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Las comunidades de vecinos de València se lanzan a modificar sus estatutos para evitar la invasión de apartamentos turísticos

Mesa de turistificación habilitada por la Plataforma per Russafa.

Carlos Navarro Castelló

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“Aunque desde el año 2022, con la última modificación de la Ley de Propiedad Horizontal, las comunidades de vecinos pueden poner restricciones o prohibir por completo la instalación de apartamentos turísticos con un 60% de votos a favor, la realidad es que sobre todo en el último año está habiendo un incremento importante de cambios de estatutos con este objetivo”, comenta el presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Valencia y Castellón, Sebastián Cucala, al ser preguntado por si ha notado una preocupación creciente con respecto a los alojamientos turísticos en las comunidades de propietarios: “Está habiendo mucho movimiento en este sentido porque se considera que puede ser una actividad molesta”, explica.

Según Cucala, “ahora parece que se están dando más cambios de estatutos por el impulso que está habiendo de la habilitación de viviendas turísticas en los bajos y, aunque en realidad al tener acceso desde la calle no debe suponer tanta molestia, muchos bajos tienen acceso al patio interior que se utiliza como terraza por los inquilinos, lo que genera rechazo entre el resto de la comunidad”.

Con todo, a partir del próximo martes 28 de mayo no se darán nuevos permisos para habilitar apartamentos turísticos, independientemente de los estatutos de cada comunidad. Como ha informado elDiario.es, el Ayuntamiento de València aprobará una moratoria que tendrá una vigencia de un año prorrogable a un segundo año, lo que al mismo tiempo dará margen para que las comunidades de propietarios puedan avanzar en el cambio de sus estatutos. Sin embargo, no afectará a los edificios dedicados en exclusiva a apartamentos turísticos, ya que se consideran una actividad económica equiparable a un hotel, por lo que no les afectará la suspensión.

Un ejemplo llamativo de lo que está sucediendo lo ha vivido en primera persona la Plataforma per Ruusafa, colectivo vecinal con 22 años de actividad cívica y reivindicativa en el barrio que tras 20 años ubicado en un bajo de 200 metros cuadrados con salida a la plaza de Manuel Granero y la calle del Literato Azorín, será desalojado a final de año. En su lugar, se construirán varios alojamientos turísticos.

“El propietario, que la verdad es que siempre se ha portado muy bien con la plataforma, nos ha comunicado que una constructora y una inmobiliaria le han ofrecido 2.500 euros al mes durante 20 años por reconvertir el bajo en apartamentos. Nosotros estábamos pagando 1.000 euros al mes y, claro, le sale más rentable el cambio”, explica Francisco Liébana, miembro de la entidad vecinal.

El colectivo, como viene haciendo regularmente, organizó este pasado viernes 24 de mayo una jornada lúdico festiva con juegos infantiles y merienda popular en la que, como novedad, se habilitó una mesa de turistificación: “Estamos recopilando información de los apartamentos turísticos que hay en el barrio porque no queremos que se extiendan. Muchos vecinos, algunos miembros de la plataforma, se han visto obligados a irse a otras zonas por el incremento de los precios o porque, como nos ha pasado a nosotros con nuestra sede, han reconvertido sus viviendas en apartamentos turísticos”, comenta Liébana.

La portavoz de Compromís per València, Papi Robles, presentó en el registro municipal las primeras 271 denuncias ciudadanas de apartamentos irregulares que han llegado a través de la web quenotetiren.com en tan sólo tres días. Robles destacó: “Desde Compromís hemos tenido que actuar ante la inacción de la alcaldesa Catalá y el presidente Mazón. Ahora esperamos que hagan su parte del trabajo, que es enviar al cuerpo de inspección para confirmar todas estas denuncias y cerrar aquellos establecimientos que están operando de forma irregular”.

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