar cualquier otra decisión”, aclara la fundadora de Oum El Banine.

Los padres de Fátima reaccionan de manera muy diferente al enterarse de que su hija está embarazada: el padre escucha la noticia con serenidad y le dice a su hija que se lo podría haber contado. En cambio, la madre rompe a llorar y se muestra enfadada: “Tendrías que haber pensado en la reputación de la familia”. “No es la primera a la que le pasa ni será la última, esto pasa en todo Marruecos”, dice Edhouche tratando de tranquilizar a la madre y añade: “¿Deberíamos querer a nuestros hijos solo cuando hacen lo que nosotros queremos?”. 

La asociación Oum El Banine fue creada en 2001, pero Mahjouba Edhouche lleva más de treinta años luchando por mejorar las condiciones de vida de las mujeres y los niños marroquíes. Basándose en su experiencia Edhouche sostiene que “los padres pueden enfadarse, pero nunca abandonan a sus hijos”. Por contra, “es muy difícil que una mujer embarazada, que no está casada, encuentre trabajo y, además, corre el riesgo de ser acusada de ejercer la prostitución”, explica el abogado de la entidad.  

Edhouche cree que el problema de la estigmatización de las madres solteras radica en que el mundo y la tecnología han cambiado mucho, no obstante, a las mujeres marroquíes se les sigue inculcando que lo más importante es encontrar un buen marido. “Las madres no son conscientes de la presión que ponen sobre sus hijas, además, muchas no les dejan vivir la vida como quieran ni tomar sus propias decisiones”, denuncia. “Otra cuestión discutible es si deberíamos castigar a los hombres que salen con mujeres para divertirse, porque a causa de nuestras convenciones y nuestra cultura es poco habitual que una mujer dé los primeros pasos para iniciar una relación sexual”, sentencia. 

Además de retratar la labor de Mahjouba Edbouche en la asociación, la cinta dirigida por Myriam Bakir muestra a Edbouche impartiendo charlas en las universidades de todo el país para concienciar a los jóvenes sobre los problemas legales que puede desencadenar un embarazo extramatrimonial, pero también, para reivindicar que “para hacer un niño se necesitan dos personas, así que ambos son responsables, no solo la mujer”.

Etiquetas
stats