Aitana Mas, vicepresidenta valenciana: “La base de un gobierno de coalición es tener todas las miradas incluidas”

Laura Martínez

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Aitana Mas i Mas (Crevillent, 1990) recibió la noticia de la dimisión de Mónica Oltra y su propuesta para ser vicepresidenta del Gobierno valenciano pocas horas después de aterrizar en Grecia, donde se encontraba de vacaciones y de permiso por maternidad. La alicantina, que inició su trayectoria política en el Ayuntamiento de Crevillent, como concejala y portavoz de Compromís es, con 32 años, la vicepresidenta más joven del gobierno autonómico. Mas reivindica su perfil como mujer, joven, madre y alicantina para impulsar esas cuatro condiciones como acción del Ejecutivo autonómico en los diez meses que restan hasta la convocatoria electoral.

Ingeniera de formación, fue directora general de Transparencia en el primer Gobierno del Pacto del Botánico, el acuerdo suscrito entre PSPV, Compromís y Unides Podem-Esquerra Unida, y ha negociado las cuentas públicas como diputada autonómica desde 2019. El pasado febrero fue elegida coportavoz de Iniciativa, una de las ramas que forman la coalición Compromís y, desde este jueves, asume las competencias de Oltra en el Consell. A su regreso del primer pleno del Ejecutivo, conversa con elDiario.es sobre el último tramo de la legislatura y las fricciones en el gobierno autonómico.

Ha tenido un aterrizaje forzoso en el Consell. ¿Cómo recibió la noticia?

Estaba de viaje, disfrutando del permiso de maternidad y fue muy caótico. Acababa de dar positivo en COVID cuando Alberto Ibáñez –coportavoz de Compromís– me llama y me comenta que la vicepresidenta va a dimitir en unos minutos. Ahí se desencadenan una serie de días con muchas conversaciones, llamadas y decisiones que tomar. No fue una decisión sencilla, sobre todo a nivel personal. Estaba esperando a recuperarme, a dar negativo en COVID antes de incorporarme.

¿Quién le dijo que había sido elegida por Compromís para ser vicepresidenta, portavoz, consellera de Igualdad y secretaria del Ejecutivo?

Me llamó Mónica Oltra. Me dijo que había propuesto mi nombre y que los portavoces de Compromís estaban de acuerdo.

Desde que se conoció su nombre se ha hablado de usted como la sucesora de Mónica Oltra. En las intervenciones al respecto se ha hablado de su trabajo en el gobierno. ¿Siente presión?

En cierta medida, sí. Deja un listón muy alto. Ayer comimos juntas y le comentaba que era como hablar después de ella en un mitin: no sabes qué decir, cómo cautivar al militante. Ha hecho un cambio radical en esta conselleria, muchísimas personas le estarán eternamente agradecidas. Eso es una hoja de ruta que no solo debo seguir, sino que genera la presión de estar a la altura. Evidentemente, no puedo ser Mónica Oltra, ni lo pretendo ser. Mónica Oltra es insustituible, yo no puedo ser su sustituta.

Llega al Gobierno, a la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, en una suerte de transición en el último año del Pacto del Botánico. ¿Qué líneas quiere marcar?

En diez meses va a ser difícil hacer grandes cosas, el margen de maniobra es escaso. Creo que en la conselleria hay que seguir la hoja marcada. Esta legislatura ha sido atípica, ha habido un parón de la pandemia muy largo, los trámites burocráticos se han visto resentidos y creo que quedan muchos proyectos que se plantearon al inicio con cierto retraso, necesitamos estos meses para que empiecen a caminar. Es imprescindible seguir esa hoja de ruta para terminar la legislatura con los proyectos desarrollados.

Como la gestión está encarrilada, tiene más libertad para tener un perfil más político, ejercer más de vicepresidenta.

En el traspaso de cartera ya comentaba que las competencias propias de la conselleria están muy encauzadas, pero en cuanto a la vicepresidencia creo que, especialmente por mi condición de alicantina, hay un espacio para poder desarrollar la descentralización y vertebrar un territorio que muchas veces tiene sensibilidades distintas, en función de las comarcas, y que también hay que tejer y proteger. Creo que esa es la parte que más puedo desarrollar.

Las comarcas del sur han sido un territorio complejo para la izquierda, es una de las zonas geográficas más empobrecidas, con menos inversión... ¿Cuál es la oportunidad, la agenda botánica para Alicante?

Más que una agenda completa, es la oportunidad de acercar la gestión a las comarcas de Alicante. Suelo comentar que cuando me llamó el conseller Manuel Alcaraz –entonces titular de Transparencia y Participación– para ser directora general en el primer Botànic le pregunté: “Pero Manolo, eso qué es”. Parece una broma, pero la realidad es que en Alicante no se tiene esa concepción de cómo es una conselleria, de cómo está jerarquizada... Creo que es importante acercar las medidas del Consell a la población alicantina para que se sientan partícipes del proyecto.

Por otro lado, creo que hay cuestiones como las de este contexto, de crisis económica e inflación, que tienen mayor repercusión en Alicante. Hay dos comarcas muy concretas en la Comunitat Valenciana que están muy empobrecidas y están en Alicante. Las competencias de la conselleria pueden ayudar a revertir esta situación. El otro día lo anunciaba Mónica Oltra, con el proyecto de ley de Igualdad, que supone también una oportunidad para las trabajadoras de los hoteles, para las camareras de piso –la norma condiciona las subvenciones públicas a un salario mínimo para las trabajadoras y limita las subcontrataciones como herramienta contra la precariedad–. Precisamente coinciden las zonas empobrecidas con mayor peso de ese tipo de trabajos.

La semana pasada, en una entrevista, Joan Baldoví apuntaba que quizá los cargos de Compromís se han centrado más en la gestión que en explicar las políticas del Pacto del Botánico. ¿Está de acuerdo?

Totalmente.

Entiendo que este año, por lo que comentaba, el centro de acción va a ser acercar el Botánico a la ciudadanía.

Sí, sobre todo porque hemos estado dos años con una pandemia latente. Se ha complicado mucho la acción política, la gestión diaria. Creo que ahora es el momento de terminar los proyectos que estaban pendientes y de hacer de altavoz. La gestión de la pandemia se ha hecho, la atención mediática estaba en ese punto, porque era lo que más interesaba a los ciudadanos, pero ahora mismo necesitamos poner en valor otras cuestiones y atender las urgencias que hay: la crisis económica y la crisis climática.

¿Qué ambiente ha encontrado en el primer Pleno del Consell?

Muy cómodo. Me he sentido muy arropada.

Da la sensación en esta última legislatura que el ambiente de gobierno es tenso, que hay fricciones entre los socios. Hace unos días decía: “Sin codecisión no hay gobierno de coalición”. ¿A qué se refería?

Creo que es evidente que en los últimos meses ha habido fricciones, pero es normal en un gobierno de coalición y no nos tiene que asustar. Hemos pactado un Acuerdo del Botánico, que es el equilibrio que hemos encontrado entre las tres fuerzas políticas, pero cuando hay temas que no están contemplados, que pueden surgir nuevos, o temas que sí están contemplados pero en los que tenemos enfoques diferentes, es normal que haya discrepancias. Ante ello, a la hora de tomar decisiones, creo que la base de un gobierno de coalición de éxito es tener a todas las miradas incluidas. Para mí es imprescindible la mirada conjunta y de equipo, que los éxitos individuales sean compartidos y entendidos por todos, que sea un trabajo de tres fuerzas políticas que forman parte de un gobierno y no tres gobiernos diferentes.

¿Con la gestión de la pandemia el Botánico se ha vuelto un gobierno presidencialista?

La gestión de la pandemia se centralizó en Presidencia y eso generó incomodidad en Compromís en el marco de la codecisión. Eso se pudo reconducir. No era cuestión de la parte mediática, de quién anuncia las decisiones, sino que en un momento tan delicado, con tanta incertidumbre, creo que era más necesario que nunca un espacio de debate y reflexión conjunta. Es lo que vinimos reclamando en esos meses. Tampoco era justo que el peso de la gestión recayese en una sola persona. Tanto durante la pandemia como ahora, lo ideal en un gobierno de coalición es que todas las personas tengan su papel.

Ha formado parte del Ejecutivo autonómico y ha negociado las cuentas desde 2019 en las Corts Valencianes. En alguna ocasión han apuntado que la hoja de ruta es el Pacto del Botánico, pero esta actualización se firma en 2019, en un contexto muy distinto al actual: antes de la pandemia, de la guerra... ¿Cómo afronta estos presupuestos? ¿Repetiría la comisión política que negoció el pasado año?

Soy partidaria de repetir lo que funciona y creo que la comisión funcionó. Sirvió para definir prioridades. El pacto está circunscrito a un año concreto y hay que actualizarlo y marcar prioridades. Me gustaría hacerlo en una comisión política o como se quiera llamar, ver cómo vamos a afrontar lo que queda de año y cuáles van a ser las políticas para combatir la crisis actual. Creo que es necesario que nos sentemos y podamos discutir de forma natural, sin acritud. No tiene que suponer una batalla que exista una comisión o una reunión.

Da la sensación de que una propuesta así supone un órdago a la gestión de los demás.

Sí, cuando no tiene por qué. La coordinación no es un cuestionamiento a un conseller, no pone en duda nada. La coordinación en un gobierno de coalición es más necesaria que en cualquier otro. Es natural que las fuerzas políticas que componen ese gobierno puedan verse de forma periódica para planificar su futuro.

Ha comentado antes que habló con Oltra ayer. ¿Trataron la gestión de la conselleria?

Fue un encuentro más personal que político. Sé que a Mónica la voy a tener para lo que necesite, para pedirle consejo. Ayer creo que lo que tocaba era un ambiente más distendido.

¿Y con el presidente?

Estuve con él antes de la toma de posesión. Tendremos un encuentro la semana que viene para coordinarnos, ejercer ese diálogo natural en un gobierno y ver cómo enfocar estos diez meses que quedan.

Una de las fricciones más sonadas fue entre la Conselleria de Igualdad y la Conselleria de Justicia a raíz de la agenda abolicionista que plantea el PSOE en el Gobierno central y en el autonómico. Igualdad presentó enmiendas a una modificación legislativa de Justicia, apuntando a una invasión de competencias ¿Cómo va a abordarlo?

En primer lugar, me gustaría informarme debidamente. Puede que sea uno de los temas que tengamos que hablar el president y yo.

También hablaba en la toma de posesión de la agenda feminista. ¿Qué planes tiene?

Aún no me ha dado tiempo a sentarme en la silla del despacho, pero en el discurso hablaba de la conciliación y de los usos del tiempo. Aunque siempre se asocia a la agenda feminista, forma parte de la agenda de cualquier ciudadano. Me gustaría verlo desde un espectro global, que todos entendamos que en la política, como la vida de cualquier persona, debe haber límites, horarios y tiempo para todo. No pienso renunciar a ser madre, a ser joven ni a ser mujer. Es importante para ser coherentes con lo que pedimos a la ciudadanía y con lo que hacemos desde las instituciones.

Ya lo ha ido deslizando en sus intervenciones públicas, pero, ¿qué impronta quiere dejar en el Gobierno?

Para mí, como alicantina, es importante que se visualice esa descentralización de la administración. Creo que es una perspectiva que puedo aportar también como mujer joven.

La vicepresidenta saliente dimitió tras su imputación. Pero hay una parte del equipo, una directora general, imputada también en el proceso. ¿Cómo va a abordar esta cuestión?

Necesito analizar la situación con toda la información. Tomar una decisión precipitada no ayuda.

¿Sería coherente que la titular del departamento hubiera dimitido y que una persona que está en el segundo escalón se mantuviera en el cargo?

Mónica ha dimitido por un acto de generosidad. Ella ostentaba también la portavocía del Gobierno y en las ruedas de prensa del Consell ya no se hablaba de los acuerdos del Consell y eso no beneficiaba al conjunto del Gobierno. Mónica ha querido tomar esa decisión para que podamos continuar haciendo política y para que se visualice esa política. Yo necesito algo de tiempo, apenas llevo 30 horas en el cargo.

Es cierto que ha habido otros directores generales imputados anteriormente.

En Compromís ya hemos vivido otras imputaciones que han terminado con la causa archivada. El paso que da Mónica la honra, aunque no estoy de acuerdo en que haya dimitido porque no le ha dado tiempo a explicarse en sede judicial. Lo ha hecho en las Corts Valencianes, en ruedas de prensa, ha hecho un ejercicio de transparencia... Creo que debemos valorar de dónde procede esta denuncia [el líder de la ultraderechista España 2000 ejerce de abogado de la denunciante] y qué se persigue con esta denuncia.

Le ha tocado asumir un papel relevante en Compromís, como coportavoz de Iniciativa -una de las ramas de la coalición- y ahora siendo el cargo más relevante del partido. ¿Si el partido lo planteara, lideraría una candidatura a la presidencia de la Generalitat?

Si me hubieses preguntado hace diez días si iba a ser presidenta, te hubiera preguntado si estás loca. Si algo hemos aprendido estos días es que hablar del futuro supone hacer hipótesis y creo que no es el momento.