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La genialidad de Cristina García Rodero en la Bienal de Fotografía de Moscú

La genialidad de Cristina García Rodero en la Bienal de Fotografía de Moscú

EFE

Moscú —

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La expresión de las emociones y deseos humanos, comunes a todas las culturas, es el hilo conductor de la exposición de Cristina García Rodero “Con la boca abierta” que se inaugura hoy en el marco de la Bienal de Fotografía de Moscú.

Y con la boca abierta, en el sentido literal, aparecen los protagonistas de las 55 fotografías que componen esta muestra, que recorre 43 años de carrera profesional de García Rodero y decenas de países por los que ha viajado en busca de sus imágenes.

“En el 79 vi a una familia en España que iba a una peregrinación, a dar gracias a la Virgen, le iban a dar un cordero, y se habían levantado tan temprano y habían hecho un camino tan largo que en misa a las niñas pequeñas se les abría la boca continuamente; eran unas caras tan graciosas, hacían gestos tan raros que a partir de ahí empecé a fijarme en la gente que bostezaba”, cuenta en entrevista con Efe.

Por ello, pensó en hacer un trabajo pequeño sobre eso, pero poco a poco se iba dando cuenta de que “la boca es mucho más que el bostezo. En la boca están todas las emociones, la risa, el llanto, la carcajada, la sorpresa, el canto, la comida, la sensualidad, la sexualidad”, añade García Rodero.

La exposición comienza con el grito y llanto de un recién nacido, “El llanto de la vida”, en Recife (Brasil), “que es lo que le permite que sus pulmones se independicen de la madre”, y termina con “El llanto de la muerte”, los familiares llorando en Georgia la muerte de un hombre, “al que llevaron a sus tierras y le dieron una vuelta como despedida antes de ser enterrado”.

Desde el principio hasta el final, la muestra es un recorrido por distintas situaciones vitales, por los sentimientos más profundos del ser humano, expresados en gestos, muecas, gritos, caras, en fotografías profundas, algunas tristes, otras salvajes, sensuales, sexuales o hasta surrealistas, todas en blanco y negro.

Hay en ella fotos de todo el mundo, desde su Puertollano (Ciudad Real) natal hasta los rincones más alejados de la Tierra, fruto de los innumerables viajes de la autora porque lo que le interesa es “hacer hincapié en que aunque haya religiones distintas, aunque seamos de países distintos, lenguas distintas, el ser humano es igual en todos los sitios en las cosas importantes”, afirma.

“Por eso me puedo entender con la gente aunque no hable idiomas, en las cosas importantes todos podemos porque los deseos que tiene el hombre de la salud, la comida, el trabajo, de lo mejor para sus hijos, de tener paz, está en todas las culturas”, añade.

Y subraya: “el hombre es muy fuerte y es muy frágil al mismo tiempo, y eso lo ves continuamente. No hay barreras”.

La exposición, la primera de la autora en Rusia, estará abierta en la sala central de exposiciones “Manezh”, frente al Kremlin, desde hoy y hasta el 17 de marzo, organizada por el Instituto Cervantes de Moscú, el Centro de Arte Tomás y Valiente de Fuenlabrada (España), CEART, en colaboración con la Embajada de España.

Para facilitar su traslado a Moscú, las copias de las fotografías se han reducido a la mitad de su tamaño desde la exposición original “Con la boca abierta”, organizada y presentada en noviembre de 2014 en el CEART.

Para montarla entonces, la fotógrafa hizo un repaso a todo su archivo de cuatro décadas de trabajo para sacar a la gente con la boca abierta.

“Entre el comisario y yo seleccionábamos, a lo largo de todo un año de trabajo, de toda mi carrera de 43 años de fotografía, hasta elegir 138 para el libro, del mismo título, y 55 para la exposición”, recuerda, la única fotógrafa española miembro de la prestigiosa Agencia Magnum.

Entre sus planes más inmediatos, García Rodero quiere concluir su trabajo “Entre el cielo y la tierra”, que va a englobar fotografías desde el año 90.

“Quiero hablar de las dos cosas mas importantes para el ser humano, que son su espiritualidad y su cuerpo, y aprovecho esas dos cosas tan diferentes pero que van unidas, para hablar de las dualidades, de la espiritualidad y la carnalidad, de lo religioso y lo pagano, lo natural y lo sobrenatural, la vida y la muerte, la guerra y la paz, lo nuevo y lo viejo, la ciudad y el campo”, señala.

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