El debate sobre la independencia abre una brecha entre CDC y Unió
El debate que se abierto en Catalunya sobre la independencia está provocando una crisis sin precedentes entre Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y Unió Democràtica de Catalunya (UDC), los dos partidos que forman la coalición CiU. El consejo de Barcelona de CDC aprobó el lunes una durísima declaración de dos páginas en la que critica las “discrepancias” que ha expresado públicamente Josep Antoni Duran i Lleida sobre la posición que han tomado Artur Mas y CDC en favor del derecho a decidir.
El texto denuncia que la actitud de Duran i Lleida contribuyó “a la pérdida de apoyos electorales” y que genera “confusión y frustración” entre los electores del partido. Por todos estos motivos, el consejo de Barcelona de CDC pide en su declaración al Comité Ejecutivo Nacional del partido que tome cartas en el asunto. El secretario de organización de CDC, Josep Rull y el secretario general de CDC, Oriol Pujol, estaban presentes durante la discusión del este documento que se aprobó por unanimidad, aunque los dos mandatarios no participaron en la votación.
Durante todo el día, el fuego de CDC-Barcelona se ha intentado mantener bajo control y el propio Artur Mas ha asegurado a los periodistas que “no hay que leer la reacción de la federación de CDC de Barcelona como un problema grave” y ha añadido: “Estamos en un momento de gran trascendencia como país y debemos dejar de lado lo que no es principal, el resto es secundario”.
Pero desde las filas de Unió, la declaración de CDC se ha leído de otra manera. La portavoz del partido democristiano, Marta Llorens, ha publicado primero un tuit criticando que la declaración es “una gravísima irresponsabilidad, ofende a la inteligencia, evidencia mala fe y demuestra que han perdido de vista la realidad”. Pero la portavoz ha ido subiendo de tono: “CDC de Barcelona quiere hundir al President? Para presentar a quien? Más valdría que se preocuparan por el embargo de su sede”.
Llorens se refería a uno de los temas tabú dentro de CDC, que en julio del año pasado tuvo que presentar las escrituras de la propiedad de su sede como fianza ante el juez que investiga el Caso Palau.
Durante toda esta tormenta, Josep Antoni Duran i Lleida se encontraba en Chile. El líder democristiano, siempre muy activo en Twitter, se limitó a decir que se trataba de una “gran irresponsabilidad” y que se esperaba a ver qué diría la dirección de CDC.
Las graves acusaciones entre los dos partidos, que siempre han mantenido tensiones pero jamás a este nivel, llegan el día antes en que está previsto que el Parlament apruebe una declaración a favor de la soberanía y del derecho a decidir de los catalanes.