Movilidad, fondos y derechos de autor, escollos del “brexit” para la cultura

La movilidad de obras de arte y creadores, la continuidad de los fondos europeos para proyectos y la futura legislación en materia de derechos de autor en el Reino Unido son los principales escollos a los que se enfrenta la cultura en la era “postbrexit”, según concluyeron hoy expertos del sector.

En una reunión en el Palacio de Bellas Artes de Bruselas, Bozar, impulsada por el British Council y la Fundación Europea de la Cultura, miembros de instituciones y organizaciones artísticas de distintos Estados miembros, incluido el Reino Unido, analizaron las consecuencias del “brexit” y lanzaron recomendaciones a los negociadores del acuerdo de divorcio.

Artistas y creadores buscan sumar fuerzas a ambos lados del Canal de la Mancha para mitigar las consecuencias del “brexit”, que ya sienten con un frenazo de los intercambios y un “impacto negativo en las organizaciones culturales británicas”, según dijo Giulia Ascoli, representante del teatro Sadler's Wells de Londres, experta en el ámbito legal.

Ascoli incide en la necesidad de crear un fondo para garantizar la continuidad en la cooperación entre la Unión Europea (UE) y el Reino Unido y “suavizar” ese impacto, “que ya está sucediendo”.

Según el organismo público británico Arts Council, el Reino Unido recibe de la UE unos 40 millones de libras (45 millones de euros) al año para proyectos culturales, y unos 1.385 proyectos recibieron al menos 345 millones de libras (385 millones de euros) en fondos europeos entre 2007 y 2016.

Los expertos insisten en que el futuro acuerdo debe garantizar la elegibilidad de artistas y proyectos británicos para estos fondos durante el periodo de transición, para evitar el impacto en los programas en curso.

El consejero delegado de la Association of Independent Music, Paul Pacifico, británico afincado en Valencia, destaca la importancia de transponer la directiva europea de derechos de autor a la legislación británica antes de la salida, establecer unas reglas de competencia claras y asegurar el reconocimiento mutuo de las titulaciones.

Profesor en el campus valenciano de la prestigiosa escuela de música Berklee, dijo a Efe que un aumento de las trabas para la entrada o la residencia de creadores y artistas “puede truncar muchos proyectos exitosos con un gran valor cultural”.

“El año pasado tuvimos alumnos de 28 nacionalidades. Muchos de ellos se quedan en Valencia, porque quieren seguir construyendo proyectos con los contactos que han hecho, las redes que han construido; si tienen que ganar un mínimo para poder quedarse se convierten en víctimas del debate global sobre la inmigración”, argumenta.

Los expertos del sector de la cultura y el arte son en general pesimistas respecto al impacto que podría tener la reducción de la movilidad de personas, bienes y servicios en su trabajo, especialmente en las áreas de la danza y artes visuales, en concreto de cara al movimiento de artistas en las giras.

Por ello, plantean la necesidad de garantizar visados “culturales” o “educativos” que permitan mantener esa relación entre Londres y los Veintisiete.

También advierten de lagunas legales en el ámbito de la movilidad de obras de arte, en cuanto a los préstamos, por ejemplo, de piezas del British Museum o la National Gallery, que colaboran con decenas de grandes museos europeos, y otras grandes instituciones del Reino Unido de cara a exposiciones temporales en otros países de Europa.

“Las consecuencias son a varios niveles. Desde el posible visado para los artistas a aumentos de costes de seguros de obras, lo que supone incrementos de presupuestos, o el hecho de que el Reino Unido ya no estará en las negociaciones de la legislación europea en temas de derechos de autor”, afirma el asesor institucional del Bozar, Frédéric Messeuw.

En sectores como el cine, se plantea qué pasará con los estudios de cine estadounidenses que tienen sus oficinas en el Reino Unido, “y si estas se trasladarán a Dublín o a otras ciudades o mantienen en Londres su buzón con Europa”.

“La caída de la libra es el impacto más concreto que tienen por ahora las galerías del Reino Unido”, señala Messeuw.

El sector cultural es fundamentalmente proeuropeo: se decantó por la permanencia en el referéndum de junio de 2016 de forma casi unánime -en un 96 %- y teme ahora que se produzca un caos en la continuidad de producciones e intercambios.

La directora del Museo del Diseño de Londres, Alice Black, destaca que en un sector “ya dañado por la falta de presupuesto, nuevas trabas burocráticas y administrativas pueden complicar mucho las cosas”.

Por Mònica Faro