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Así ha sido el primer mes de Isidro Sánchez, único alcalde ciego de Castilla-La Mancha

Foto cedida

Francisca Bravo Miranda

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Santa Cruz de los Cáñamos, un pequeño municipio de la comarca del Campo de Montiel en la provincia de Ciudad Real. “El pueblo sufre mucho. Es bastante pequeño, con pocos habitantes y lo azota el despoblamiento rural como a muchos otros”, explica Isidro Sánchez, que se convirtió en el alcalde socialista de la localidad el pasado 15 de mayo con el apoyo de 229 votos, frente a los 183 que consiguió el PP. El joven, de 26 años y de profesión psicólogo, decidió dar el paso para “colaborar de cualquier manera con que el pueblo avance”. Esto incluye ser también el único alcalde electo con limitación visual total.

Isidro es ciego, pero prefiere hablar de los múltiples problemas que aquejan a su localidad natal, el pueblo de sus padres, que de sus propias limitaciones físicas. Rápidamente, y es que apenas ha pasado un mes desde que tomara posesión de su nuevo cargo, se ha dado cuenta de que hay mucho que hacer en el pueblo donde su familia ha vivido “toda la vida”. Le viene de familia: su tío había sido alcalde durante 16 años y fue él quien le instó a presentarse como candidato porque estaba “muy agotado”. “La política puede ser un ámbito muy bonito, pero también tiene sus problemas”, explica el edil. Primero dijo que no, pero tras “darle la vuelta” y hacerse con una lista de gente de confianza se sintió preparado.

Desde la campaña, se ha movilizado puerta a puerta todos los días para conocer los problemas de los vecinos. “Me hayan dado el voto o no, todos me han atendido correctamente y con educación y respeto”, asegura, mientras destaca que antes incluso de tomar posesión como alcalde ya había empezado a trabajar. Los problemas de un pueblo pequeño no son los de Madrid, recalca: tuvo que organizar la fiesta de la escuela rural del pueblo, que al ser un Centro Rural Agrupado (CRA), incluye a escuelas de otras localidades, y para eso tuvo que hacer “lo imposible” con un presupuesto ajustadísimo y menos personal todavía.

“En el municipio tenemos un montón de cosas súper deterioradas, y nada más acabar de organizar la fiesta de la escuela nos pusimos a publicar las bases para contratar a la gente de la piscina”, explica. Al no tener apenas presupuesto, dependen de las subvenciones para poder contratar personal como taquilleros o maquinaria para sanear los espacios del municipio. “Todo requiere mucho trabajo e, incluso, el concejal tiene que ir a ayudar y dirigir en labores que no son de su incumbencia. Si estás apresurado tienes que intentar ayudar y colaborar”, recalca.

Ha logrado coger el tranquillo de su trabajo y ya tiene “el 80%” de las fiestas de agosto preparadas porque no han parado “ni un solo momento”. Además de esto, recalca que nadie en el ayuntamiento está liberado, y que sólo cobran alguna dieta de asistencia a órganos colegiados. “Y eso que esto es mucha responsabilidad. Puede parecer que a lo mejor es nada, pero la verdad es que son muchas cosas en una”, recalca. Isidro vivió en Santa Cruz hasta que se trasladó a Valdepeñas para empezar su educación secundaria. Ahora, sin embargo, vive entre ambas localidades: “bajo con mucha continuidad al pueblo”.

Isidro reconoce que al principio tenía “muchos miedos” de comenzar a trabajar, debido a su limitación visual total. “Crees que la gente va a pensar que no vas a poder llegar hasta donde puede llegar alguien con toda su capacidad. Pero no es así, conforme vamos avanzando entiendo que se puede hacer todo perfectamente. Hablo con los vecinos, me voy empapando de lo que necesitan, y si cojo información de un vecino, visito a otro para verificar que sea verdad”, recalca Sánchez. Apoyado por sus concejales va tomando las medidas que ve necesarias y mantiene un dialogo con la sociedad de su pueblo. “Siendo coherente, no hay manera de no llevar a cabo la labor correctamente”, asegura.

“Definiría este mes como mucho agobio, ansiedad e ilusión. Todas las noches me acuesto y me levanto pensando qué puedo hacer para mejorar y ver qué subvención puedo conseguir para mejorar el pueblo. Tenemos muchas instalaciones, pero hay mucho deterioro”, reflexiona Isidro. Recuerda que el mismo día de la toma de posesión, no habían pasado “ni diez minutos y los vecinos ya venían a reclamar”. “Hay muchas cosas, y la gente se apresura mucho y cada dos por tres vienen a decirme lo que hay que arreglar. Pero tenemos que ir con orden de priordad y según lo que podamos ir haciendo”, afirma.

Para la legislatura, reconoce que lo “fundamental” es fomentar el empleo, algo que considera “muy complicado” en un pueblo pequeño. “Necesitamos los apoyos de la Diputación y la Comunidad Autónoma, pero también impulsarlo en la medida que nosotros podamos. Intentaré que los puestos de trabajo sean para las personas del pueblo y evitar así que la gente más joven se vaya del municipio. Si se van, estamos perdidos. Por eso quiero agradecer el apoyo del presidente de la Diputación de Ciudad Real y al presidente de la Comunidad Autónoma”, concluye.

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