Sufro bajadas de la tensión arterial con frecuencia, ¿qué pueden estar indicando?

Salud

Cristian Vázquez

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Mareos, fatiga o debilidad, visión borrosa, sensación de confusión, vértigo, náuseas, incluso desmayos. Esos son algunos de los síntomas más comunes de las bajadas de la tensión arterial, algo que la mayoría de las personas experimentan en algún momento de la vida.

Cuando se habla de tensión arterial, los mayores riesgos están relacionados con la posibilidad de que sea demasiado elevada. La hipertensión provoca cada año unas 7,5 millones de muertes, el 13% del total de defunciones a nivel global, según la Organización Mundial de la Salud.

La tensión baja o hipotensión, en tanto, se considera una condición relativamente benigna, pues en la mayoría de los casos no produce síntomas o lo hace solo de forma muy ocasional. Pero ¿qué pasa si los síntomas mencionados en el primer párrafo aparecen con frecuencia? ¿Hay que preocuparse?

Tensión arterial normal y su importancia

Con cada latido, el corazón bombea la sangre para que, a través de las arterias, circule a través del organismo y alcance a todos los órganos del cuerpo. La fuerza que la sangre ejerce contra las paredes de las arterias es la llamada presión o tensión arterial.

Esa tensión se mide en milímetros de mercurio (mmHg), pues el primer instrumento utilizado para obtener estos valores fue una columna de mercurio. Se indican dos números: primero el de la tensión sistólica, la del momento en que el corazón late, y luego el de la tensión diastólica, cuando el corazón reposa entre uno y otro latido.

La tensión varía ligeramente a lo largo del día, en función de las actividades y el estilo de vida: ejercicio físico, posición corporal, situaciones estresantes, ingesta de medicamentos, etc. También es normal que la tensión saludable para una persona no sea la misma que para las demás.

La Fundación Española del Corazón (FEC) explica que la tensión arterial es normal cuando está por debajo de 120/80 mmHg. Por encima de esos valores, se considera “normal alta” hasta los 139/89 mmHg. En tanto, una tensión igual o superior a 140/90 mmHg ya pone a una persona en la categoría de hipertensa.

¿Y cuáles son los mínimos considerados normales? En general, se estima que puede ser de hasta 90/60 mmHg. Habitualmente, esto no produce ninguna molestia. Más bien al contrario: según la FEC, esos valores habitualmente son “algo bueno para el corazón y los vasos sanguíneos, porque es menor la carga que estos tienen que soportar”.

Las dificultades aparecen cuando los valores están por debajo de esas cifras o cuando se produce un descenso pronunciado de la tensión arterial, sobre todo si es repentino. “Una caída de solo 20 mmHg puede ocasionar problemas para algunas personas”, observa la Biblioteca Nacional de Medicina (BNM) de Estados Unidos.

Esos problemas van desde los síntomas ya descriptos hasta consecuencias derivadas de ellos: un desmayo puede causar lesiones al caer (en los adultos mayores, las fracturas óseas, en particular las de cadera, resultan especialmente perjudiciales), accidentes si la persona va conduciendo un vehículo, etc.

Causas de las bajadas de tensión

Son varios los motivos por los cuales las bajadas de tensión arterial pueden darse con cierta frecuencia. Los más comunes -enumerados por la FEC, la BNM y la Clínica Mayo, también de Estados Unidos- son los siguientes:

Levantarse de forma brusca

Esta es la causa más frecuente (y menos grave): un cambio súbito en la posición del cuerpo, casi siempre cuando se pasa de estar acostado o sentado a estar de pie. Esta clase de hipotensión, llamada ortostática o postural, es más probable en adultos mayores. No suele durar más que unos segundos o minutos, pero conviene tenerlo presente para evitar posibles caídas.

Deshidratación

Cuando la hidratación no es la suficiente, disminuye la cantidad de sangre en el organismo, lo cual puede redundar en una caída de la tensión arterial. Por eso, las bajadas de tensión son habituales en verano y en sitios donde hace mucho calor. La deshidratación también puede ser consecuencia del ejercicio físico intenso, los vómitos, la diarrea o el uso excesivo de diuréticos y no beber suficiente agua.

Estrés

En esta categoría se engloban desde situaciones de mucho esfuerzo físico (como el del deporte intenso, pero también pueden ser, sobre todo en personas mayores, toser, estornudar y hasta defecar) hasta momentos de miedo o angustia, por ejemplo al recibir una mala noticia. Hay que poner atención si esto ocurre con frecuencia.

Después de comer

Muchos adultos mayores sufren la llamada hipotensión posprandial, bajadas de la tensión entre una y dos horas después de comer. Es más habitual en personas con hipertensión o con enfermedades del sistema nervioso, como el Parkinson. Para prevenirlo, se aconsejan los alimentos bajos en carbohidratos y en raciones pequeñas, beber mucha agua y evitar el alcohol.

Embarazo

La dilatación de los vasos sanguíneos durante el embarazo hace que la tensión arterial tienda a ser más baja, sobre todo durante los primeros seis meses de gestación. En general, después del parto la tensión vuelve a sus niveles normales anteriores.

Carencias en la alimentación

La falta de ciertos nutrientes, en particular de vitamina B-12, folato y hierro, puede causar anemia, uno de cuyos síntomas es la bajadas de tensión. Estas carencias son más probables en las personas vegetarianas y veganas, y por ello deben estar atentas si sufren bajadas de tensión con regularidad.

Ciertas sustancias o medicamentos

Las bebidas alcohólicas y algunos fármacos (ansiolíticos, antidepresivos, analgésicos, diuréticos, medicamentos para el corazón) también pueden bajar la tensión. Si se sospecha que es esto lo que está sucediendo, lo correcto es consultar con el médico para que este evalúe cambiar la medicación.

Permanecer mucho tiempo de pie

Esta forma de hipotensión se conoce como “mediada por los nervios”, y es más común entre adultos jóvenes y niños. Los científicos creen que se origina en una falla de comunicación entre el corazón y el cerebro. Si se detecta, esas personas deben evitar estar de pie durante mucho tiempo.

Problemas de salud

Además de todo lo señalado hasta aquí, las bajadas frecuentes de la tensión arterial podrían ser señal de diversos problemas de salud. Entre ellos, trastornos endocrinos, como las enfermedades que afectan a las glándulas paratiroides o suprarrenales.

También podrían ser señal de diabetes o hipoglucemia, así como señal de diversas afecciones relacionadas con el corazón:

  • insuficiencia cardíaca
  • arritmias
  • enfermedad de las válvulas cardíacas
  • bradicardia (frecuencia cardíaca muy baja).

Por su parte, una pérdida importante de sangre o una hemorragia interna, una infección que alcance el torrente sanguíneo o una reacción alérgica grave son otras posibles causas de que la presión baje, aunque en estos casos no se trataría de episodios frecuentes, sino de situaciones concretas que requieren atención inmediata.

Qué hacer ante una bajada de tensión

Ante la aparición de síntomas de una bajada de tensión, existen una serie de medidas clave. En primer lugar -sobre todo si hace calor- buscar un lugar fresco, a la sombra y no muy concurrido. Después, sentarse o si es posible recostarse y tratar de respirar profundo. Una opción es poner los pies en alto, para estimular el flujo sanguíneo.

Otra opción es sentarse con las piernas cruzadas, la cabeza baja y los puños cerrados con fuerza. Así también se favorece la circulación. Si es posible, hay que tratar de beber algo: agua, para hidratarse; té o café, cuya cafeína puede ser revitalizante, o alguna bebida azucarada, para que aumente el nivel de glucosa en la sangre.

Por último, superado ese momento, conviene preguntarse acerca de las posibles causas de la bajada de tensión, tanto para evitar que la situación se repita en el futuro como para valorar una posible consulta con un médico, con el fin de confirmar o descartar la existencia de algún problema de salud subyacente.

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