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“Repetir elecciones no es una buena vía”

Eduard Pujol, portavoz del grupo parlamentario de Junts per Catalunya

Neus Tomàs

Eduard Pujol (Martorell, 1969) es más que un diputado de Junts per Catalunya. Junto a Elsa Artadi se ha convertido en portavoz en la distancia de Carles Puigdemont. Aplica el oficio de periodista a la hora de intentar explicar la estrategia del president cesado y de sortear las reiteradas preguntas de cómo lo hará la mayoría independentista para restituir a Puigdemont en el cargo.

¿El martes, cuando se supo que ese día no se investiría a Carles Puigdemont, usted, que es una persona afable, estaba tan enfadado como parecía? ese día

El rictus era por el momento trascendente y eso no es estar enfadado. He trabajado en el Barça y he dirigido una radio y sé que los momentos de crisis son de desconcierto porque en las situaciones extraordinarias no hay el orden que se esperaba.

Usted esperaba que hubiese un pleno.

Yo esperaba que hubiese un pleno, pero hay que verlo como una cosa natural.

Ahora que ya han pasado unos días, ¿entiende que no se celebrase ese pleno?

Me hubiese gustado que se celebrase porque podía hacerse sin saltarse la ley, como hemos dicho desde el primer día. Es importante insistir en esto: sin hacer ningún 'dribling' y con la norma del Parlament en la mano habríamos podido investir al presidente Puigdemont. Y hubiésemos hecho una cosa que para mí tiene mucho valor: en un mes y medio habríamos cumplido con el mandato con el que nos presentamos a las elecciones. Esto sí que es absolutamente nuevo, revolucionario y responde a la situación de excepcionalidad que vivimos.

¿Pero lo hubiesen podido investir con las reglas del Parlament, contradiciendo a los letrados y desobedeciendo al TC? A no ser que me diga que Puigdemont ese día estaba aquí...

Efectivamente el president Puigdemont ese día no estaba aquí. Pero usted está aceptando una cosa que hay juristas que no comparten. ¿Tenemos que aceptar que en la última semana el Estado de derecho ha vuelto a situarse en un punto que no hubiésemos imaginado nunca con el único objetivo de evitar la investidura del president Puigdemont? La vicepresidenta hizo público que pedía los informes al Consejo de Estado. Después la sesión del Constitucional fue como un vodevil. El Gobierno habló con los jueces antes, durante y después. No podemos asumir como buenas las decisiones de un Estado de derecho que se contorsiona y adopta las formas que necesita para evitar un objetivo político.

Estamos ante un espejo que nos permite ver dónde vivimos y tomar conciencia de si nos satisface cómo se comporta este Estado de derecho. Es una situación aparentemente muy tensa pero es también una oportunidad para la ciudadanía para ver dónde estamos. No podemos convertir lo excepcional en aceptable.

¿Insistir en la idea de Puigdemont o Puigdemont sabiendo que el TC no le permitirá ejercer el cargo no es también hacer trampa ante esa ciudadanía?

No.

Entonces, ¿Puigdemont ejercerá el cargo? ¿El rey sancionará su nombramiento? ¿Podrá tomar posesión?

Usted da por hecho lo que no ha pasado. Si hubiésemos dado por hecho todo lo que no había pasado, el president Puigdemont no habría viajado a Dinamarca cuando decidió hacerlo como un ciudadano libre de la Unión Europea. Porque el día antes había una advertencia de la Fiscalía en la que se le decía que no se moviese. ¿Lo fueron a buscar? ¿Lo detuvieron? ¿Hubo orden de detención? No.

¿Lo que está diciendo es que si se vota la investidura de Carles Puigdemont, él podrá ejercer de presidente?

Lo que digo es que o nos creemos los derechos de los diputados o no nos los creemos. Los derechos no son privilegios. Los derechos son para representar bien a los ciudadanos y poder hacer bien nuestro trabajo. Nos tenemos que plantear si estamos a favor de respetar estos derechos o no hacerlo. Estamos defendiendo las libertades, los derechos colectivos, individuales y políticos.

Puigdemont tiene derecho a ser investido porque es un diputado electo que no está inhabilitado y tiene una mayoría parlamentaria que lo propone. Pero también tiene la obligación de estar aquí el día del pleno para poder ser investido.

La norma del Parlament no lo dice así.

Lo dicen los letrados del Parlament, que son los encargados de interpretar esa norma. los letrados del Parlament

Son los mismos letrados que los días 6 y 7 de septiembre hicieron determinadas interpretaciones que después el Constitucional corrigió.

¿Vale la pena arriesgarse a nuevas inhabilitaciones, empezando por el presidente del Parlament y otros miembros de la Mesa, o poner en riesgo la libertad provisional de compañeros suyos, por una votación?

Lo que vale la pena es estar muy comprometidos en reclamar que la situación de excepcionalidad que vivimos se acabe. Mientras estamos hablando hay gente en la cárcel y es evidente que nadie quiere más gente en prisión. Pero me parece que también es evidente la arbitrariedad con que se aplica la justicia después de que el ministro ya diga que sabe cómo quedaran las inhabilitaciones. El ministro no puede anunciar inhabilitaciones.

Lo que está pasando es muy gordo y no lo denunciamos con suficiente fuerza. Si nos dijesen que está pasando en otro país nos echaríamos las manos a la cabeza. No estamos lo suficientemente acompañados para sacarle los colores al Estado. Esta arbitrariedad que hoy se aplica a los representantes de una determinada ideología acabará llegando a todos los niveles de la sociedad, y no sólo en Catalunya sino en el conjunto del Estado.

¿A quién se refiere cuando dice que les gustaría estar más acompañados?

A una opinión pública a la que le da pereza, miedo, o ambas cosas, y que de acuerdo con su tradición de pensamiento debería ser muy sensible a levantar la voz y decir basta. Echo de menos complicidades. El PSOE ha quedado atrapado por el PP . A mí la suerte electoral del PSC me preocupa más bien poco, pero dejan a la intemperie a mucha gente que un día puede ser también víctima de esta arbitrariedad. La comodidad con la que el PP ejerce esta arbitrariedad es como una rueda que baja desbocada por una calle. Si hay mucha pendiente, cada vez bajará más rápido y será más difícil pararla.

Artur Mas dijo que había que anteponer los intereses del país a los del partido y los particulares de cada uno. ¿Entiende que una parte esa opinión pública a la que usted interpela pueda estar pensando que Puigdemont pone por delante sus intereses a los del país?

El president Puigdemont se ha encontrado en esta situación. Puedo hablar en mi nombre pero es también el sentir humano del conjunto del grupo cuando digo que esto no es una adhesión a Carles Puigdemont. Es poner en valor la institución que representa la presidencia de la Generalitat. Es creer en un Govern, en las instituciones que tenemos. Los países también necesitan liturgias, intangibles e instituciones para serlo. Lo que pasa es que Carles Puigdemont en un momento dado de la historia contemporánea es el president. Pero este relato no es de adhesión a Carles Puigdemont, porque la gente de JxCat nos juntamos entorno a la figura de la presidencia, de la institución.

Según este relato, si Carles Puigdemont no es el presidente no puede serlo nadie más.

La Moncloa no puede decidir quién es el presidente de Catalunya.

Pero ustedes pueden decidir que sea otra persona.

La primera cosa que hay que tener claro es que la Moncloa no puede decidirlo y en esto estamos de acuerdo los 70 diputados que configuramos la mayoría parlamentaria salida de las elecciones. Si aceptas que la presidencia puede ser elegida desde Madrid, aceptas que la vicepresidencia puede ser elegida desde Madrid. A partir de aquí, la cascada de cosas que puede decidir Madrid es un pozo sin fondo. Lo podrán decidir todo. No podemos plantearnos el futuro del país con el relato de si no os portáis bien os amenazaremos con aplicar el 155. Es bloquearnos.

Y situados en el extremo, ¿si Puigdemont no puede ser la persona, la alternativa son unas elecciones? ¿Descarta que esto acabe en unas nuevas elecciones?

Somos partidarios de evitar ir a unas nuevas elecciones. Con la misma firmeza que defiendo del derecho a tomar nuestras propias decisiones también digo que repetir las elecciones no es una buena vía.

¿Por lo tanto es compatible votar a Puigdemont y que no haya unas nuevas elecciones?

Debe ser compatible.

Deduzco que si no se lo han explicado a Marta Rovira no nos lo dirá a nosotros, pero... ¿ya saben cómo van a investirlo?

Estoy convencido de que el president y Marta Rovira saben la fórmula. Seguro que es muy fácil.

Tan fácil no debe ser porque llevamos unos cuantos días. Si fuese tan fácil no se hubiese aplazado el pleno.

La fórmula existe y las siglas no invalidarán un sueño compartido. El sueño pasa por poder hacer la investidura.

¿Sin sacrificar a Puigdemont?

La clave es tener un alto sentido institucional y proteger la institución de la presidencia de la Generalitat.

¿Cuánto tiempo más puede estar Catalunya sin Govern?

Permítame que le haga la pregunta en el sentido contrario. Que vengan los señores que el 1 de octubre decidieron pegar a este pueblo y que lo hicieron de manera indiscriminada, bárbara. Lo primero que tienen que hacer es pedir disculpas. Esto sería abrir un escenario de calma, de rebajar tensión porque hay mucha gente que aún tiene esas imágenes y sensaciones a flor de piel. Segundo: los que sufren tanto por la estabilidad y el buen gobierno de este país deberían admitir que el 155 ha sido un castigo enorme para este país.

Somos un solo pueblo, con más de una lengua, y también somos un solo pueblo a la hora de recibir el 155. Cuando pasas por una carretera, vas a un hospital o necesitas la ayuda de los Mossos, no hay distinciones entre los que emiten un voto u otro. El 155 penaliza a todos los ciudadanos.

Sabemos quién aplicó el 155. Pero, ¿que tarde más en dejar de aplicarse será solo culpa del Gobierno central o también será porque aquí no se está agilizando la configuración del Govern?

La culpa siempre es de aquel que utiliza el 155 como una amenaza porque saben que hace daño a este pueblo. Ese 'portaros bien' implica poner en juego otros pilares. Las sociedades no somos solo una carretera inaugurada o unas administraciones que funcionen. Pero no seamos tan ilusos de pensarnos que el 155 tiene algún corresponsable más que aquellos que lo votaron, que lo protegieron y que lo mantienen en vigor.

¿Cuándo leyó los mensajes entre Puigdemont y Toni Comín qué pensó? los mensajes

Yo cuando empecé en esto os dije que creía que la política se podía hacer de otra manera, que hacía falta humanizarla y otras maneras de hacer las cosas. Al final de esa reflexión, que sigo defendiendo están los mensajes del otro día. ¿Sabe qué se esconde detrás de esos mensajes? Se esconde una persona. Es una muy buena noticia que podamos explicar y saber que la política está hecha por personas. No podemos pedir una política hecha por personas y cuando vemos a la persona reclamar al político.

Le voy a hacer una reflexión personal: a mí la gente me tiene que decir si quieren a un tipo que tiene una arruga en la frente que hace que parezca huraño o a uno que esté todo el día sonriendo al margen de si las cosas van bien o van mal. O que me digan si tengo que llevar una coraza que me haga ser más diputado y más creíble porque hay una manera de ser que es la del político. Yo prefiero pensar que hay una manera de hacer que es con la que me presenté y es lo que la gente espera de mí.

Pues ese día Puigdemont se puso la coraza porque en el mensaje del móvil decía una cosa y prácticamente a la misma hora decía otra en un vídeo. Y no tenía nada que ver ni en el tono ni en el contenido.

La fuerza del mensaje que transmitió estaba pensada y era acabar haciendo una petición de unidad. Y un mensaje de 'lo conseguiremos'. Lo que no puede ser es que nos hayamos pasado décadas pidiendo que los políticos sean personas y cuando lo son censuremos la falta de coraza y de rictus presidencial.

¿Qué le parece que su nombre aparezca en las quinielas de posibles presidentes?

Yo no entraré en este juego porque nadie de la candidatura de JxCat lo ha hecho. Este es un juego al margen de nuestra vida, de nuestras conversaciones. Yo me lo miro con una sorpresa inmensa. Había gente que nos decía que al segundo día de campaña ya no diríamos lo mismo. En el ecuador de la campaña nos dijeron que haríamos algún giro. Llegó la noche electoral, ganamos y dijeron: mañana hay una rueda de prensa del president y alguna cosa diferente dirán. Y, no. Lo que hemos hecho es absolutamente revolucionario porque nos hemos mantenido fieles al compromiso con nuestro electorado. Todas las especulaciones quedan al margen de nuestro día a día.

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