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La maternidad francesa que ayudó a cientos de embarazadas tras la Guerra Civil, cerrada por falta de recursos

La Maternitat d'Elna, creada en 1938, fue un referente para el exilio español en Francia

Marta Aresté Mòdol

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Una oleada de exiliados españoles presionaba la frontera francesa. Era enero de 1939 y los derrotados de la Guerra Civil cruzaban los Pirineos mientras las tropas franquistas ocupaban el territorio catalán. En solo tres semanas, 465.000 personas cruzaron el paso fronterizo entre Catalunya y Francia. En vista de la situación, se construyó el que fue uno de los primeros grandes contenedores del flujo migratorio: el campo de concentración de Argelès-sur-Mer. 

Las condiciones de vida en los campos eran insostenibles. Los hospitales estaban saturados y el índice de mortalidad infantil superaba el 95%. Las embarazadas tenían muchas dificultades para dar a luz: muchas de ellas tuvieron que parir en establos llenos de paja y basura, sin ninguna medida sanitaria. Fue en este contexto cuando la activista Elisabeth Eidenbenz fundó la Maternidad de Elna, un edificio que vio nacer a 597 niños, hijos de mujeres refugiadas de la Guerra Civil. 

Pero 84 años después de su fundación, el Ayuntamiento de Elna (un municipio de los Pirineos Orientales) ha anunciado el cierre de las instalaciones tras detectar unas “fuertes” grietas en las escaleras principales. El alcalde de la localidad, Nicolas Garcia, explica que “para garantizar la seguridad del edificio se necesitan 870.000 euros, un precio que el ayuntamiento no puede pagar”. 

Aunque el consistorio espera que el Estado francés pueda hacerse cargo de la mitad, ha puesto en marcha una recogida de fondos para lograr la financiación. Los vecinos del pueblo “que tienen un cariño especial hacia la Maternidad” y otras entidades, como l’Associació d’Amigues de la Maternitat d’Elna, también se han movilizado a través de las redes. 

El edificio, que se instaló en el palacio abandonado de Bardou, fue clausurado por la Gestapo cinco años después de su creación. En 2013 se convirtió en museo y fue catalogado como monumento histórico. Antes que eso, durante los años 90, se llevaron a cabo una serie de obras para restaurar la Maternidad, que estaba perjudicada por el paso del tiempo. Según el alcalde de Elna, pudieron ser estas obras, a su parecer mal hechas, las que causaron las grietas del edificio.

García asegura que “después de varias visitas de control, los especialistas han confirmado que pronto podremos abrir la planta baja del edificio”. Además, y por si acaso, ya han diseñando una alternativa que recibir al público visitante lo antes posible.

Un edificio con historia

La Maternidad de Elna es un símbolo de la ayuda humanitaria durante la Guerra Civil y Elisabeth Eidenbenz es su máxima representante. La enfermera, activista y maestra suiza contaba ya con un historial de voluntariado en el conflicto español y conocía de primera mano las condiciones en las que los exiliados tuvieron que sobrevivir. 

Con un reducido número de enfermeras voluntarias y pocos recursos económicos, iniciaron la rehabilitación del tejado y las tres plantas del edificio, situado a las afueras de Elna. El centro atendía, de media, 20 partos mensuales y recibía el material sanitario necesario gracias a los corredores sanitarios de la Cruz Roja. 

Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, la Maternidad acogió también a madres judías que huían de la persecución nazi, permitiendo así el nacimiento de casi 200 niños. “Es un edificio, pero detrás hay un sentimiento”, recalca Eva M. Ramos, presidenta de Amigues de la Maternitat d'Elna.

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