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Los 398 viajes que han realizado los altos cargos del Govern de Torra

Detalle del mapa de los desplazamientos de los altos cargos del Govern

Arturo Puente

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Los altos cargos de la Generalitat han realizado 398 viajes a 121 destinos extranjeros desde el inicio de la legislatura, lo que ha supuesto un coste para las arcas públicas de 1.074.386 euros en total. El más viajero ha sido el propio conseller de Exteriores, Alfred Bosch, que ha registrado 24 desplazamientos, seguido del director del consejo para el desarrollo sostenible, Arnau Queralt, que suma 21. El president, Quim Torra, es otro de los que más se ha desplazado, con hasta 18 viajes, como también la consellera de Empresa, Àngels Chacón, con 13, y el de Políticas Digitales, Jordi Puigneró, con 11.

Estos datos han sido publicados por el Govern en cumplimiento de la ley de transparencia, que obliga a la administración a dar publicidad a todos los viajes, agendas, reuniones y obsequios que reciben todos los altos cargos. Hasta el momento esta información se colgaba en la página web oficial mediante ficheros de datos para los profesionales, pero ahora la secretaria de Transparència ha ido un paso más allá y ha creado una aplicación para que cualquier ciudadano sin conocimientos informáticos pueda visualizar de forma sencilla toda esta información.

Con estos gráficos y mapas generados por la propia Generalitat puede comprobarse que el país más frecuentado por los miembros del Ejecutivo fue Bélgica, destino que combina albergar las sedes de varias instituciones europeas con ser el Estado en el que han fijado su residencia varios de los exmiembros del Govern reclamados por la justicia española. En Bélgica se han realizado en total 114 reuniones desde mayo de 2018, cuando se constituyó el actual Ejecutivo, de las cuales solo dos han tenido lugar en Waterloo, realizas esas dos últimas por Chacón y Puigneró.

Los grandes estados europeos son los siguientes destinos más frecuentes. Francia, con 42 reuniones en total destaca como el segundo, por delante de Alemania, con 34, y el Reino Unido con 30. Justo por detrás está Estados Unidos, con 29 visitas en total, repartidas principalmente entre la ciudad de Nueva York y Washington, con 11 y 10 reuniones respectivamente.

Respecto al precio de los viajes, los de más cuantía son los dos realizados por Torra a Estados Unidos, en enero de 2019 y junio de 2018. En el más reciente el president gastó 79.317 euros en los seis días que duró, pues estuvo acompañado de una comitiva de 10 personas entre altos cargos, asesores y escolta, y además hizo un vuelo interior entre Washington y San Francisco. El año anterior había sido algo más barato y había gastado 51.092 euros en la capital de EEUU, también acompañado de una decena de personas.

Debido a las numerosas comitivas que le acompañan, es el president quien tiene los viajes más caros. Pero, inmediatamente detrás de él se sitúan la consellera de Cultura, Mariàngela Vilallonga, con un viaje a Japón que costó 21.091 euros; seguida por el conseller de Políticas Digitales, que gastó otros 19.074 en otro viaje a Taiwan y Japón; y Alfred Bosch, de Exteriores, en un viaje a México que costó 19.069 euros.

Una reunión con entidades independentistas al mes

Los viajes al extranjero no son las únicas actividades que los responsables políticos están obligados a publicar por la normativa catalana. La agenda de todos los altos cargos es pública y en ella debe aparecer cada reunión que celebran con los denominados “grupos de interés”, categoría en la que se engloban las empresas, asociaciones, sindicatos, fundaciones o entidades de todo tipo. Cualquier reunión, visita o acto que se realice con uno de estos grupos debe ser pública.

El president de la Generalitat tiene una de las listas más abultadas de reuniones de este tipo. En poco más de 18 meses de mandato Torra se ha visto 248 veces con grupos de interés. En su agenda aparecen organizaciones empresariales, todo tipo de entidades culturales y asociativas, además de muchas fundaciones vinculadas a las enfermedades y personas con discapacidad.

Pero si unas entidades destacan por encima de ninguna otra en la agenda presidencial, esas son las independentistas. Entre Òmnium, la ANC, la Asociación de Municipios independentista y Súmate hay un total de 23 apuntes, entre reuniones y participación de Torra en sus actos, lo que da de media más de una visita con un grupo independentista al mes.

Por su parte, el vicepresident Pere Aragonès tiene una agenda pública mucho menos extensa, con 69 encuentros con grupos de interés. En el caso del líder de ERC y en consonancia con sus responsabilidades en el área económica, su agenda es casi monotemática de reuniones con empresas, patronales, sindicatos y agentes económicos de todo tipo. Por ejemplo, en lo que va de año Aragonès se ha visto con la Unión de Federaciones Deportivas de Catalunya, con la Cámara de Comercio, con el sindicato agrario Unió de Pagesos, asistió a la gala Empresa del Año del Periódico de Catalunya, visitó el Barcelona Supercomputing Center y se vio con la organización de empresas culturales Proa.

Libros, botellas de vino y pisapapeles

Otra de las actividades que debe dejar huella pública en la administración catalana son los obsequios y dádivas a los altos cargos. La mayoría de estos regalos son simbólicos y protocolarios y, como tal, no incumplen el código de conducta, pero no solo debe quedar registrada su entrada sino también la finalidad que se le ha dado. Entre los regalos más frecuentes hay productos de consumo, como botellas de vino, aceite o cajas de fruta, pisapapeles y réplicas en miniatura o placas e insignias.

Pero por encima de cualquier otro, el regalo estrella son libros. En lo que va de legislatura solo al despacho presidencial han llegado unos cuatrocientos regalos catalogados como libros o productos culturales, y todos ellos se destinan a la biblioteca del Palau u otros fondos del Govern.

Diferente destino suelen tener los regalos consumibles. La mayoría de ellos quedan para “usos departamentales”, lo que significa que se reparten entre los trabajadores o se consumen allá mismo. Esto ocurre de forma destacada al departamento de Agricultura, a donde el pasado 19 de diciembre llegaron tres botellas de aceite de cortesía desde el Ministerio de Agricultura, de las que se hicieron “usos departamentales”. Ese mismo día, el mismo departamento repartió una caja de mandarinas del Montsià que había llegado por obsequio del Ayuntamiento de Alcanar.

Un lote de productos o una figura conmemorativa suelen ser regalos bienvenidos. Sin embargo, hay algunos que también se rechazan. Uno de los clásicos son los pases de honor a la Fira de Barcelona, que la entidad suele regalar a diversos cargos cada año y que éstos suelen devolver. Pero a veces hay regalos de más cuantía. El pasado octubre la empresa especializada en eventos sobre fiscalidad Alfameeting regaló un pañuelo de vestir a la directora de Tributos y Juego, que ella prefirió retornar. Un año antes desde la fundación Abertis habían enviado una entrada para la ópera al secretario de Salud Pública, que éste también declinó con una nota de agradecimiento.

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