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La burda censura franquista también se ensañó con la música

Abraxas de Santana (i) y Veneno (d.)

EFE

Madrid —

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La música, al igual que el cine o la literatura, también sufrió la censura franquista que metía sin pudor la tijera a cualquier referencia explícita a sexo, droga o menoscabo de la religión católica.

Así, de una forma burda rayana en el esperpento se tapaban con rotulador desnudos, superponían un molesto pitido para que no se escuchara una determinada frase pecaminosa o impía, se hacía rudimentario fotoshop para camuflar un desnudo, se prohibían canciones o directamente se cambiaban las portadas.

Lo curioso es que estas infamias se hicieron con el consentimiento de muchos de los más grandes artistas en los 60 y 70 como Rolling Stones, Lou Reed, The Who, David Bowie, Queen, Neil Young, Roxy Music y hasta gurús de la modernidad como Andy Warhol, aunque lo más probable es que fueran las casas discográficas las que lo aceptaban con tal de seguir vendiendo en un jugoso mercado como el español.

Otros más íntegros se negaron a que su obra fuera manipulada o mutilada como Jethro Tull con Aqualung (1971) y Thick as A Brick (1972), el primero porque el tema Locomotive Breath aludía supuestamente a un fogoso aliento y el segundo porque se le veían mínimamente las bragas a una mujer sentada.Infamia

La mayor infamia se perpetuó con la gran American Pie (1971), un homenaje convertido ya en himno a los cantantes de Rock And Roll Buddy Holly, Ritchie Valens y Big Bopper, fallecidos en un accidente de avioneta el 3 de febrero de 1959 cuando se trasladaban de un concierto a otro.

 Don McLean les define como “el padre, el hijo y el espíritu santo”. Los censores entendieron en ello poco menos que un sacrilegio y cortaron por lo sano la frase con un nocivo pitido susceptible de ser estudiado por otorrrilaringólogos. Es increíble que United Artists lo permitiera.

La portada de Sticky Fingers (1971), uno de los grandes álbumes de los Rolling Stones, es una foto en primer plano de la cremallera de unos vaqueros que se puede  desabrochar para desvelar púdicamente los calzoncillos blancos inmaculados de Joe Dallesandro, actor fetiche del padre del Pop Art Andy Warhol, diseñador del disco.

En España se cambió por una foto con dos dedos pegajosos (en referencia al título) que salen de una lata rebosante de líquido viscoso parece que de canela. No contentos con ello suprimieron el tema Sister Morphine, aunque tuvieron el detalle de cambiarlo por la estupenda versión en directo de Chuck Berry Let It Rock. Es uno de los discos más buscados por los coleccionistas.

Patraña

Semejante patraña se cometió con Quadrophenia (1973) de los Who. El encarte incluía numerosas fotos para ilustrar la ópera rock compuesta por Pete Townsend.En una de ellas el protagonista Jimmy está dormido en su habitación llena de pósters de mujeres desnudas. Una a una fueron decorosamente vestidas en ropa interior a golpe de rotulador.Igualmente se cargaron la estupenda canción Doctor Jimmy porque Roger Daltrey canta encarnando al doble esquizofrénico personaje que la violará y si ella es virgen será el primero en entrar.

Un disco anterior, Who's Next (1971) y también de muy buena factura, reflejaba a los ingleses después de orinar en una pared y se cambió por la foto de un concierto.

La misma técnica del rotulador se utilizó para el single Bcycle Race/Fat Bottomed Girls (1978) de Queen, cuya foto es una mujer de espaldas montando en bicicleta, obviamente como dice la canción de trasero grande y tapado con una braga rosa, pero es justo decir que la censura vino en este caso de origen de la discográfica EMI cuando España ya era una democracia.

Otros ejemplos de portadas censuradas no sólo en España fueron el Electric Ladyland (1968) de Jimi Hendrix con varias mujeres desnudas posando y que no le gustó ni siquiera al guitarrista de Seattle o la del disco homónimo del supergrupo Bilnd Faith (1969), formado por Eric Clapton, Steve Winwood y Ginger Baker, batería fallecido hace pocos días, con una adolescente desnuda de cintura para arriba.

Cutre fotoshop

La cruzada carpetobetónica contra el decoro se cebó también con los británicos Roxy Music y su álbum Country Life (1974), en cuya portada figuran dos mujeres semidesnudas. La insaciable censura amplió de tal manera la foto, con la consiguiente merma de calidad para quedarse en casi borrosa, que sólo se ve la cara de una de las modelos justo por encima de los pechos.

Heroin es una canción que Lou Reed compuso en 1967 cuando estaba en la Velvet Underground, banda obviamente inédita por estos lares hasta mucho después. El neoyorquino la recreó siete años después en su aclamado Rock 'n' Animal con una inquietante revisión de más de 13 minutos.Como no podía ser de otra manera se omitió en la primera edición española y se rellenó con otros temas de discos anteriores, un flagrante timo para el consumidor con canciones ya disponibles.

The Man Who Sold The World (1971), una de las canciones más emblemáticas de David Bowie, modificó en España su portada porque en la original el 'Duque blanco' yacía en un sofá con apariencia de travestido.La salvaguarda de nuestra historia patria hizo que la canción de Neil Young Cortez The Killer (1975) sobre la conquista de México de Hernán Cortés se simplificara en Cortez, Cortez.Al menos, se conservó íntegro el tema y otra cuestión son las consideraciones éticas que se puedan hacer sobre esa denuncia de un norteamericano (canadiense) donde tampoco se les trató muy bien a los indígenas.

También les metieron goles

El caso más sonrojante y hasta divertido para bochorno de los censores data de 1969 con la canción Je T'aime Moi Non Plus, dueto encandaloso en su momento del transgresor autor francés Serge Gainsbourg y Jane Birkin, en el que la actriz inglesa reproduce sin tapujos un orgasmo. Al parecer, la canción se presentó como instrumental y los inquisidores ni siquiera se molestaron en escucharla.

Un desnudo en toda regla que pasó la criba fue la portada del segundo álbum de Santana, Abraxas (1970). Pintura del artista alemán Mati Klarwein que representa la anunciación con una virgen negra, sólo cubierta en el sexo por la cabeza de una paloma y el ángel femenino también desnudo.Sexo y herejía juntas, una ignominia que pese a ciertas discrepancias iniciales fue admitida, quizás por pura supremacía étnica, ya que en la época sí se difundían documentales en África o en la Amazonia con sus habitantes tal como habían venido al mundo.

España

Conscientes de lo que les podía pasar, en España lo que se impuso en el rock fue la autocensura previa, aunque los Brincos y los Canarios tuvieron algún con problema con fotos y letras.

Los cantautores comprometidos como Paco Ibáñez tuvieron que emigrar, Joan Manuel Serrat fue vetado para cantar en catalán La La La en Eurovisión y otros como Lluîs Llach, María del Mar Bonet, Luis Eduardo Aute, Raimon, Labordeta, entre muchos, sólo pudieron expresarse libremente después de la muerte del dictador.

Veneno, la primera gran formación de flamenco rock con Kiko Veneno y Raimundo Amador, vieron alterada la portada de su primer disco y ya estábamos en 1977. La original era una tableta de hachís con el nombre del grupo marcado. A CBS le pareció mejor suavizarlo con un primer plano, aunque se aprecia claramente que el fondo es 'chocolate'.

Estos son sólo algunos casos de cómo se cercenaba el arte y la creatividad en España hace poco menos de medio siglo.

Para los interesados en conocer más sobre esta inquisición musical del siglo XX recomendamos el libro de Xavier Valiño (Cospeito, Lugo, 1965) Veneno en dosis camufladas: la censura en los discos pop durante el franquismo (editorial Milenio), en el que descubrimos asombrados que entre los más acérrimos censores uno había sido oficial del 'Ejército Rojo'. EFE

 Por Javier Muñoz

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