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“Red Army”: La Guerra Fría sobre la pista de hielo

"Red Army": La Guerra Fría sobre la pista de hielo

EFE

Madrid —

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Sobre la pista de hielo lograron más victorias que cualquier otro equipo de hockey en la Historia, pero lo pagaron caro, con su propia libertad. El documental “Red Army”, de Gabe Polsky, descubre los paralelismos entre el ascenso y caída del CSKA de Moscú y el destino de la Unión Soviética.

La película, estrenada fuera de concurso en el Festival de Cannes y que llega este fin de semana a los cines, descubre las claves del juego de un equipo que llegó a ser imbatible, y también lo que había detrás, en particular la historia de Viacheslav Fetisov, su capitán.

“Es la historia de un hombre patriótico, que creía en su país, en sus amigos, y que finalmente tuvo que rebelarse contra el mismo sistema que lo creó y que propició su ascenso”, señala Polsky en una entrevista con Efe.

Nacido en Estados Unidos en 1979, hijo de emigrantes ucranianos, Polsky creció jugando al hockey. A los 15 años encontró en un cajón un VHS con un partido del equipo soviético, conocido como “Red Army”, y se quedó fascinado.

“Fue como una experiencia religiosa, algo profundo. La forma en que jugaban era toda una revolución creativa, fue como ver a Picasso por primera vez, o como si vivieras en un mundo blanco y negro y de repente llegara el color”, describe.

Según cuenta en su documental, el principal responsable de esa “revolución” fue Anatoli Tarasov, entrenador que brindó 19 títulos al CSKA y condujo a la selección soviética a 9 campeonatos del mundo.

“Fue un verdadero visionario”, dice el director. Un “filósofo” convencido de que la creatividad y el trabajo en equipo eran esenciales, y que enseñó a sus jugadores a imitar los movimientos de un tablero de ajedrez o de los bailarines del Bolshoi.

Pero Tasorov fue despedido en 1972, tras las olimpiadas de invierno. La presión -y la propaganda- del gobierno era cada vez mayor. Cada victoria o cada derrota eran la prueba de que el sistema soviético funcionaba, o no.

El lugar de Tasorov lo ocupó, directamente propulsado por la mano del KGB, Viktor Tikhonov. “Podrías comparar a uno y otro con Marx frente a Stalin”, señala Polsky.

“Tikhonov se corrompió, abusó de su poder. Cogió las herramientas que el Estado le proporcionó, que es mucho poder, y abusó de sus jugadores. Actuó como un dictador y los jugadores sufrieron tremendamente. Fuera de la pista eran infelices, pero sobre el hielo encontraban de alguna manera esa libertad deseada”.

Si alguien vivió todo ese proceso en primera persona, fue Viacheslav Fetisov. Reclutado a los 8 años, se convirtió en el mejor jugador de hockey de la historia de la URSS. Vivió todas las victorias, pero también la fatal derrota, frente a los estadounidenses, en las Olimpiadas de Lake Placid en 1980.

Frente a la cámara de Polsky, Fetisov se revela como un hombre receloso, con un fuerte carácter, inteligente, pero difícil de entrevistar.

“Siempre ha jugado como defensa y ese rasgo forma parte de su personalidad”, explica el realizador. “Como entrevistado, siempre intenta bloquear, es agresivo, pero al mismo tiempo es listo y, cuando penetras en él, es cálido y tiene un gran sentido del humor”, añade.

“De entrada parece rudo, arrogante, como sucede con muchos rusos, pero a medida que cuenta su vida comprendes que las experiencias que le han tocado le han endurecido y han hecho de él un hombre reservado”.

Polsky, que ha contado con dos productores de lujo, Werner Herzog y Jerry Weintraub, insiste en que “Red Army” es mucho más que una película para amantes del hockey y del deporte, aunque al mismo tiempo subraya, sin miedo a exagerar, que no hay nada comparable a ese equipo en toda la historia del deporte.

“Es más que deporte, es una expresión cultural, artística”, dice. “Quizá el juego de la selección española en el Mundial de Suráfrica (2010), cuando ganaron, es lo más cercano con que lo puedo comparar. Aquellos jugadores tenían una visión increíble, diez veces más evolucionados que sus oponentes”.

Por Magdalena Tsanis

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