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Iturbe, independiente pero no neutral, augura larga vida a la prensa en papel

Iturbe, independiente pero no neutral, augura larga vida a la prensa en papel

EFE

Zaragoza —

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Periodista, doctor en Periodismo y director de un periódico, Heraldo de Aragón, Mikel Iturbe (Bilbao, 1968) se define a sí mismo como un hombre comedido, sin mitos y orgulloso del plantel de profesionales que cada día hacen posible que el decano de la prensa aragonesa llegue a los quioscos.

Iturbe, en una entrevista con Efe, se declara fan del periodismo “vinculado con lo cotidiano”; se reafirma en su independencia no neutral con las grandes causas; está convencido de que el “papel” no morirá nunca a manos de lo digital, y convive con naturalidad con las presiones políticas, cotidianas en un periódico que, dice con orgullo, mantiene intacta, tras 122 años, su capacidad de influir en la sociedad aragonesa.

Pregunta: ¿Impone dirigir un diario con 122 años de historia, decano de los periódicos aragoneses y uno de los buques insignia de la prensa regional?

Respuesta: Es un ejercicio de responsabilidad. Eres heredero de una tradición periodística muy importante y mantener el tono informativo del periódico y ofrecer una portada con noticias con voluntad de trascendencia tiene sus exigencias. Pero ser director del Heraldo es fácil porque hay una extraordinaria plantilla, excelentes profesionales que hacen el trabajo muy fácil, con altísima calidad.

P: Desde el 20 de septiembre de 1895 ni un solo día ha faltado a su cita con los lectores ¿Hay un secreto?

R: El trabajo compartido de una casa donde hemos sabido construir un buen equipo. Heraldo no sería posible sin unos editores como los que tenemos, sin un cuadro redaccional como el que existe y sin un cuadro gerencial, administrativo y comercial con la solidez de éste. El éxito de este producto es que todos los estamentos de la casa hemos sabido enganchar en comunión.

P: Miles y miles de portadas ¿Con cuál se queda?

R: Es muy complicado elegir. Hay un montón, con acontecimientos históricos de primera magnitud y acontecimientos locales que han marcado el devenir de Aragón. Pero me gusta el periódico cuando aparece un día entre semana, normal; me gusta que tenga esa vinculación con lo cotidiano. Aunque esta es una redacción que funciona muy bien en los grandes acontecimientos informativos, a mí me gusta el día a día, ese periódico que cuenta cuestiones que pueden parecer menores pero que crean grandes vínculos con el lector.

P: Usted asegura que Heraldo es “independiente pero no neutral” ¿Qué significa?

R: Significa que nosotros somos un periódico independiente y no respondemos a ninguna voluntad ideológica, pero hay cuestiones ante las que no podemos ser neutrales: el terrorismo, los ataques a la libertad, las injusticias... Cuando se producen desmanes en un sentido u otro, ataques contra los valores y principios constitucionales, ahí el periódico no puede ser neutral.

P: ¿Son compatibles la información y el espectáculo?

R: Se está viendo cada vez más. Una ventaja que tienen los nuevos soportes es que ese ejercicio de compatibilidad se está produciendo y, además, con buenos resultados. Había una frase que nos enseñaron a todos los aspirantes a periodista: “el periodismo trata de informar, formar y entretener”, y el espectáculo es entretenimiento.

Con los nuevos formatos, especialmente en web, se está abriendo un escenario que permite poder ofrecer la información en otro tono. En cualquier caso, los periodistas no podemos renunciar a esa responsabilidad intelectual con los propios lectores.

P: Se habla tanto de la muerte del periodismo en papel que hay gente que se lo está creyendo. ¿Ocurrirá?

R: Creo que no. Es un mantra que se viene repitiendo desde hace muchos años y la verdad es que los periódicos siguen gozando de una buena salud. Primero, en lo que hace referencia a la capacidad de influencia seguimos marcando buena parte de lo que es la actualidad informativa, ahí tenemos un liderazgo claro. Y segundo, podemos tener una crisis de compradores, pero no una crisis de lectores. Diariamente este periódico lo leen 260.000 personas, una auténtica barbaridad. No existe un rechazo del soporte, pero han aparecido en el mercado otros competidores que permiten poner en marcha un criterio de gratuidad que casa mal con lo que es la voluntad del papel, que tiene pagos de distribución e inversión.

P: Hay nuevos públicos y nuevas necesidades...

R: Al final lo que me importa es que prevalezca la marca Heraldo y que se pueda consumir a través del formato digital, en un teléfono móvil, y que nuestro marchamo de calidad exista y sea una evidencia.

P: ¿Han herido de muerte las redes sociales al periodismo veraz?

R: Sufrimos. Pero hoy más que nunca el periodismo tiene futuro. En medio de tanto ruido y entre toda esta borrasca, el periodismo veraz, serio y responsable se impone. Los ciudadanos son francamente inteligentes y quieren escuchar y leer aquello que puede resultar más ecuánime y objetivo. Por eso, aunque resulte contradictorio, éste es un buen momento para el periodismo sensato, y ahí tenemos un hueco los grandes medios de comunicación tradicionales.

P: En esa crisis del periodismo ¿qué parte de responsabilidad tienen los periodistas?

R: Somos escasamente autocríticos, me va costar contestar a esto. Creo que no hemos sabido ver en su momento lo que estaba pasando. No hemos entendido que los lectores nos pedían que redefiniéramos nuestro papel de intermediación, que la sociedad demandaba otras cosas, y de alguna forma las redes sociales son un reflejo de eso, han entrado y han llegado para quedarse diciendo: igual usted no me hace falta, y no hemos sabido establecer autocrítica severa sobre lo que hacíamos mal.

P: La búsqueda de la verdad es la principal premisa del periodismo ¿hay límites en esa búsqueda?

R: Siempre los tiene que haber. Cualquier cosa no vale. No podemos hacer crítica sobre terceros que han tomado atajos si nosotros tomamos esos mismos atajos. Tenemos que ser obstinados en la búsqueda de la verdad, insistentes en nuestra demanda permanente de actuar con criterios periodísticos que hablen de nuestra solvencia. No se es periodista si no se es ético.

P: La prensa debe ejercer de contrapoder, debe auditar a los poderes públicos y económicos ¿Cómo garantizar la imparcialidad con tantos intereses cruzados en la propiedad de los diarios?

R: Al final es importante que el lector sepa quién eres tú, que todos los días cuando lea una noticia sepa quiénes son tus accionistas. Si eso se traslada con normalidad y con objetividad, el lector sabrá exactamente a lo que se está enfrentando.

El ejercicio de la libertad de prensa y de la objetividad se compone de muchos factores. La ventaja que tenemos quienes vivimos en democracia es que podemos acercarnos a un quiosco y encontrar muchos periódicos con los que informarnos. Y ese es el ejercicio de la libertad, el contraste y la pluralidad.

P: Presiones políticas habrá...

R: Siempre ha habido y siempre habrá. Y se capean. Los profesionales sabemos que es una evidencia y convivimos con ella, es absolutamente normal. Otra cosa ya es cuando se superan ciertos límites o barreras que van más allá de la presión natural, pero ese es otro escenario.

P: ¿A quién le gustaría entrevistar alguna vez?

R: Ahí tenemos un problema, porque soy muy poco mitómano, bastante frío para este tipo de cosas. Hay gente que me ha impresionado y seducido mucho, pero en general no tengo mitos. Soy un tipo bastante básico.

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