Claves del sustrato: tipos, mezclas y recomendaciones para que tus plantas echen buenas raíces

Cómo elegir el mejor sustrato para las plantas.

Diego Olivares

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Acabamos de comenzar el año y somos muchos los que hemos activado ya la cuenta atrás para la primavera. El frío forma parte del ciclo de la vida de nuestras plantas, pero echamos de menos verlas llenas de flores, descubrir cómo emiten nuevos brotes y, sobre todo, activar esas tareas que teníamos en pausa a causa de la parada invernal.

Una de estas labores son los trasplantes. Da igual si nos estamos iniciando en este mundo o si llevamos 200 trasplantes a nuestras espaldas, siempre queda la duda sobre cuál será el mejor sustrato para esa planta nueva. 

Si te sigues liando un poco con este universo, te contamos todo lo que tienes que saber para deshacer tus dudas: desde la elección de la mezcla adecuada para cada tipo de planta hasta la comprensión de cómo estos sustratos afectan a su salud. 

Tipos de sustrato 

El sustrato, al que llamamos de forma popular “tierra”, es el medio donde se desarrollan las raíces de la planta, pero puede ser de mil tipos distintos y no todos actúan igual. 

Antes de comenzar es interesante repasar las dos grandes familias de materiales que encontraremos en el mercado: 

Sustrato orgánico 

Está compuesto principalmente por materiales orgánicos como turba, compost, estiércol, corteza descompuesta y otros restos vegetales. Tienden a retener más agua y nutrientes, proporcionan una estructura de suelo más esponjosa y suelen contener microorganismos beneficiosos para el crecimiento de las plantas. 

El sustrato, al que llamamos de forma popular 'tierra', es el medio donde se desarrollan las raíces de una planta, pero puede ser de mil tipos distintos y no todos actúan igual

Sustrato inorgánico (o mineral)

Se ha puesto muy de moda para plantas de interior, sobre todo en hidrojardineras o en cultivo de plantas tropicales. Está compuesto principalmente por materiales como perlita, vermiculita, arcilla expandida o distintos tipos de roca trituradas. 

La característica principal de este tipo de sustratos es que, en general, añaden una mayor capacidad de drenaje y aireación y ofrecen una estructura más estable en el tiempo. 

Dentro de estas grandes familias, estos son los más famosos:

  1. Turba: proveniente de material orgánico en descomposición en entornos húmedos, actúa como un sustrato excelente al retener agua, proporcionar nutrientes y mejorar la estructura del suelo, favoreciendo el desarrollo saludable de las plantas. 
  2. Fibra de coco: derivada de la cáscara de coco, destaca por su capacidad para retener agua de una forma estupenda, ofreciendo un equilibrio ideal entre aireación y retención de humedad. No dejes que se seque por completo o quedará compacto y difícil de manejar. 
  3. Perlita: es un sustrato inorgánico expandido que mejora la aireación del suelo y facilita el drenaje al tiempo que retiene agua y nutrientes. Lo ideal es mezclarlo al 10-20% con otro tipo de materiales como turba o fibra de coco. 
  4. Arena: son las partículas de mayor tamaño del suelo, con lo que proporcionan un excelente drenaje evitando la compactación de este. 
  5. Arcilla expandida: son esas bolitas marrones de origen inorgánico, ligeras y superporosas. Se utilizan mucho para sistemas hidropónicos (plantas que crecen directamente en agua) y para añadir en el fondo de las macetas a modo de drenaje. 
  6. Vermiculita: sustrato inorgánico de color grisáceo plateado, muy ligero y que se expande con el calor. Es ideal para añadir cierta capacidad de retención de agua en el sustrato. 
  7. Humus de lombriz: Es uno de los 'abonos' orgánicos más utilizados en jardinería y no es más que el resultado de la descomposición de materia orgánica por lombrices.

Mejora la estructura del suelo y fomenta la actividad microbiana, contribuyendo a su fertilidad. 

Para poder elegir bien entre unos y otros (o una mezcla), lo que haremos es, como siempre, estudiar cómo crece en la naturaleza la planta que vayamos a trasplantar. 

Si observamos un cactus del desierto de Arizona, nos daremos cuenta enseguida de que las diferencias entre este tipo de suelo y uno procedente de los húmedos bosques tropicales son abismales. 

Cómo usar los distintos sustratos 

Ahora sí, veamos cómo conseguir recrear a pequeña escala cada una de estas características edafológicas clave para la vida vegetal: 

Sustrato para exterior

Podemos utilizar perfectamente un sustrato de tipo universal. Ese que vemos en casi todas partes y que es la mezcla equilibrada de distintos materiales que añaden aireación, drenaje, capacidad de retención de agua y suministro de nutrientes. Apta para casi todo tipo de plantas, vamos. 

Para cactus y suculentas

Lo peor para este tipo de plantas es el encharcamiento, así que la clave para el cultivo exitoso de suculentas reside en una mezcla de sustrato que encuentre el equilibrio perfecto entre el drenaje y la retención de agua. Puedes utilizar una mezcla de turba, fibra de coco, grava y arena. Esta mezcla garantiza que las raíces de las suculentas estén protegidas contra el exceso de humedad y que el sustrato no retenga agua en exceso.

No reutilices restos de sustrato que has ido coleccionando de otras plantas. Es muy probable que te encuentres con sorpresas desagradables como plagas u hongos

Plantas de interior

Para este tipo de plantas, el drenaje y la aireación es muy importante, pero que el sustrato sea capaz de retener agua, lo es más todavía. Hay mil recetas, dependiendo del tipo de planta, pero una mezcla de turba, perlita, fibra de coco y humus es genial para que estén perfectas. Debemos evitar a toda costa un sustrato compacto y apelmazado, con lo que haz tus pruebas y observa cuál va mejor con tu planta. 

Mezcla de sustratos para orquídeas

Las orquídeas son plantas epífitas que crecen sobre otro tipo de estructuras, no en un sustrato al uso, ya que sus raíces tienen necesidades particulares. Una combinación popular incluye corteza de pino y arcilla expandida. También podrían plantearse directamente sobre un soporte poroso (un tronco seco, por ejemplo) emulando el hábitat natural de las orquídeas.

Qué no debes hacer con el sustrato

Cuando mimamos nuestras plantas para que estén lo más saludables posible, la elección del sustrato se convierte en un ingrediente más a tener en cuenta. No es lo mismo vivir en un entorno donde las raíces crecen a sus anchas (y sanas) que con dificultad y con muchas probabilidades de enfermar. Al fin y al cabo, en las raíces es donde ocurre parte de la magia.

Elijas el sustratos que elijas, lo que nunca debes hacer es: 

  • Utilizar un sustrato sin conocerlo bien. Puede que te lleves un disgusto antes de tiempo. 
  • Reutilizar restos de sustrato que has ido coleccionando de otras plantas. Es muy probable que te encuentres con sorpresas desagradables como plagas u hongos. 
  • Trasplantar cuando no toca, como por ejemplo cuando acabamos de comprar una planta o en épocas menos favorables (frío o calor intenso). La planta está a otra cosa y puede que se estrese de más, sea en el sustrato que sea.
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