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Agricultura ecológica 2021: esperanzas con retraso

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Biofach, la feria de la alimentación ecológica, se ha celebrado este año durante los días 17 al 19 del pasado mes de febrero en Nuremberg, su actividad ha sido enteramente digital por la existencia del Covid. La celebración de este evento se remonta al año 1990, en que tuvo una asistencia de casi dos centenares de exhibidores. Desde entonces, ha tenido lugar todos los años, hasta alcanzar en éste los casi mil quinientos procedentes de más de cien países. Los objetivos que se persiguen pueden agruparse en dos: A) Establecer y fortalecer las conexiones comerciales, servir de escaparate de nuevos productos; este año se han presentado, al calor de las polémicas veganas, sustitutos de la leche y la carne. B) Promover un foro donde se planteen temas de interés para la agricultura ecológica, con una programación que este año ha contado con de más de un centenar de reuniones telemáticas.  Finalmente, Biofach se ha extendido con otras ferias en la India, China, EEUU y Brasil.

El informe The World of Organic Agriculture (2021) acompaña desde hace veintidos años a la feria, con un formato en el que presenta una serie de estadísticas mundiales, muy completas y detalladas de la superficie, comercio y consumo de los alimentos ecológicos, desglosadas por países. Sus autores son los investigadores Helga Willer, Jan Travnicek, Claudia Meier y Bernhard Schlatter, con la colaboración de centenares de informantes e instituciones. La parte estadística va acompañada de estudios que abordan cada año cuestiones importantes relacionadas con el interés de cada momento.

El informe lo editan dos de las mas relevantes instituciones de la agricultura ecológica: la Research Institute of Organic Agriculture (FiBL) y la International Federation of Organic Agricultural Movements (IFOAM), cuya importancia merece una breve nota informativa.

El FiBL se fundó en 1973 en Suiza, promovido por las agriculturas biodinámica y orgánico-biológica. Mas tarde, y superada la oposición de la agricultura oficial, colabora en sus investigaciones con centros de investigación del Departamento de Agricultura suizo. Sus objetivos se centran en la investigación y la transferencia tecnológica de las prácticas orgánicas, junto a la formación de expertos consejeros que imparten cursos de capacitación y a la publicación de materiales divulgativos.

El IFOAM surgió de una reunión en Versalles, a finales de 1972, de las representativas organizaciones de la agricultura ecológica mundial: Soil Association (Reino Unido), Swedish Biodynamic Association, Soil Association of South Africa, Rodale (EEUU) y Nature et Progres (Francia). Sus objetivos consisten en promover mundialmente el desarrollo de la agricultura ecológica, mediante el intercambio de conocimientos e información; la representación del movimiento orgánico en las instituciones internacionales con el ejercicio de la defensa de sus intereses. Por último, la importante función de elaborar y revisar los estándares y normas de acreditación que garantizan la autenticidad de los alimentos ecológicos.

Una cosa es predicar y otra dar trigo. La Comisión de la Unión Europea ha presentado, en los últimos años, dos importantes documentos. El primero, el Pacto Verde Europeo (European Commission 2019) en el que se diseñan los objetivos generales que definen la futura sociedad sostenible europea. Solo un año más tarde, la Comisión volvió a presentar un segundo documento, este ya centrado en un sistema alimentario saludable y medio ambientalmente sostenible, De la granja a la mesa (European Commission 2020), en que se observa la agricultura de manera sistémica, interrelacionándola con los consumidores, y proclamando que es la ciudadanía quien debe decidir lo que come y cómo se comercian y producen los alimentos. Claramente, se entiende que no podemos estar dependiendo inexorablemente de los intereses económicos especulativos. En lo que concierne a la agricultura ecológica tiene como objetivo principal su aumento al 25% de superficie cultivada de manera ecológica sobre el total agrario (ahora estamos en el 8%) en un plazo de diez años. Impresionante ¿verdad? Pero dejando aparte esta cifra redonda y rotunda, cabe preguntarse cómo se pretende llegar a conseguirlo.

De momento, el proceso para la transformación de la agricultura ecológica va retrasado o está simplemente parado. En el año 2018 se aprobó un nuevo reglamento (EU. Regulation 2018/842) con entrada en vigor el 1.01.2021, que no se ha podido llevar a efecto por falta de acuerdo en su desarrollo por las partes interesadas, y se ha pospuesto su aplicación a enero del 2022. Cuatro años de retraso: no está mal. Pero la lentitud también afecta a la Política Agraria Común (PAC), que se ocupa de la importante tarea de planificar los presupuestos de la Unión Europea. Según el informe del IFOAM del año 2019 (IFOAM EU 2019) existen dudas sobre si la agricultura ecológica podrá disponer de los fondos necesarios para abordar sus objetivos detallados por la Comisión.

Algunos motivos de esperanza. Sembrar para recoger. El The World of Organic Agriculture (2021) trata un tema que puede resultar interesante reseñar: el Power of Public Food Procurement (PFP), que tiene como objetivo el fomento del consumo de alimentos ecológicos en aquellos sectores que dependen del sector público (hospitales, escuelas y administraciones civil y militar). Para ello debería empezar introduciendo algunos alimentos ecológicos, para después ir completando los menús. Aquí la decisión radica en la administración pública y los efectos serían más que los puramente dietéticos. En los hospitales, la salud de enfermos y personal hospitalario mejoraría. También en las escuelas, la repercusión sobre la salud de alumnos y profesores, junto al efecto educativo en valores nutritivos y medioambientales, sería notable. Todas estas iniciativas ya cuentan con experiencias consolidadas en Dinamarca e Italia. ¿Por qué no aprovecharlas?         

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