Orna Donath explora los conflictos de las madres arrepentidas

Ser madre y, con el paso del tiempo, considerarlo un error es la dura experiencia que analiza la socióloga Orna Donath en su libro “#madres arrepentidas”, del que habla en una entrevista con Efe.

La investigación partió de su primer estudio sobre la falta de deseo de hombres y mujeres israelíes de ser padres y de una frase que se repetía y que la sociedad lanza sobre aquellas personas que no quieren tener hijos: “Seguro que lo lamentarán”.

Donath explica que, por un lado, la sociedad define con contundencia el arrepentimiento por el hecho de no tener hijos y lo usa políticamente como un arma para amenazar a las mujeres, mientras que, por otro lado, excluye la posibilidad de pensar en el arrepentimiento tras dar a luz.

Para elaborar el estudio, hizo entrevistas en profundidad a veintitrés madres con el objetivo de escuchar sus frases exactas y observar cuándo se les escapaba una lágrima, alzaban la voz, empleaban un tono cínico, se reían o guardaban silencio.

Las entrevistadas, con edades comprendidas entre los 26 y los 73 años, pertenecen a distintas etnias, religiones, tipos de familia y clases sociales y lo único que tienen en común es que consideran que la maternidad ha sido “un error”.

Un grupo no quería tener hijos en un primer momento, pero las presionaron y, a veces, las amenazó su pareja, por lo que llegó un momento en el que tuvieron un hijo para evitar un mal mayor como un divorcio.

Otro grupo de entrevistadas ni siquiera sabían si querían ser madres porque nunca se lo plantearon, sino que simplemente les ocurrió, ya que, según Donath, “nos enseñan desde pequeños que hay una trayectoria natural en la que todo el mundo se casa y después tiene descendencia”.

La autora detalla que otro grupo de mujeres quería tener hijos porque pensaba que su vida mejoraría, pero al analizar su situación en retrospectiva se dio cuenta de que la maternidad empeoró las cosas.

La socióloga subraya que la mayoría de las madres experimentan algún tipo de “ambivalencia” con respecto a los hijos, pero, a pesar de las dificultades, si tuviesen la oportunidad de vivir otra vez, volverían a tener hijos.

Donath distingue la “ambivalencia maternal” del arrepentimiento de las mujeres de su estudio que llegan a la conclusión de que, si les diesen la oportunidad de vivir otra vez, no volverían a tener hijos.

En su opinión, a nivel personal, es importante que las mujeres puedan expresar que se arrepienten de ser madres “sin jugar al escondite con sus propios sentimientos”, lo que puede ser difícil, pero también puede suponer “un gran alivio”.

Este debate, desde su punto de vista, también puede ser relevante para las mujeres que no se arrepienten de tener hijos y con el fin de poner encima de la mesa las otras dificultades de las madres.

A nivel social, Donath destaca la importancia de plantear la discusión sobre la “presión” que se ejerce sobre todas las mujeres para que tengan hijos.

El arrepentimiento es “una señal de alarma que no solo debería instar a las sociedades a ponérselo más fácil a las madres, sino que nos invita a replantear las políticas de reproducción y nuestras ideas sobre la obligación misma de ser madres”, argumenta.

“Si cambian las políticas sociales, las mujeres no dejarán de arrepentirse de ser madres, pero esto ayudaría a reducir el sufrimiento. La situación, tal y como está, es insoportable. Es hora de decir basta ya”, opina.

Reconoce que su libro se considera “peligroso” porque eleva la voz para denunciar que el orden social actual, capitalista, neoliberal y patriarcal, que beneficia a uno de los dos géneros, no funciona.

“No tengo nada ni contra la maternidad, ni contra las madres, ni contra los hijos, ni contra la reproducción”, asegura la socióloga, antes de afirmar: “Quiero que las mujeres tengamos la oportunidad de ser dueñas de nuestras propias vidas y decidir nosotras mismas lo que queremos y necesitamos”.