¿Cómo saber si me estoy pasando o me estoy quedando corto al regar mis plantas?

Cómo saber si me estoy pasando o me estoy quedando corto al regar mis plantas.

Diego Olivares

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Como buen amante de la naturaleza, sabrás de la importancia que tiene el agua en la vida de las plantas. No sólo porque forma más de un 80% de su peso sino porque la necesitan para llevar a cabo una serie de funciones vitales que les permiten crecer, desarrollarse y lucir sanas en nuestros hogares. 

¿Cómo sabemos que estamos haciéndolo bien a la hora de regarlas?

Tipos de plantas según el riego

Las plantas no son caprichosas y nos piden más o menos agua según lo que les mande su código genético. Dependiendo del origen y del tipo de clima en las que se desarrolla cada una de ellas, las hay que requieren más agua que otras. 

Eso, llevado a nuestras casas, hace que tengamos que tener clara una clasificación antes de comprarlas, ya que una vez lleguen a su nuevo espacio todo cambiará, incluso el calendarios de riego. 

Podemos clasificarlas en tres categorías principales según sus necesidades hídricas: 

  • Plantas tolerantes a la sequía o xerófitas: estas plantas han desarrollado adaptaciones para sobrevivir en entornos con escasez de agua. Tienen características como hojas carnosas, raíces profundas y capacidad para almacenar agua en tallos o hojas. Los ejemplos más famosos son los cactus y las suculentas, que son capaces de almacenar agua en sus tejidos de una forma increíble, lo que las hace las más resistentes del planeta vegetal. 
  • Plantas de requerimiento hídrico moderado o mesófitas: estas plantas se adaptan bien a condiciones de humedad media. No necesitan condiciones extremadamente secas ni necesariamente húmedas para prosperar. La mayoría de las plantas de jardín, árboles ornamentales y arbustos caen en esta categoría. 
  • Plantas amantes del agua o hidrófitas: Estas plantas prefieren o necesitan un ambiente muy húmedo para crecer. Se encuentran comúnmente en áreas acuáticas o cerca de fuentes de agua. Si te pasas con el riego con estas plantas, no serán tan dramático como con los cactus. Ejemplos son nenúfares, juncos y algunas especies de helechos. 

En maceta o en suelo: ¿Hay diferencias?

El desarrollo de las plantas en maceta vs. en suelo puede tener un impacto significativo en sus necesidades hídricas y su crecimiento. Existen muchas diferencias clave que influyen en el comportamiento del agua en el suelo pero la principal se centra en el volumen del sustrato. 

En macetas, el espacio de crecimiento está limitado por el tamaño del recipiente y, por ende, la cantidad de suelo disponible para las raíces. Esto puede conducir a un secado más rápido y a una necesidad de riego más frecuente en comparación con las plantas en suelo, que tienen acceso a un volumen mayor de tierra para buscar agua. Una planta grande con raíces potentes absorberá el agua de la maceta más rápido que una planta baby. 

Entonces, ¿cuánto tengo que regar? 

Pistas para saber si tiene sed

Sin duda, “¿cada cuánto hay que regar?” es una de las cuestiones más preguntadas en el mundo del cuidado de plantas. Está comprobado que, en manos inexpertas, las plantas tienen más probabilidad de morir por regar con demasiada frecuencia que por despistarse de vez en cuando. Por regla general, deja secar el sustrato antes de volver a regarlo, pero por si acaso, te dejo 4 pistas que nos dan las plantas para saber si toca regar o no: 

  • Hojas caídas: Hay plantas que sufren mucho más este drama que otras, por ejemplo la Calathea muestra sus hojas caídas cuando tiene sed. Si no nos damos cuenta a tiempo éstas terminarán arrugadas y marchitas con lo que puede ser que sea algo tarde. 
  • Secado del sustrato: Si el sustrato está notablemente seco al tacto, es probable que la planta necesite agua. En maceta, ayúdate de un palito de sushi para saber si en las zonas inferiores el sustrato también está seco. Introdúcelo y si sale seco, riega. 
  • Cambio en la turgencia: La falta de agua puede afectar la turgencia de las células, lo que se evidencia por una pérdida de rigidez en hojas y tallos. Al regar verás que pasado un rato las hojas vuelven a lucir como antes. 
  • Caída de hojas o flores: Una planta deshidratada puede empezar a perder hojas o flores como mecanismo de supervivencia para conservar agua. Si ves que tu planta muestra estos signos. Cuidado: ha pasado sed. 

Cómo saber si me he pasado

Si estás aprendiendo, regar por si acaso es válido para ir tanteando si tu planta va respondiendo bien o, por contra, se queja. Cuidado, a largo plazo pasarse con el riego puede ser fatal ya que puede terminar pudriéndose y muriendo. 

¿Cómo puedo detectar que riego demasiado? 

  • La tierra tiene mosquitas muy pesadas: A estos insectos les encanta vivir en ambientes húmedos, por lo que si las ves por ahí, será un buen indicador de que el sustrato permanece húmedo más tiempo del que debería. 
  • Crecimiento de hongos en el suelo: entornos demasiado húmedos son perfectos para el crecimiento de hongos y mohos. Si observas una capa de moho o incluso alguna seta creciendo felizmente en tu maceta, no hay duda: frena un poco la frecuencia de riego. 
  • Se vuelven de un color más claro o amarillo: como las plantas no están cómodas del todo, las hojas comienzan a mostrar colores raros en sus hojas. Si la luz, la fertilización y las plagas están en orden, quizás el problema viene por ahí. 
  • Muestran decaimiento y un aspecto poco firme. Si está “plof”, la riegas y no reacciona, es muy probable que la planta esté ahogada (sin oxígeno disponible) con lo que sus hojas terminan perdiendo su turgencia natural. 
  • Tienen manchas de aspecto blando en los bordes de las hojas. Si ves esto no hay duda. Esta parte es la primera que se queja en las hojas, mostrando cada vez peor aspecto y marchitándose del todo. 

Quédate con la reflexión de que los horarios, los calendarios y las normas estrictas no sirven de mucho en el mundo vegetal. Los cuidados de las plantas, y mucho más en el riego, depende de un montón de factores e incógnitas que solo podrás resolver tú, dependiendo del tipo de planta que sea, el lugar donde vives y las condiciones ambientales (luz, humedad, corrientes de aire, presencia de más plantas). Equivócate, aprende y sobre todo disfruta de estos errores a la hora de cuidar tus plantas.

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