Quiero vender mi casa por mi cuenta: ¿qué debo saber antes de hacerlo?

Sí, se puede. No es necesario contratar los servicios de una agencia inmobiliaria para vender un inmueble. Eso sí, debemos estar preparados para afrontar un proceso que requiere tiempo, dedicación, paciencia y conocimiento.

Cuando nos lanzamos a la aventura de vender nuestra vivienda por nuestra cuenta no contamos con expertos inmobiliarios que analicen el mercado por nosotros en busca de los mejores precios, ni con la comodidad de que una agencia haga todo el trabajo a cambio de una comisión. 

Pero lo cierto es que vender una vivienda individualmente supone bastantes ventajas: la principal, el ahorro que implica no tener que pagar los honorarios de la inmobiliaria. Aun así, si queremos vender el inmueble con éxito y sin sustos, es imprescindible prestar atención a los siguientes aspectos.

Tiempo y dedicación, pero ahorro de dinero

Anunciar el piso en internet y enseñarlo a posibles compradores no son las únicas gestiones de las que nos encargaremos como propietarios, y es que debemos estar preparados para trabajar duro y disponer de tiempo para ello. 

Para muchos, los trámites de compraventa suponen un sinfín de dificultades entre las que es sencillo perderse, aunque hacerse cargo uno mismo de llevar a cabo todo el papeleo tiene una gran recompensa: ahorrarse la comisión inmobiliaria en el caso de contratar los servicios de una agencia, que ronda el 2% y el 7% del precio de la venta.

Como explica la OCU, entre todos esos trámites y papeles para vender el piso con legalidad se encuentran el certificado de eficiencia energética, los estatutos de la comunidad de propietarios y la documentación de las juntas recientes.

También el libro del edificio si existiera, la cédula de habitabilidad en las comunidades autónomas donde se exige y los últimos recibidos pagados del IBI, cuyo resguardo se puede solicitar gratuitamente en el ayuntamiento del lugar de residencia. 

Además, en ocasiones se requerirá la nota simple del registro de la propiedad y los planos de la vivienda (muy útiles en la venta por internet, ya que el cliente puede orientarse mejor respecto a la distribución de la vivienda), el certificado del ITE, las últimas facturas pagadas de suministros y el certificado de la deuda pendiente o deuda cero de la hipoteca.

Es importante actuar con tiempo y tener estos papeles en mano antes de poner el inmueble a la venta, ya que una vez anunciado el piso en internet, el posible comprador seguramente no esté por la labor de esperar a que solicitemos ese papel que falta y cuyo trámite de solicitud puede alargarse.

No todo es gratis, hay ciertos pagos obligatorios

Vender el piso por nuestra cuenta no quiere decir que estemos exentos de pagar ciertas cosas. De hecho, conseguir la mayoría de los papeles mencionados supone algunos gastos, pero son mínimos en comparación al precio de la comisión inmobiliaria. 

Por ejemplo, se deben contratar los servicios de un notario ante el que firmar el contrato de arras y la compraventa oficial del inmueble, aunque el precio de estos puede ser dividido o pagado íntegramente por el comprador, según se acuerde.

Pero aquí no acaba todo, al vender la casa es obligatorio el pago de ciertos impuestos como el IRPF, IBI y la plusvalía municipal, que variarán según ciertos factores como, por ejemplo, la ganancia patrimonial, si la hay. 

Aun así, existen exenciones en el IRPF como la exención por reinversión en vivienda habitual, la de mayores de 65 años y la exención por entregar el piso en dación de pago.

La tasación: uno de los aspectos más importantes

La tasación es una de las gestiones fundamentales a la hora de vender un inmueble, ya que si el precio de la vivienda es demasiado alto, no nos llamarán, mientras que si es demasiado bajo, es probable que tampoco lo hagan, pues pensarán que el piso no está en buenas condiciones.

Para tasar el inmueble tenemos varias opciones: existen herramientas de valoración en internet que lo tasan introduciendo los datos de la vivienda, aunque los precios según plataforma pueden variar, por lo que es recomendable consultar varias fuentes para comparar precios. 

Para ello, se pueden pedir tasaciones gratuitas a profesionales como inmobiliarias online o tradicionales, tasadoras homologadas y portales inmobiliarios, además de bucear por Internet en busca de los precios medios de las viviendas según su estado, para poder establecer una comparación fiable.

En el caso de decidir tasar la vivienda con un profesional, desde la web de Certicalia explican que, aunque no pueden decir exactamente cuánto cuesta la tasación de un inmueble “la más barata que hemos realizado ha supuesto el pago de 100 euros; la más cara ha tenido un precio de 450 euros; y la media de más de 7.000 tasaciones realizadas con Certicalia ha arrojado un precio promedio de 279 euros por tasación”. 

Cuidado con la redacción del contrato de arras

Cuando se acerque la hora de la venta, el notario requerirá otros papeles entre los que se encuentra el contrato de arras, uno de los documentos cruciales a la hora de vender nuestra propiedad, pues todas las condiciones de la compraventa final se establecerán en base a él. 

Este, como explican desde Lagares Abogados, “garantiza que el vendedor cumpla su palabra a lo establecido en el contrato en sí, pues un incumplimiento del mismo obliga al vendedor a pagar una penalización por ello”. 

Además, cuando se firma este contrato, la parte compradora entrega una señal a cambio de que el vendedor se comprometa a reservar su propiedad durante un tiempo.

Existe la opción de contratar un abogado para redactarlo que, según Inmogesco, “suele costar desde los 350 o 400 euros en adelante para un contrato de arras sencillo”, a veces lo paga el comprador o se dividen los gastos, según acuerden las partes. 

También se pueden contratar los servicios del propio notario que gestiona la compraventa para que lo haga por un precio similar o buscar en internet modelos gratuitos para redactarlo nosotros mismos, siempre con cuidado y prestando atención a no errar ni omitir información importante, pues es la antesala a la firma final de la venta de nuestro inmueble.

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