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Forcadell (ANC): “Si no hay consulta, el Govern no estaría legitimado para continuar”

Carme Forcadell, presidenta de la ANC, rechaza que el Govern siga hasta 2016 si no hay consulta

Arturo Puente

Barcelona —

Carme Forcadell, presidenta de la Assemblea Nacional Catalana, se ha convertido los últimos dos años en una de las personas más conocidas de la sociedad civil en Catalunya, al tiempo que la organización que preside se consolidaba como uno de los actores con más capacidad de movilización en la calle. En la recta final hacia el 9N, una fecha sobre la que cada vez surgen más dudas de que la consulta se llegue a celebrar, la Assemblea está centrada junto con Òmnium Cultural en la organización de una gran V humana para formar una estelada gigante entre las calles Gran Vía y Diagonal de Barcelona. Forcadell asegura estar convencida de que la consulta se hará y de que la única intención del president Mas es hacerla, pero alerta de que el Govern no estaría legitimado para continuar hasta 2016 si la consulta no se celebrara.

¿Cómo van las inscripciones para la gran V que preparan para la Diada?

Han mejorado. Hemos mejorado las condiciones de la web y hemos hecho un llamamiento para explicar que la gente debía apuntarse, porque muchos pensaban que como era una manifestación con ir a Barcelona ya era suficiente y no era necesario apuntarse. Pero no es una manifestación, es una acción con la que queremos hacer una V que simbolice la bandera catalana, por lo tanto se deben inscribir porque si no habrá mucha gente en un lugar y faltará en otro.

Ahora mismo, ¿cuál es la cifra de inscritos?

Se han apuntado casi unas 10.000 personas más desde que dimos la última cifra. El jueves por la tarde dijimos 115.000 y el viernes pasábamos de largo las 120.000, pero no miramos la cifra cada minuto.

Parece una cifra muy alejada del número de personas que han movilizado las pasadas diadas, ¿no?

No nos preocupa. La mayoría de gente tiene la percepción de que no hay que apuntarse y aún estamos en medio de agosto. Cuando volvamos de vacaciones la cifra irá subiendo, como ocurrió el año pasado.

¿Cree que el caso Pujol, por ejemplo, ha podido desanimar a la gente?

Al contrario, precisamente nosotros entendemos que este proceso sirve para que pase todo esto, para que salga todo esto. Siempre decimos que la independencia debe servir para limpiar. Si queremos construir un país nuevo debe ser un país sin corrupción y tenemos que limpiar antes de empezar a construir algo nuevo. Para nosotros el avance nacional va ligado al avance social, y esto significa un país limpio, transparente y sin corrupción. Por eso no creemos que afecte, porque además este es un proyecto que no se basa ni en liderazgos personales ni tampoco en un partido concreto sino en la transversalidad y la fuerza de la gente.

¿Cuál sería una cifra de participación con la que se darían por contentos?

Estaremos contentos si cumplimos el objetivo, que es llenar la Gran Vía y la Diagonal. La cifra de lo que significa esto no la sabemos muy bien, ni nosotros hemos dado nunca ninguna cifra. El año pasado nos dimos por satisfechos porque cumplimos sobradamente el objetivo que hacer la vía catalana.

La movilización ha sido uno de los factores más importantes del proceso soberanista, y la verdad es que han puesto el listón alto. ¿Cree que el proceso podría resentirse si este año no se cumplen las expectativas de movilización?

El éxito de l'Onze de Setembre reforzará este proceso. Y al contrario, sí, es posible que lo debilite si no se consigue el objetivo. Lo que pasa es que realmente no sabremos la fortaleza del proceso hasta que no votemos y sepamos cuántos somos. Nosotros pensamos que somos mayoría, pero tal vez no somos tanta mayoría. Pues por eso queremos votar.

Poco tiempo después de la gran movilización del año pasado, la de la Vía Catalana, la mayoría parlamentaria pactó la fecha y la pregunta del 9N. Si ahora se incumpliera aquel pacto, ¿sería una traición a los ciudadanos que se movilizaron?

Sí, entendemos que sí. La fecha y la pregunta están pactadas y esto se debería cumplir como un mandato democrático que les hicimos los ciudadanos. Fíjate que es una fecha y una pregunta que se pactó en diciembre pasado, hace casi un año, han tenido mucho tiempo para prepararse. No cumplir con lo pactado sería muy grave.

Se lo pregunto porque en los últimos días se está cuestionando más que nunca que la consulta del 9N se produzca. ¿Usted todavía piensa que se hará?

Estamos convencidos. Hemos hecho una campaña que se llama “Ara es l'hora” [Ahora es la hora, uno de los versos más conocidos del himno de Els Segadors] que es para votar y ganar el 9 de noviembre. Por lo tanto estamos seguros de que es hará.

Respondieron a la vicepresidenta Ortega que no renunciaban a la consulta por un veto del Constitucional. ¿Apuesta por la desobediencia, usted?

Es que para nosotros se hará de acuerdo con la legalidad catalana. Es decir, aquí hay un choque de legalidades. Por un lado está la legalidad española, que ya sabemos que dentro de esta no podremos hacer la consulta, pero hay una legalidad catalana y una ley de consultas que aprobará el Parlament de Catalunya. Es más, el Parlament hizo una declaración de soberanía. Pues, si es soberano, es soberano también para hacer esta consulta.

Apuestan decididamente por la consulta del 9N, pero la Assemblea contempla en su hoja de ruta la posibilidad de que no la haya.

Seríamos una entidad poco seria si no tuviéramos una alternativa. Pero apostamos por el plan A o B, que es consulta en cualquiera de los casos [bajo el acuerdo con el Estado o sin él]. Es que además la consulta es lo que quiere la mayoría de la ciudadanía, un 80% quiere la consulta y casi un 90% dice que aceptaría el resultado. Entonces, debemos apostar por lo que quiere la mayoría de la ciudadanía.

¿Qué tendría que pasar para que consideren justificado el plan C, que la consulta es irrealizable?

Bueno, pues no lo se, si sacamos las urnas y pasara algo ya lo veríamos. Pero no nos adelantamos.

Pero, para que quede claro, sacar las urnas es irrenunciable, ¿no?

Para la Asamblea Nacional Catalana la consulta es irrenunciable, sí.

La Assemblea siempre ha sido una especie de contrapeso ciudadano del proceso político. ¿Qué papel cree que debería tener la ANC si el Govern convoca la consulta pero al final cumple con el veto del Constitucional y la consulta no tiene lugar?

Más que contrapeso nuestro trabajo ha sido presionar y recordar a los políticos qué trabajo tenían que hacer y qué mandato de la gente debían llevar a cabo. El mandato democrático, como ya he dicho, es que se haga la consulta. Ahora, si no la hacen, ya nos plantearíamos otros escenarios, pero de momento esto no ha ocurrido porque en ningún momento han dicho que no lo harán, es más, el presidente Mas ha dicho que lo único que se plantea se votar.

Pero usted sabe que votar no es lo mismo que votar en una consulta…

Bueno, entendemos que el presidente Mas apuesta al igual que nosotros por la consulta.

¿En su opinión el Govern de Mas podría agotar la legislatura si la consulta no se celebra?

No. No, no, no. Si no hay consulta debería haber elecciones porque que el gobierno no estaría legitimado a continuar, de ninguna manera. Al igual que ocurrió en 2012, que cuando se tuvo claro que el pacto fiscal no era posible y después se produjeron elecciones, nosotros entendemos que ahora, si no se produce el mandato democrático, tampoco está legitimado.

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