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Catalunya se prepara para el tercer terremoto político en un año

Todos los candidatos catalanes en el plató de 8TV, donde se celebró uno de los debates de la campaña

Arturo Puente

A once días de acabar 2015, un año que en la política catalana se ha caracterizado por el protagonismo de las urnas, los catalanes vuelven a ellas para decidir esta vez la composición de las Cortes Generales españolas, desde los 47 escaños que se reparten entre las 4 circunscripciones. Las dos veces que hasta este domingo se han abierto los colegios a los electores, en las elecciones municipales y autonómicas, han resultado en terremotos políticos. El 20-D, según predicen las encuestas, el terremoto seguirá.

El primero de ellos ocurrió cuando las confluencias municipalistas, aglutinadas en torno a En Comú y a la CUP, barrieron el mapa local en muchas de las grandes ciudades del país. En la alcaldía de Barcelona irrumpió la candidatura de Colau, en la de Badalona, la de Guanyem Badalona en Comú, con la CUP, Podemos e independientes. En Sabadell, la Crida logró el gobierno junto a ERC, tras 16 años de bustismo. A punto estuvo Terrassa En Comú, que quedó segunda en la localidad. También la CUP, que logró el segundo puesto en Reus y entrar con fuerza en la mayoría de grandes ciudades. Una gesta similar consiguió Ciudadanos, consolidándose como fuerza emergente, también en los ayuntamientos.

Solo 4 meses después de aquel cambio de paradigma municipal, los catalanes volvieron a las urnas el 27-S para elegir un nuevo Parlament, en unas elecciones con marcado sabor plebiscitario sobre la independencia. La coalición de CDC, ERC y otros, Junts pel Sí, se alzó como clara ganadora, con 62 diputados que, junto a los 10 de la CUP, regalaron al independentismo su primera victoria en la historia. Pero también entre los contrarios a la independencia hubo un importante corrimiento de tierras. Ciudadanos, un partido centrado en el eje nacional y nacido en 2006 para representar un nacionalismo español que sus impulsores no encontraban en PP ni PSC, se colocó como líder de la oposición.

No hay más que ver todos estos resultados, inimaginables solo hace 4 años, para constatar que Catalunya ha cambiado o, al menos, está en proceso de cambio. Las elecciones de este domingo servirán para clarificar la dirección que acabará tomando esta metamorfosis. En unas elecciones, las generales, en las que el PSC ha ganado 10 de las 11 veces que han tenido lugar, las candidaturas con más posibilidades son ahora En Comú Podem, Ciudadanos, ERC y DiL, coalición que aglutina Convergència.

Las casillas de salida de este domingo ya constituyen una anomalía histórica en sí mismas. Que las encuestas dejen al PSC como quinto es expresivo, como lo es que dos formaciones que se presentan por primera vez como En Comú Podem y Ciudadanos estén rozándose por el primer puesto. También lo es que ERC pueda superar a CDC y que el independentismo catalán, gracias a la conversión de Convergència, pueda alcanzar en el Congreso más de 15 diputados, cuando nunca ha superado los 8.

De producirse algunas de estas situaciones inéditas se certificará la caída de un sistema de partidos concreto, con dos bipartidismos superpuestos, que ha regido Catalunya durante 35 años. Los catalanes tienen en sus manos este domingo poner punto y final a un escenario político, y determinar el rumbo definitivo del que viene.

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