Brujas, aquelarres e inquisidores en el Parlamento valenciano
“Les preocupa que uno de cada cinco jóvenes cree que no existe la violencia machista. Normal, si los primeros que no creen son ustedes. ¿O cómo llaman al abuso sexual por parte de su cuidador a una menor tutelada? ¿Es violencia contra la mujer?”, “La camiseta que todas las mujeres deberían llevar en la manifestación de este 25 de noviembre” es la de 'Oltra vete ya'“. Los socialistas se dejan ”arrastrar por el falso feminismo de Compromís, el que no condena la violencia cuando afecta a una de las suyas, el que pone alcaldes que apoyan la violencia machista, el que reparte carnés de feministas y practica vergüenzas, y el que criminaliza y señala como presuntos maltratadores a médicos, ginecólogos y obstetras“.
Los grupos de la oposición en las Corts Valencianes aprovechan el 25 de noviembre, día por la erradicación de la violencia contra las mujeres, para exigir la dimisión de Mónica Oltra, a quien acusan en calidad de consellera de Igualdad de desproteger a una menor víctima de abusos sexuales y practicar un feminismo sectario. Los parlamentarios de Ciudadanos arrancaron la jornada con camisetas en las que bajo el rostro de la vicepresidenta se leía “Oltra vete ya”, mientras que los populares acusan a la Generalitat Valenciana de no querer investigar casos de abusos sexuales. “Se han negado dos veces a crear una comisión de investigación en el caso de una niña tutelada de la que abusó sexualmente un educador y que la justicia señaló desprotección y humillación”, acusó la parlamentaria Elena Bastidas, que considera que son “mensajes hipócritas”.
La derecha parlamentaria -el partido de ultraderecha Vox, que niega la existencia de la violencia de género, eludió la cuestión en la efeméride- intensificó su ofensiva contra la consellera de Igualdad en distintas formas en la sesión de control de este jueves, reclamando al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que la cesara de su cargo en el Gobierno autonómico. Aprovechando las protestas contra la violencia machista, retorcieron el argumentario para señalar a la responsable de Igualdad y al Ejecutivo autonómico como responsables de la violencia que se da en el territorio, eludiendo el carácter estructural de la misma. Ambos partidos consideran un fracaso del gobierno autonómico las cifras de violencia machista, agresiones sexuales o empleo femenino. En respuesta a la portavoz de Ciudadanos, que planteaba si el Gobierno se muestra satisfecho, el presidente de la Generalitat afirmaba que mientras hubiera una víctima, habría un fracaso social. “Es una derrota colectiva”, señalaba el dirigente autonómico, que insiste en que es una prioridad del Consell.
Desde que en diciembre de 2019 un tribunal condenara a un educador, exmarido de la consellera, por abuso a una menor tutelada, la bancada conservadora se ha esforzado por trasladar la responsabilidad a la titular de Igualdad. Como dirigente autonómica y como expareja del condenado. Los reproches por el caso, que ha sido ratificado por el Tribunal Superior de Justicia, han sido constantes en el Parlamento autonómico, se han trasladado al Congreso de los Diputados y, en última instancia, al Parlamento europeo. La diputada del PP Elena Bastidas envió recientemente a la Comisión de Peticiones de la Unión Europea, que preside la exministra popular Dolors Montserrat, una iniciativa para que se investiguen los centros de menores valencianos, que Bruselas ha aceptado.
En el Gobierno del Botánico cierran filas en torno a la consellera y portavoz. El dirigente socialista defendió las políticas de igualdad del Consell, transversales en sus distintos organismos, y puso en valor la gestión de los centros, la ley de dependencia, las oficinas de asistencia a las víctimas del delito, las políticas de empleo y la gratuidad de plazas escolares de 0 a 3 años. Tras una hora de reproches, el conseller de Educación, Vicent Marzá, acusó a Ciudadanos de “querer destruir humanamente a una persona porque les molestan sus políticas”.
La vicepresidenta se volvió a defender de las acusaciones, que considera “insidias” amparadas por la inmunidad parlamentaria. Oltra sentenció, ironizando sobre las declaraciones de María José Catalá y Pablo Casado, que calificaron su último acto público con otras dirigentes de izquierdas como un “aquelarre”: “Están haciendo una cacería. Entre brujas e inquisidor, yo me quedo con las brujas”.
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