5 plantas de interior ideales para cualquier novato en jardinería

Plantas de interior

José Manuel Durán Arjona

Hoy se trata de que todo el mundo disfrute de su planta en casa, sin excusas ni lamentos. Si te apetece tener una o varias plantas de interior, pero te sientes torpe con estos seres a tu cuidado, ¡no desesperes! A continuación recopilo para ti algunas de las especies más resistentes -muy fáciles de cuidar- pero sin olvidar su belleza. Aquí tienes estas 5 plantas de interior ideales para novatos.

1. El poto

Es lógico que abra la lista con esta enredadera, ya que sin duda es una de las especies en interior más extendidas. El poto, potus o potos (Epipremnum aureum) será la mejor elección si deseas una “planta colgante”, que deje caer en cascada los tallos por la maceta o por donde quieras. A cambio, requiere ínfimas atenciones.

Esta mata de hojas acorazonadas combina con elegancia el verde dominante con matices amarillos o en tonos crema (hojas variegadas). Además, si no le pones límites a sus tallos, pueden llegar a colgar hasta dos metros. Son unos buenos argumentos, ¿no te parece? Adicionalmente, aunque es dura, por supuesto, eso no te exime de unos mínimos cuidados.

Preferirá buena luz, si bien siempre indirecta. El mejor lugar podría ser aquél que esté cercano a una ventana, pero sin que los rayos del sol incidan directamente sobre sus hojas. Con menos iluminación te aguantará sin problemas, sin embargo se perderá el bonito matizado de sus hojas.

Riega de forma comedida, dejando secar siempre el sustrato entre riego y riego. En verano, una vez a la semana será más que suficiente. Si tienes dudas de cuándo aportar agua, es preferible que esperes. Tranquilo, la planta te avisará arqueando ligeramente las hojas, como avisándote de que ha llegado el momento.

2. La sansevieria

La sansevieria, 'espada de San Jorge' o 'lengua de suegra' (Sansevieria trifasciata) es otra campeona capaz de resistir la falta de atenciones o aquellos errores derivados de la inexperiencia. En este caso se trata de una planta crasa. Sus hojas, erguidas y acabadas en punta, se pintan de un bonito verde atigrado, enmarcado a su vez por bordes amarillos.

La sansevieria presenta un crecimiento lento y de porte contenido. Es siempre una buena elección por su rusticidad y su capacidad decorativa, pero queda especialmente bien en interiores modernos o de ambiente minimalista. Para que las hojas no pierdan el contraste, sitúala en un lugar bien iluminado.

De lo contrario la planta vivirá perfectamente, pero sus colores se tornarán algo más pálidos. Como cabe esperar en una suculenta, almacena agua en su interior. Estas reservas le aportan una gran resistencia ante la falta de riego.

Con la sansevieria no tendrás que estar tan pendiente en este sentido, más bien al contrario. Riégala cada dos semanas en verano. Si de algo peca es de que no le gustan algunos excesos. Para prevenir pudriciones, utiliza un sustrato suelto que contenga arena. Ayudarás así a eliminar la humedad sobrante.

3. La zamioculca

Siguiendo con las plantas crasas, aquí tienes a la zamioculca (Zamioculcas zamiifolia)... también muy resistente, aunque con notables diferencias respecto a la anterior. Las hojitas oscuras y lustrosas que surgen del hinchado tallo no son en realidad lo que cabría esperar, sino foliolos (partes menores de la misma hoja); se trata en realidad de hojas compuestas.

Esta planta de origen africano, aunque cada vez más popular, es de las vistas hasta ahora la más desconocida. Si para ti es importante la originalidad, quizás sea de entre todas la mejor alternativa.

La zamioculca es una especie poco caprichosa en sus necesidades. Responde bien a diversas condiciones de luz, pero no a la exposición directa de los rayos solares. Por lo demás, tanto le está bien de más como de menos. Crecerá mejor con luz abundante, por supuesto, pero no habrá grandes diferencias. Es de crecimiento lento y no excederá en mucho el medio metro de altura.

En cuanto a los riegos: como buena suculenta, la zamioculca necesita poca agua para sobrevivir; sólo raciónalos adecuadamente. En este caso, como en muchos otros, es mejor quedarse corto que correr el riesgo de pasarse. En verano bastará con regar una vez cada dos semanas (mucho menos en invierno).

4. La drácena

Cambiemos de tercio. La drácena de hojas finas (Dracaena marginata), sin serlo en absoluto, parece a simple vista una pequeña palmera. El tronco va quedando desnudo de abajo a arriba según va creciendo, agrupando las hojas en su parte más alta (su zona apical) de forma semejante a las palmas.

Estas hojas son largas y estrechas (lineales), de color verde claro y a menudo con el margen amarillo. Las inferiores suelen colgar ligeramente. El conjunto aporta una estampa estilizada y fresca, que sugiere un ambiente tropical o veraniego.

La drácena es una planta a la altura de las demás en lo que a resistencia se refiere. Le da igual la intensidad de la luz (siempre y cuando no sea directa) y resiste con notable la falta de agua. No la riegues más de una vez por semana en los meses de verano (sólo cuando la tierra esté totalmente seca).

Le gusta, sin embargo, cierta humedad ambiental. Si detectas que las puntas de las hojas se secan, será conveniente actuar: pulverízalas o coloca el socorrido platito con grava y agua debajo de la maceta.

5. El ficus benjamina

Para el final de esta lista he dejado a otra planta de interior tan representativa o más que el propio poto. Si muchos son los que tienen al ficus benjamina en casa, será por algo. Como suele decirse, la mayoría no puede estar equivocada. Sin embargo este ficus no es para todo el mundo. Necesita espacio... ¡Ah, sorpresa! en realidad es un árbol en su entorno original (sudeste asiático). Pero no te asustes aún, en maceta y a cubierto no pasará de los dos metros de altura.

Crecerá rápido si las condiciones le acompañan: buena luz, riego regular (aunque moderado) y algo de abono líquido cada dos semanas. Por eso debes controlarlo mediante podas ligeras. Así conseguirás frenar su desarrollo, logrando además que crezca por abajo. Disfrutarás de una planta mucho más compacta.

Si te aplicas tendrás un bonito arbusto de hojas verdes y brillantes. También son muy frecuentes los cultivares variegados: con vistosos toques color crema, como el ejemplar de la fotografía. Otras plantas adecuadas para interiores y con unos requisitos más que aceptables son, por ejemplo: la cheflera, la aspidistra, la cinta, la yuca de interior, la costilla de Adán, la areca, la planta del dinero o el útil aloe vera.

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Sigue a José Manuel Durán en su blog Jose el jardinero. Jose el jardinero.

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