Se inicia el primer pleno ordinario en el Parlamento, con sesión de control y interpelaciones. Y lo empezamos con una ausencia dolorosa: la de la diputada Muriel Casals, que el pasado sábado fue atropellada por una bicicleta en un paso de peatones. En descargo del ciclista, parece que él respetó el semáforo y que la diputada, no. De momento ignoramos la versión de Muriel, que está ingresada en la UCI de un hospital de Barcelona y sedada puesto que ha sufrido una lesión craneoencefálica y ha tenido que ser intervenida. En cualquier caso, valdría la pena que el accidente sirviera para intentar de ordenar la convivencia entre peatones y bicicletas.
Y que conste que soy favorable a la bici, un medio de transporte sostenible, que ahorra recursos energéticos no renovables y que no contamina. ¡Viva, pues, la bici! Pero yo, como peatón, por culpa de la circulación rápida y excesiva de vehículos de dos o más ruedas (bicis, skates, patinetes...) por las aceras, me siento muy vulnerable. Una de las cosas buena de andar por la acera es que no necesitas retrovisor, ni bocina, ni circular siempre por el mismo carril, que puedes cambiar bruscamente de dirección porque quieres pegar la nariz a un escaparate que te atrae o te puedes parar repentinamente porque te acabas de cruzar con una amiga. En cambio, cuando tienes que cruzar una calle, prestas atención a las señales de tráfico y a los vehículos, porque percibes el peligro: la calzada no es el espacio de los peatones.
Pero la acera sí que lo es. Tiene que serlo. Los peatones somos también sostenibles y nos merecemos pasear sin sentir miedo. Bicicletas que te pasan rozando a toda castaña y, como no lo has oído llegar (no hacen ruido), te sobresaltan violentamente y te hacen preguntarte qué habría pasado si hubieras cambiado la trayectoria mínimamente en aquel instante. Bicicletas que giran una esquina a toda velocidad mientras por la otra está avanzando una viejecita frágil. Bicicletas que circulan contra dirección por una calle estrechada de Gràcia, con las aceras llenas de motos aparcadas que obligan al peatón a cruzar la calle por donde no toca, eso sí, comprobando el tráfico en el sentido por donde tendrían que venir los vehículos.
Si a todo esto le añadimos que no están obligados a tener permisos ni seguros y que no hay datos oficiales de los accidentes que provocan, habrá que admitir que nos queda trabajo por hacer. Convivencia, sí, pero reglamentada.
Volvamos al pleno, donde diputados y diputadas plantean preguntas al gobierno o directamente al presidente. Después de escuchar las preguntas y las respuestas, llego a unas cuantas conclusiones.
La primera, este gobierno de Catalunya es el de los chupiguays. Y todavía no entiendo cómo es que no nos hemos presentado todos y todas como candidatos para el mismo partido, porque, oyendo a los consejeros y consejeras y viendo como están de acuerdo con todo lo que dice la oposición, especialmente en cuanto a la emergencia social, parece que todo el mundo calza del mismo pie. O eso, o hay muchos consejeros y consejeras con dosis de cinismo más que notables.
La segunda, si quieres poner en un compromiso a un consejero o consejera, hace falta que seas muy concreto en tus preguntas. Cuanto más amplia sea tu intervención, más posibilitados de divagar le das. Me lo apunto para mis intervenciones.
La tercera, el partido al cual pertenece el gobierno, o sea, Junts pel sí, sólo hace preguntes masaje. Así, el consejero o consejera de turno puede contestar de la manera más cómoda posible y sale con un ego muy reforzado.
La cuarta, necesitas un background importante para poder plantear preguntas en el gobierno porque te tienes que hacer muy atrás en el tiempo y recordar las diferentes vicisitudes por las cuales ha pasado aquel tema concreto. Pues, yo, de esto, no tengo!
Las preguntas de nuestro grupo, Catalunya sí que se puede, hacen referencia al plan Vivo+, de venta de datos de usuarios de la sanidad a empresas privadas, o al plan de gestión de cuencas internas del agua. Y las respuestas que obtenemos son vagas y en la línea del que decía antes: cómo si todos y todas tuviéramos la misma visión de la jugada.
Uno de los momentos importantes de hoy es la votación de la prórroga de los presupuestos. Nuestro grupo quiere hacer de oposición y no de obstrucción de forma que querríamos hacer un gesto (abstención) para poder desencallar la situación pero no nos fiamos y nos da miedo que estos presupuestos acaben funcionando durante toda la legislatura. Así que, para no involucrarnos en unos presupuestos injustos para la gente, votamos que no. Pero la CUP ayuda al gobierno a salvar la situación.
Y, por último, intervendrá Ciutadans para introducir una pregunta sobre la transfobia. A pesar de que no está especificado, me imagino que hace referencia a la muerte de Alan, el adolescente transexual que se quitó la vida cuando no pudo soportar más el bullying que sufría en el instituto. Tendré que estar muy atenta a lo que dicen, porque en quince días me tocará intervenir a mí sobre esta cuestión. ¡Uf! ¡Será mi primera comparecencia en el hemiciclo!
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