Jordi Via es socio del grupo Arç, una cooperativa especializada en el seguro social y solidario, que trabaja ahora en un nuevo concepto, los seguros éticos.
Seamos concretos, defina Arç
“ Arç es una cooperativa de trabajo asociado. Una de sus ramas es Arç correduría de seguros, que está especializada en tres grandes líneas de negocio: la economía social y solidaria; el mundo asociativo sería la segunda y la tercera sería el mundo diverso de las energías renovables.
En este momento Arç da servicio a más de 1.500 cooperativas y a otros tipos de empresas del mundo de la economía social y gestiona también el seguro de más de 70.000 personas, fundamentalmente a partir de pólizas colectivas. En conjunto la entidad gestiona un volumen de negocio de 5 millones de euros. Esto en el mundo de los seguros comprende la cartera de primas de seguros “.
¿Cuál es el origen de Arç?
“El origen de Arç hay que buscarlo 31 años atrás. En 1983 cuando personas vinculadas con los movimientos sociales de la época, procedentes de tres ámbitos: el movimiento ecologista, el movimiento por la paz y la izquierda alternativa nacional catalana decidimos que queríamos construir en el día a día lo que nos parecía que iba a ser una sociedad mejor. Veníamos de una época de denuncia y movilización, algunos habíamos intentado la intervención en el frente institucional y llegamos a la conclusión de que lo que teníamos que hacer era poner en marcha, desde la actividad económica experiencias socialmente transformadoras ”, explica.
Ahora, cuando se tienen los resultados es fácil juzgar la experiencia, pero, ¿cómo lo entendieron los otros compañeros de los movimientos sociales?
“No, muchos de nuestros compañeros en aquel momento nos tildaron diciéndonos que eramos algo parecido a pequeños burgueses radicalizados”, explica ahora con una sonrisa. La visión de los activistas en aquel momento era muy diferente de la de ahora. “Vinieron a decir, que es eso de hacer una empresa, si lo que se necesita es hacer la revolución. Ahora se ve que el tiempo nos está dando la razón”.
“La experiencia de Arç la empezamos cinco personas. Ahora trabajamos en la cooperativa catorce personas. A lo largo de estos años la entidad se ha ido significando como empresa cooperativa, también como gestores de compra colectiva. Y desde hace siete años iniciamos el proceso de puesta en marcha del Seguro Ético y Solidario ”
¿Ese es un concepto algo nuevo, explica en qué consiste?
“ Pensamos que de la misma manera que existe banca ética deberían existir seguros éticos. ¿Y por qué? Básicamente por dos motivos. El primero porque consideramos que el mundo asegurador forma parte del sistema financiero”.
¿Puede ampliar un poco este concepto?
“Si, por ejemplo afirmando que durante el 2013 el mundo asegurador en España ha invertido más de 250.000 millones de euros, que provienen de las reservas matemáticas de los seguros de vida, los planes de pensiones que gestionan las aseguradoras y que proceden también de las primas anuales recaudadas por estas aseguradoras. Por lo tanto, el seguro es una operadora de primer nivel dentro del sistema de finanzas. Esto nos hizo pensar que teníamos que interpelar al mundo de los seguros respecto al uso que hacía del dinero que administraba”.
¿Hay más razones?
“El segundo argumento tiene que ver con la recuperación de la función social de los seguros. En origen los seguros no eran otra cosa que unos fondos de ayuda mutua que determinados colectivos, por ejemplo los gremios, dotaban por si alguna persona que formaba parte del grupo tuviera algún tipo de incidencia, como enfermedad o accidente, que se pudiera sufragar desde la bolsa común”.
¿Cómo idea está bien, pero cómo han articulado estos planteamientos a la práctica?
“A partir de este primer planteamiento lo que hicimos fue transferir toda la certificación del seguro ético y solidario al observatorio de las finanzas éticas que es quien hace esta gestión actualmente. Esta entidad cuenta con la participación de un comité independiente formado por personas que pertenecen al mundo de la cooperación, a la economía social y solidaria y también a los movimientos sociales. Este equipo es el que está registrando compañías aseguradoras y corredurías de seguros y, en su caso, certifican los productos aseguradores que van en esa línea. Por tanto, además de las tres líneas de especialización que he citado antes, Arç se conoce también por ser la primera correduría de seguros en Europa certificada para gestionar seguro ético y solidario”.
¿Y cuál ha sido su desarrollo desde el punto de vista empresarial?
“Efectivamente nuestro desarrollo se apoya en la singularidad que he mencionado, en nuestro compromiso y en la construcción como sector de actividad económica, dilo como quieras: alternativa, post-capitalista,... la búsqueda del impulso de la economía social y solidaria. Por eso participamos de la Red de Economía Solidaria (XES), de la Federació de Cooperatives de Treball y este impulso en la creación del ámbito de la economía social y solidaria pasa por la construcción del mercado social”.
¿En qué consiste el mercado social?
“Me parece que desde las cooperativas es desde donde estamos mejor posicionados para ofrecer productos y servicios a aquellos ámbitos de la sociedad que están más concienciados respecto a la idea de que la transformación en positivo de la sociedad debe pasar por cambios en las pautas de consumo”.
En estos años Arç ha hecho una expansión más allá de Cataluña e incluso en Europa, ¿cómo ha ido eso?
“Sí, formamos parte de un proyecto que se llama CAES, que serían las siglas de Cooperación Seguro Ético y Solidario, que en España se desarrolla conjuntamente con una entidad de seguros, que se dice Seryes , una correduría de seguros del movimiento cooperativo de Madrid. Y, en el ámbito europeo trabajamos una especie de coordinación con CAES Italia, que opera con criterios muy similares a los nuestros. De hecho CAES Italia nació junto a la banca ética italiana”.
¿Y en el día a día , ¿cómo lo hacen?
“Hay un aspecto muy relevante. Nosotros no hemos ido nunca a vender seguros a puerta fría. Toda nuestra acción comercial implica haber preestablecido acuerdos con colectivos vinculados a las tres líneas de negocio que comentábamos al principio. En este sentido, actualmente tenemos una cincuentena de acuerdos, como Arç y como CAE , en Cataluña y en España, con entidades de economía social y solidaria, redes, federaciones, nodos de las redes y entidades en concreto. Y seguimos trabajando así”.
¿Esto sería un ejemplo de intercooperación?
“Sí, exactamente. Y esto tiene que ver también con nuestro compromiso con el desarrollo de la economía social y solidaria entendiendo la construcción de este ámbito como un movimiento social. Por lo tanto, el desarrollo incluso profesional pasa por construir red y por la vinculación con los ámbitos más militantes, por decirlo de alguna manera”.
¿La cuestión del seguro ético aguas arriba de su entidad, como la pueden asegurar?. ¿Porqué han de tratar con compañías de seguros?
“Esto es cierto. En este momento el 40% de las pólizas que tenemos contratadas son de seguro social y solidario y, al mismo tiempo, el 70 % de las personas que tenemos aseguradas lo están bajo pólizas de seguro ético y solidario. Respondiendo directamente, la principal compañía aliada en este tema es Atlantis. Realmente son dos compañías: Atlantis seguros generales y Atlantis seguros vida. También está registrada como compañía ética DKV seguros y Ergo, que es una empresa del mismo grupo. Además se ha iniciado un proceso de certificación con Lagun Aro, que es la aseguradora de Mondragon. En cuanto a productos ya disponemos seguros de consumo, como son los de automóviles y hogar. Y también disponemos de productos para colectivos, de responsabilidad civil y de accidentes dirigidos al mundo de la cooperación. Y tenemos como objetivo este año que se certifiquen productos de multirriesgo, daños y productos de ahorro y jubilación y planes de pensiones”.
¿Cuáles son las relaciones institucionales de Arç con el mundo cooperativo catalán?
“Somos miembros de la Federació de Cooperatives de Treball, de la Federación de Cooperativas de Consum y también, claro, de la Red de Economía Solidaria. E históricamente hemos tenido la presidencia de la Federació de Cooperatives de Treball. Hemos gestionado también la secretaría general de la Confederación de Cooperativas”.
Y hablando de este mundo cooperativo, ¿qué os parece la unificación de las diversas federaciones de cooperativas en Cataluña?
“Nos parece muy positiva. Por lo que tiene de facilitación de una mayor visualización de la empresa cooperativa en el conjunto de la sociedad y también por lo que tiene de optimización de gestión de recursos”.
¿Cómo veis la respuesta de la gente en esta crisis al fenómeno cooperativo?
“Estamos en un punto muy curioso de la crisis en que independientemente de los planteamientos ideológicos, el sentido común lleva a la conclusión de que las cosas no pueden seguir igual. Desde esta visión detectamos una aproximación mucho mayor al cooperativismo tanto desde el punto de vista de consumo como desde el punto de vista de trabajo. En consumo, nosotros estamos creciendo. El año pasado superó el récord de nuevas pólizas contratadas, hicimos 2.100 nuevas pólizas, con un crecimiento ligeramente superior al 3% respecto al año anterior cuando el sector asegurador disminuyó un 3%. Por tanto, respecto a la media del sector nosotros estamos creciendo un 6 %. Esto se explica a partir de nuestra singularización que hace posible un consumo responsable. Después notamos, como miembros de la XES y de la Federació de Cooperatives, una aproximación de personas que quieren sacar adelante proyectos, desde la intuición de que mejor hacer un proyecto colectivo que en solitario”.
¿El cooperativismo puede volver a tener un papel como lo había tenido históricamente?
“En Cataluña hay un terreno abonado para el crecimiento. Por un lado está la experiencia de las prácticas de auto-organización de la clase trabajadora y del otro lado el hecho de ser nación sin estado y por tanto, la necesidad de espabilar desde el punto de vista de nuestro marco nacional, lingüístico y cultural, ha ido sedimentando unas maneras de hacer que facilitan la expansión del cooperativismo. Por otro lado, se dan experiencias muy interesantes de recuperación de la memoria histórica como el barrio cooperativo que lleva adelante la cooperativa Ciutad Invisible, de Sans. Esto hace que se cierren las anillas de una cadena, que hace que el movimiento cooperativo socialmente transformador de principios del siglo veinte se conecte con nosotros y nos impulse en todos los sentidos”.
¿Qué papel debe hacer el movimiento cooperativo respecto a los otros tipos de economía?
“Lo primero que se debería hacer es considerar que la economía es plural. Hay la economía pública oficial. Hay la economía privada y existe la economía social y solidaria, que también se puede llamar, economía pública popula . Lluís Maria Xirinacs decía, con razón, que etimológicamente público viene de popular. Por lo tanto, dejar de reivindicar el hecho público como popular y dejarlo sólo en manos de la administración es un error. Ahora estamos en un momento de acumulación de fuerzas tanto desde el punto de vista conceptual como de la extensión de la propuesta y, simultáneamente, estamos en un proceso de consolidación de nuestras realidades empresariales.
Por sí sola, la economía social y solidaria no es la solución, pero forma parte de la solución. Si el sentido común, como parece, nos debe llevar a sociedades post- capitalistas, la manera de gestionar la economía al servicio de las personas deberá ser un referente“.
¿Y esto como se plantea en el día a día?
“En el día a dí , lo que nos interesa es la construcción del sector cooperativo y mucho menos la disputa a otros modelos de empresa de la presencia en ámbitos de poder institucionalizados. Esta es
na de las cosas que tenemos claras en Arç, que forma parte del grupo cooperativo Ecos. Y, esto es relevante, la voluntad de hacer evidente que existe una realidad empresarial, operativa, eficaz y funcional, más allá del discurso teórico y estratégico. Es lo que hace 31 años nos llevó a emprender un proyecto empresarial que queríamos transformador, pero también desde la exigencia de la cuenta de resultados, lo seguimos manteniendo“.