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Torra, el president que no se postuló y que dudó hasta el último minuto

Puigdemont, Torra y Artadi en una imagen de archivo.

elDiario.es Catalunya

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El 14 de mayo del 2018 se convirtió en presidente de la Generalitat y este jueves el Tribunal Supremo inicia el proceso para decidir si lo inhabilita para ocupar el cargo. Torra nunca tuvo en sus planes ser president. No fue ni el primer ni el segundo candidato de Carles Puigdemont y él tampoco buscó serlo e incluso en el último momento planteó que la elegida fuese Elsa Artadi. La actual concejal en el Ayuntamiento de Barcelona sí había estado en las quinielas aunque nunca se llegó a debatir la idea de que fuese ella porque tanto Artadi como Puigdemont tenían claro que no era su momento. El expresident fue junto a la propia Artadi, el exjefe de gabinete de Puigdemont, el actual conseller de Territori, Damià Calvet, el diputado Albert Batet y el actual director de comunicación del Govern, Jaume Clotet, quienes acordaron que la persona sería Torra. 

La decisión se tomó en Berlín y a Torra se le comunicó por videoconferencia en un despacho de la empresa pública Incasòl, una de las varias que dependen del departamento de Territorio. Esta es una las negociaciones que se detallan en ‘Toda la Verdad’ (Ara Llibres). Publicado en octubre del 2019, se convirtió en el más leído del año en la categoría de No Ficción en catalán, y ahora acaba de ver la luz la edición traducida al castellano. Sus autores son seis periodistas de diferentes medios, entre ellos la directora adjunta de elDiario.es, Neus Tomàs, que tras consultar más de un centenar de fuentes y dedicar dos años a la investigación, desvelan algunos de los entresijos de los meses más convulsos del proceso independentista en Catalunya. 

En esta crónica periodística se describe también cuál fue el papel de Julian Assange y su entorno para diseñar el operativo de las votaciones y evitar que los ataques informáticos no las bloqueasen. Se desvela cómo se había previsto un plan para evacuar al Govern durante la jornada del 1-O si se dictaba una orden de detención contra ellos e incluso dónde estaba escondida una cámara para, llegado el caso, grabar a la Guardia Civil entrando en el Palau de la Generalitat.

En el fragmento que se reproduce a continuación se relata cómo se decidió que Torra sería el nuevo presidente de la Generalitat.

“La investidura, ahora sí, está a punto de desencallarse. No habrá ningún intento más de restituir a Puigdemont. Con mucha discreción, Quim Torra es convocado en el despacho de Damià Calvet en el Institut Català del Sòl. Hace muy poco que ha confesado a su núcleo de confianza que, según qué camino tome la legislatura, dejará el grupo. Han pasado unas semanas negras, con bailes de nombres y luchas de poder en el espacio de JxCat. Pero la cita es sospechosa. Todavía más cuando, el domingo por la noche, después de una reunión del grupo parlamentario el día anterior en Berlín, Batet ya lo sentó al lado de Puigdemont mientras miraban el partido Barça-Madrid. En el despacho de Calvet, Torra se encuentra con Artadi, preparada para la videoconferencia con Puigdemont. «Espera, no llames». Torra duda, le dice que es ella quien debe ser la presidenta. En realidad, Puigdemont nunca le ha hecho una propuesta formal a Artadi, ambos convinieron en que no era su momento, y en cambio, está a punto de pedírselo a él. ¿Qué pasa si dice que no? Torra tiene que responder ahora. Puigdemont aparece en pantalla. A él, Artur Mas le dio diez minutos para decidir si quería intentar gobernar el país y llevarlo a la independencia.

Durante el fin de semana en Berlín, Artadi, Rius, Calvet, Clotet, Batet y el presidente en el exilio se han decidido por el nombre de Torra. Consideran que es quien mejor preservará la continuidad de la presidencia legítima que atribuyen a Puigdemont, a quien no renunciarán a investir cuando sea posible. Torra quiere continuar con el procés y ha vivido con contradicciones los días en los que al independentismo le costaba recuperar la palabra república en el Parlament. El editor también tiene clavada una espina del destino: no puede olvidar que Cuixart está en prisión, en parte, porque él dejó la presidencia de Òmnium. 

Hace días que dura esta discusión en JxCat y, mientras tanto, se han filtrado interesadamente varios nombres a la prensa, algunos sin posibilidades reales de prosperar. De entre todos los que se han sopesado de verdad, solo uno ha quedado a un paso del cargo y han intentado protegerlo cuidadosamente de las especulaciones: Miquel Buch. El expresidente de la ACM, después consejero de Interior y hombre de confianza de Turull, solo podía ser investido si algunos diputados renunciaban al acta. Habría podido ser presidente si Torra hubiera declinado el ofrecimiento.

Uno de los lugares donde han deliberado es el piso donde Puigdemont y Torra se harán, el jueves 10 de mayo, la primera fotografía. Es la imagen del relevo. Puigdemont en una butaca, Torra en el sofá, al lado de Artadi, y una Virgen de Montserrat. Es un piso que una familia catalano-alemana presta al presidente para actividades políticas mientras se encuentra en Berlín. La Moreneta llegó al centro de la mesa por una carambola. Un día Marcel Mauri viajó a ver a Puigdemont y se quisieron hacer una foto, les pareció que el espacio estaba un poco desangelado e, improvisadamente, recurrieron a la figura que estaba en alguna estantería. De nuevo, el azar y el omnipresente factor humano.

La respuesta de Torra a Puigdemont es un sí. Será el presidente de la Generalitat centésimo trigésimo primero, con un programa de gobierno que definirá la acción política republicana. Las últimas euroórdenes, y el hecho de que Puigdemont y Comín dependan de las resoluciones de la justicia alemana y belga, permitirán que ambos puedan votar en el Pleno de investidura, y que el editor y expresidente de Òmnium sea elegido presidente en segunda vuelta, con la abstención de la CUP. Sí, Torra lo intentará“.

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