La política de externalizaciones que aplican las grandes empresas produce efectos insospechados. Esto es lo que pasa en la oficina comercial de Endesa en Barcelona, situada en la Gran Vía 608. Este servicio, que permite realizar a los usuarios gestiones presenciales de la compañía eléctrica, estaba gestionado por la sociedad Eulen. Pero, a partir del 1 de enero de esta tarea se encargará otra sociedad también multinacional, Accenture outsourcing, que ha ganado la licitación instada por la eléctrica.
En una situación normal la empresa que logra el encargo se subroga los trabajadores que realizan la gestión. Así lo ha entendido Eulen, que ha comunicado a sus empleados que a partir del 1 de enero serán dados de baja. Esto se haría aplicando el artículo 44 del Estatuto de los Trabajadores que regula la sucesión entre empresas.
Pero, he aquí que el 10 de diciembre pasado Eulen informó a sus trabajadores que Accenture la empresa adjudicataria del servicio, se niega a aceptar que el traspaso entre empresas sea una sucesión y que no se subrogará los contratos de trabajo. Dos días más tarde, Eulen informa al comité de empresa que dará de baja los 23 empleados afectados por esta situación coincidiendo con la finalización del contrato de gestión, el 31 de diciembre de este año. El responsable de recursos humanos de Eulen informó a los trabajadores de la puesta en marcha de lo que supone la aplicación del artículo 44 del Estatuto de los Trabajadores. Paralelamente, Accenture Outsource Services niega la posibilidad de asumir los trabajadores, pero lo hace sin referirse a ningún precepto legal que sustente su posición.
La situación en este momento es que una empresa anuncia a los trabajadores que les dará de baja y la empresa que usualmente se subrogaría los contratos de trabajo no se da por aludida, mientras que Endesa no dice nada. En medio de todo esto están los usuarios, que pueden verse afectados por una situación kafkiana.
Raquel Peña, de la sección sindical de Eulen telemarketing explica que en estos momentos la situación de los trabajadores que realizan este servicio es dramática: no saben si continuarán trabajando una vez acabe el año. Pero es que si finalmente pierden el trabajo lo harán sin cobrar nada como indemnización por despido. «La única opción que queda es presentar una demanda por despido» explica.
Se da el caso de que Eulen situó en esta oficina que atiende muchas de las gestiones que los usuarios de la eléctrica demandan presencialmente a personal que antes había asumido la gestión telefónica en el denominado CAT y que estaban acostumbradosç a responder las cuestiones que los clientes hacían respecto a la sociedad energética. Éste era personal fijo de Eulen, que pasó, para dar un mejor servicio, a atender presencialmente.
En opinión de los responsables sindicales de Eulen, no es fácil que personas que no estén avezadas a atender al público en cuestiones específicas como son las de la sociedad de suministros eléctricos puedan ser sustituidas por gente nueva: «acaban de cambiar el sistema de gestión informática de la oficina por uno de Oracle que cuesta un tiempo hacer funcionar con cierta desenvoltura », asegura Peña.
Endesa lleva a cabo una política agresiva de subcontratación de servicios. Otro ejemplo es el de mantenimiento de las líneas de suministro, que están adjudicadas a compañías en unas condiciones muy duras. Esto ha hecho que en Cataluña estas empresas hayan reducido sus plantillas un 50% desde 2010 y apliquen unas políticas salariales muy restrictivas. De resultas de ello los trabajadores del sector convocaron dos jornadas de huelga a principios de mes.
Sobre este blog
El Diari del Treball es un blog con voluntad de reflejar, tanto desde la información como la opinión, la lucha por preservar los derechos laborales y económicos que la crisis pone ahora en peligro. El blog está coordinado por el periodista Tomeu Ferrer.
