Qué es el método Kakebo para ahorrar dinero y cómo aplicarlo a la economía de casa

Cómo ahorrar en casa.

Martín Frías

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Los españoles ahorran solo un 7,6% de sus ingresos en comparación con la media europea del 12,7%, según datos de Eurostat. Nuestro país está de forma habitual en la cola de esta lista. La única excepción fue el año de la pandemia, 2020, en el que los hogares españoles ahorraron el 17,5% de sus ingresos, solo para que dos años después cayeran de nuevo por debajo del nivel precovid (8,2%). Esto también tiene que ver con el hecho de que un tercio de los hogares no llegan a fin de mes, según el informe de la Red Española de Lucha contra la Pobreza, y con que España está por debajo de la media europea en poder adquisitivo. Una situación que solo se ha agravado con la inflación.

La situación es preocupante, pero convive con el hecho de que el 54% de los españoles reconoce que compra productos que no necesita, a menudo a través de compras online y por impulso. Además, en comparación con otros países de nuestro entorno, España tiene una cultura financiera pobre, es decir, muchas personas no saben cómo ahorrar.  

Aquí es donde un método japonés de hace más de un siglo puede echarnos una mano: el método Kakebo.

Método Kakebo: lápiz y papel para un mayor control del dinero

La historia del método Kakebo nos traslada a Japón a principios del siglo XX. Este método de ahorro, cuyo nombre completo es “Kakeibo”, se traduce literalmente como “libro de cuentas para la economía doméstica”. Su creación se debe a Motoko Hani, la primera mujer periodista de Japón, en el año 1904.

Motoko Hani diseñó el método con el propósito de ayudar a las mujeres, quienes en aquel entonces (y en gran parte todavía) eran las encargadas de gestionar el hogar en Japón, para que pudieran llevar un registro detallado de los gastos familiares y así poder ahorrar dinero de manera más eficaz.

La intención de Hani era promover la independencia financiera y la autosuficiencia entre las mujeres, proporcionándoles una herramienta que les permitiera tener un mayor control sobre las finanzas domésticas. En esa época, la sociedad japonesa estaba experimentando cambios sociales significativos y el Kakebo ofrecía una forma sencilla y accesible de gestión.

Desde su introducción, el Kakebo se ha convertido en una práctica arraigada en la cultura japonesa, evolucionando a lo largo del tiempo pero manteniendo su esencia y propósito originales. Aunque entonces estaba destinado al uso de las amas de casa, con el paso del tiempo este se ha extendido a una audiencia más amplia, incluyendo a cualquier persona interesada en mejorar su gestión financiera personal.

El método se basa en la idea de que ser consciente de los ingresos y gastos, y registrarlos meticulosamente, puede llevar a una mejor comprensión de nuestras finanzas y, como resultado, a un mayor ahorro. Con el auge del interés global por las prácticas de vida minimalista y consciente, el método Kakebo ha ganado popularidad fuera de Japón, adoptado por personas de todo el mundo como una herramienta efectiva para manejar sus cuentas de casa.

El Kakebo, además de un método para ahorrar dinero, es también una filosofía de vida que enfatiza la importancia de vivir de manera sencilla y dentro de nuestros medios. Alentando a las personas a reflexionar sobre sus hábitos de consumo, el sistema promueve un enfoque más intencional y reflexivo hacia el gasto, facilitando que las personas puedan alcanzar sus objetivos de ahorro y mejorar su calidad de vida en general. En una época donde la tecnología domina gran parte de nuestras finanzas, este método sencillo propone una vuelta a lo básico, a hacer “las cuentas” como siempre se hicieron.

Una de las claves del método es el uso de lápiz y papel. No funcionaría igual se si utilizara una hoja de cálculo. El motivo es que escribir a mano refuerza las conexiones cerebrales y el recuerdo, en este caso, de nuestras finanzas. También hay menos posibilidades de distraerse en comparación, por ejemplo, con usar el teléfono móvil para tomar notas.

Un libro de Kakebo en papel permite una personalización que las aplicaciones digitales pueden limitar. Los usuarios pueden adaptar su Kakebo a sus necesidades específicas, añadiendo categorías de gastos, objetivos de ahorro y reflexiones personales que pueden favorecer una mejor gestión del dinero.

Cómo empezar con el método Kakebo

Para comenzar a aplicar el método Kakebo solo necesitas papel y lápiz. Esto es lo que debes apuntar:

  • A principio de mes: lo primero es apuntar nuestros ingresos. Si tienes un sueldo fijo, esta parte es la más fácil. Si tienes ingresos variables, haz una estimación a la baja para los primeros meses y revísala más adelante. A continuación apunta los gastos fijos: hipoteca o alquiler, seguros, letras de compras aplazadas, suscripciones, etc. De la cantidad que resulte de restar los gastos de los ingresos podremos decidir cuánto podemos ahorrar cada mes.
  • Cada día: al restar de los ingresos los gastos fijos y la cantidad que queremos ahorrar tenemos el presupuesto mensual para gastos variables. Aquí entran los gastos esenciales como la comida, electricidad, gas, agua, medicinas o transporte. En otra columna consignaremos los gastos de ocio, como tomar copas con los amigos, viajes y otros gastos que no son imprescindibles. Otra columna para consumo cultural, como cine, teatro y conciertos. Por último tendremos una columna para gastos imprevistos, como la reparación del coche o un electrodoméstico.
  • Cada semana: al final de la semana haremos un balance de los gastos variables, sumando las columnas de gastos esenciales, de ocio, de cultura e imprevistos. Esta cantidad la restaremos del presupuesto mensual, con lo que tendremos el presupuesto disponible hasta fin de mes.
  • A final de cada mes tenemos que hacer un balance mensual. Sumaremos las cantidades de gastos variables de cada semana y así veremos si hemos llegado o no a la cantidad de dinero para ahorrar que teníamos prevista al principio del mes.

Una posibilidad para hacer este método más accesible es utilizar una agenda Kakebo (a la venta en librerías y online), que ya está formateada para anotar los gastos con las columnas correspondientes. Algunas de ellas incluyen pequeñas reflexiones y consejos para ayudarnos en la tarea.

El método Kakebo no arregla nuestros problemas financieros, pero proporciona el primer paso para sanear nuestras cuentas, que es ser conscientes de dónde se va el dinero cada mes. Por sí solo no va a hacer que el dinero en nuestra cuenta bancaria se multiplique. Más que una forma de ahorro, es una técnica para darnos cuenta de la importancia de vivir dentro de nuestras posibilidades. El hecho de tener que hacer cuentas cada día además desarrolla habilidades valiosas como la disciplina, la planificación y la toma de decisiones conscientes.

En un mundo cada vez más orientado al consumismo, el método Kakebo también nos ofrece una alternativa para defendernos de la constante presión para gastar a la que estamos sometidos.

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