Nikolaus Harnoncourt se retira pero deja un legado imborrable

El maestro Nikolaus Harnoncourt deja un legado musical imborrable tras su despedida de los escenarios, pues ha sentado nuevos parámetros en el arte de la interpretación y su Concentus Musicus de Viena continuará con su espíritu pionero.

“No será posible pasar por alto su trabajo en todas estas décadas”, aseguró a Efe hoy en Viena Monika Mertl, biógrafa de Harnoncourt, tras resaltar como una muestra de “grandeza” la forma íntima y personal en la que el director de orquesta austríaco se despidió el sábado pasado de su público.

El artista eligió la víspera de su 86 cumpleaños para poner fin a su carrera y anunció su retirada con el facsímil de una misiva redactada a mano que descubrieron sus admiradores al abrir el programa del concierto del Concentus Musicus en la sala del Musikverein de Viena.

“Mis fuerzas físicas me obligan a cancelar todos mis planes futuros”, dice en la breve misiva.

La forma historicista de interpretar música antigua y barroca y los conocimientos que Harnoncourt ha sacado a la luz “son hoy estándares” en este arte, asegura Mertl, autora de la biografía “Del pensar del corazón. Alice y Nikolaus Harnoncourt”.

La obra permite hacer un seguimiento, no sólo escrito sino también acústico, del desarrollo del innovador intérprete, pero también de su esposa Alice, una compañera clave y excelente violinista.

“Sin el arte y la relación humana de ella sería impensable su enorme labor (de Harnoncourt). Es sin duda una relación simbiótica”, explica la biógrafa, y resalta en especial el papel clave de Alice en la fundación y desarrollo del grupo instrumental Concentus Musicus de Viena.

Ahora, la partida de él es también la de ella.

“Tras más de 60 años de influyente historia de la música, el Concentus Musicus pierde con Alice y Nikolaus Harnoncourt a sus últimos miembros fundadores y su incuestionable espíritu rector”, señala el conjunto musical en un comunicado.

En 1953 Harnoncourt fundó el Concentus Musicus y dio su primer concierto cuatro años más tarde en Viena. Sus actuaciones con instrumentos históricos y unas interpretaciones basadas en el minucioso estudio de las fuentes originales ha sido imitado por innumerables conjuntos posteriores.

Concentus reconoce que “finaliza una época” marcada por el redescubrimiento de la música antigua y que el ensemble deberá reorientarse pero mantendrá el espíritu del maestro.

“Ayer dimos un muy buen concierto sin él, y aunque no estaba, sí estuvo presente”, comentó a Efe el contrabajista estadounidense Andrew Ackerman, tras expresar su tristeza por el alejamiento del maestro con quien ha trabajado durante 35 años en el Concentus.

Antes de partir a España, donde reside, Ackerman dijo esperar que el grupo instrumental continúe “con el mismo espíritu”, como es el deseo de todos sus integrantes.

Con respecto a la salud de Harnoncourt, el contrabajista se limitó a decir que “físicamente no está en condiciones de estar una hora y media en el escenario haciendo su labor”.

También Ackerman se mostró seguro de que el trabajo pionero del director de orquesta es imborrable.

“Hay un antes y un después”, dice Ackerman al referirse a la importante influencia que han tenido las teorías de Harnoncourt y sus interpretaciones de la música antigua y barroca, basadas en el estudio de partituras originales y el uso de instrumentos de época.

Además, Harnoncourt, nacido en Berlín en 1929, es el primero que abordó la grabación de las obras de Bach en su forma primitiva.

El músico pasó su infancia en la ciudad de Graz, capital de el Estado federado de Estiria. Fue violonchelista de la Sinfónica de Viena y profesor de Interpretación en el Mozarteum de Salzburgo.

En el mundo de la ópera su éxito comenzó en Zúrich, y en Amsterdam en la música clásica.

Como director, tanto en el escenario operístico, como en el terreno concertístico, ha trabajado con los principales solistas y orquestas europeas.

Su trabajo discográfico abarca óperas, oratorios y obras sinfónicas de los siglos XVIII y XIX. Además, dirigió dos veces, en 2001 y 2003, a la Filarmónica de Viena en el Concierto de Año Nuevo.

En Austria es considerado el decano de la música antigua y sus interpretaciones y teorías continúan generando divisiones entre sus fervorosos seguidores y quienes las rechazan de forma contundente.

Con su exigencia de usar instrumentos originales y estudiar las partituras históricas revolucionó el arte de la interpretación.

Sus teorías al respecto las publicó en el libro “Musik als Klangrede” (Música como conversación de sonidos) ya en 1982.

Incansablemente buscó comprender y desvelar lo que el compositor realmente quería decir con su obra, y ofreció así interpretaciones innovadoras y sorprendentes.

En ellas fue fiel a su convencimiento de que “la meta no es la belleza del sonido, sino la transmisión de determinadas cualidades de expresión”.