Ximo Puig “es el líder social que tiene un modelo de partido y uno de país”. El equipo que ha dirigido la campaña del presidente de la Generalitat para ser reelegido secretario general del PSPV-PSOE ha glosado las virtudes del candidato, que le disputa las primarias del partido este domingo a Rafa García, el aspirante apoyado -de manera discreta- por Pedro Sánchez.
Según Jorge Rodríguez, coordinador de la campaña de #EsquerraEnMarxa, Puig y su equipo han desatado una “ola de ilusión” entre la militancia y su ciudadanía. La movilización habría sido abierta, plural y participativa, concebida de “abajo [desde las bases y la gente] arriba”.
Una campaña concebida no en clave orgánica -en alusión implícita a la rival, muy centrada en el PSPV- sino en promover los valores clásicos del socialismo -igualdad, libertad-, explicar el modelo de desarrollo que promueve el Consell -cambio de modelo productivo incluido- y alguna de las ideas-fuerza de Puig: la promoción de federalismo y el valencianismo con especial atención a los municipios.
Esa campaña, según el coordinador, ha conseguido recoger multitud de adhesiones entre la militancia y la sociedad civil. De gente relevante en el mundo de la cultura, por ejemplo. A ello ha contribuido más de 100 actos celebrados en “agrupaciones de todas las comarcas del País Valenciano”.
Puig, sin “descuidar la gestión institucional”, también se ha volcado. El jueves parlamentó en cinco actos en Castellón y este viernes participa en otros tantos. En 15 días, habrá estado en 50 convocatorias relacionadas con las primarias. Su equipo cree que el presidente “ha sido capaz de movilizar a la sociedad civil”.
Las primarias enfrentan a un Puig obsesionado porque el debate endogámico no sea capital -“hay que pensar más en las familias valencianas que en las orgánicas”- con un rival muy centrado en denunciar que el PSPV está “muerto” -sin actividad alguna- y controlado por una camarilla.
El domingo, los 18.000 militantes socialistas eligen. Ambos bandos se ven ganadores. En la recogida de avales, Puig aventajó a Garcia con claridad -7.500 por 4.400- pero lo que vale son las urnas.