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El jefe de las investigaciones del 1-O tilda de “periodo insurreccional” y “polvorín” el otoño soberanista de 2017

Baena (detrás del juez Llarena), el 9 de abril de 2018 en la entrega de despachos a nuevos jueces en Barcelona

Oriol Solé Altimira / Pedro Águeda

El teniente coronel Daniel Baena, que estuvo al frente de las investigaciones del 1-O como máximo responsable de la Policía Judicial de Guardia Civil en Catalunya, ha comparecido este martes como testigo en el juicio del procés. El primer tramo de su interrogatorio ha estado marcado por la contundencia de sus expresiones sobre el otoño soberanista de 2017, que no ha dudado en tildar primero de “periodo insurreccional” y de “polvorín” después.

A preguntas de la fiscal Consuelo Madrigal, Baena ha diagnosticado una escalada de tensión en la situación de Catalunya durante los meses de septiembre y octubre de 2017 solo sofocada por la aplicación del artículo 155. Las explicaciones del mando policial han levantado las quejas de las defensas, que las han considerado más propias de un perito que de un testigo que debe ilustrar al tribunal tan solo sobre hechos que conoció. Además, varios de los abogados aguardan su turno para preguntar a Baena sobre los tuits que habría escrito en una cuenta con pseudónimo en los que cargó duramente contra Puigdemont, los Mossoss y el 1-O.

Baena ha insistido en emplear la expresión “periodo insurreccional” tras la queja de las defensas y lo ha situado entre el 19 y el 20 de septiembre y el 28 de octubre de 2017, cuando se aplicó el 155. “Antes del 20-S hubo concentraciones e incidentes que yo lo califico casi de protesta”, ha aseverado Baena. El cambio se produjo, según Baena, a partir de la incautación de miles de notificaciones en Terrassa el 19 de septiembre y la jornada de registros y detenciones del 20-S.

Desde entonces, ha abundado, las concentraciones “ya se producen en acuartelamientos, ante sedes judiciales y como consecuencia de una acción ordenada por jueces y fiscales y de la actividad del Estado”. En concreto, se produjeron 47 escraches frente a los cuarteles del Instituto Armado. Por contra, a partir del 28 de octubre las entidades soberanistas ya no hicieron “llamadas a la movilización” y la labor de los Mossos d’Esquadra “fue muy eficaz evitando cualquier tipo de incidente”.

La exposición de Baena ha sido interrumpida por Xavier Melero, letrado del exconseller de Interior Joaquim Forn, que ha cuestionado “si el testigo debe utilizar la expresión 'periodo insurreccional' para glosar sus comentarios”. El presidente del tribunal, Manuel Marchena, ha rechazado la protesta pero ha aclarado que la sala “no se siente en modo alguno vinculada ni da por probada ninguna valoración que haga el testigo”.

A la expresión “periodo insurreccional” para referirse a la situación en Catalunya, Baena ha añadido que los tres cuerpos policiales de la comunidad tenían “la sensación” de que “aquello era literalmente era un polvorín”. “Los policías que teníamos un mínimo de responsabilidad sabíamos que en esa situación, cualquier incidente pequeño podía derivar en una escalada incontrolable. ”Afortunadamente no fue así, pero que no fuera así no quiere decir que la sensación que teníamos los tres cuerpos policiales de que aquello era un polvorín era incuestionable“, ha sostenido.

El 20-S, autorizados para usar la fuerza

Sobre la jornada del 20-S, Baena ha asegurado que el titular del juzgado de instrucción 13 de Barcelona, el ahora fallecido Juan Antonio Ramírez Sunyer, le había autorizado para aplicar el uso de la fuerza “si se veía la integridad física de los componentes de la comisión judicial alterada o gravemente en peligro”. “No se adoptó la decisión porque no se llegó a acceder”, añade respecto a la protesta.

Baena también ha dado detalles sobre la investigación del juzgado 13, que las defensas cuestionan y consideran que forma parte de una “causa general” contra el soberanismo. También ha confirmado lo que el sumario de la causa de Barcelona ya había mostrado, esto es, que la Fiscalía de la Audiencia Nacional y el juzgado de Barcelona investigaron en paralelo la creación de estructuras de Estado.

Baena ha explicado que en sus inicios la investigación se centró en un delito de malversación referente a la creación de estructuras de Estado por parte de la Generalitat, pero que a partir del 20-S “la linea de investigación que habíamos planeado con el juez evolucionaba”, por lo que constituyó “equipos de análisis crítico de la situación para determinar nuevos indicios”. También ha indicado que Ramírez Sunyer les autorizó a que, como policía judicial, hicieran “labores de investigación” sobre políticos aforados (diputados y consellers) “sin afectar a sus derechos”, por ejemplo sin practicar intervenciones telefónicas.

A partir del 20-S, ha indicado, surgieron indicios de nuevos delitos. Y es que según Baena, la libreta Moleskine de la mano derecha de Oriol Junqueras, Josep Maria Jové “fue la ratificación” de que el referéndum “era la piedra angular” del proceso soberanista y de que los independentistas planeaban “una situación de conflicto”.

“La Moleskine no fue el inició de la investigación, fue la ratificación de la investigación”, ha afirmado. “El referéndum era la piedra angular sobre la que pivotaba el proceso público” hacia la independencia, ha agregado Baena, para a renglón seguido destacar que la votación “además de prohibida era condición 'sine qua non' para adoptar una situación de conflicto y declaración unilateral de independencia”.

Respecto al power point Enfocats, hallado en el domicilio de Jové, Baena también lo ha situado en el plan independentista. “Coincide con los hechos y las movilizaciones ciudadanas, pero hay otras cosas que no. Por ejemplo decía una fecha distinta a la que fue utilizada para la celebración del referéndum”, ha explicado Baena.

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