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Una Ley para acabar con el racismo en la cultura española

Según diferentes estudios, la programación cultural de los centros culturales no acaba de reflejar la diversidad étnico-racial y cultural de España

Peio H. Riaño

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El PSOE ha registrado en la mesa del Congreso de los Diputados una Proposición No de Ley para promover la diversidad cultural y étnico-racial en el ámbito de la cultura, para su debate en la Comisión de Cultura y Deporte. El objetivo de la propuesta es “profundizar en las garantías necesarias para la realización del derecho a la plena participación en la vida cultural de las personas de origen diverso, removiendo los obstáculos que impidan su acceso al sistema cultural y poniendo en marcha las medidas necesarias para fomentar su representatividad”, indica el texto firmado por Manuela Villa, Secretaria de Cultura y Deporte de la Ejecutiva Federal del PSOE.

La Ley implicaría la puesta en marcha de medidas como la promoción del desarrollo de estudios que dieran a conocer la diversidad cultural y étinico-racial en el ámbito de la cultura. Incluir la perspectiva de diversidad cultural en los estudios y estadísticas que se llevan a cabo desde el Ministerio de Cultura y Deporte. Fomentar una programación inclusiva, acompañada por una política de ayudas y de adquisición de obras para los centros gestionados por el Estado. Reclama la propuesta establecer medidas que fomenten en el teatro y el cine la incorporación de personas con otros orígenes culturales, como por ejemplo la promoción de “castings abiertos a todas las razas”.

También quieren que los centros dependientes del Ministerio de Cultura ejecuten medidas específicas de audiencias para ampliar la asistencia a una mayor proporción de personas de origen diverso. Y promover la participación de asociaciones culturales lideradas por personas de origen diverso en esos mismos centros.

El respeto por la diversidad

Como indica la Constitución española en el artículo 9.2, “les corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social”. Además, la Ley integral para la igualdad de trato y la no discriminación, conocida como “Ley Zerolo”, reconoce el derecho a la no discriminación en el ámbito laboral por razones de nacimiento, raza, sexo, religión y opinión. Y la Declaración Universal de la Diversidad Cultural de la UNESCO (2001) indica que “el respeto de la diversidad de las culturas, la tolerancia, el diálogo y la cooperación en un clima de confianza y de entendimiento mutuos, son uno de los mejores garantes de la paz y la seguridad internacionales”.

En España, el número de personas extranjeras es de 5.417.883, un 11,6% de la población total. El número de personas con una cultura y unas tradiciones de orígenes diversos es mayor al tener en cuenta hijos y nietos de migrantes que ya nacieron españoles. “La falta de estudios en torno a la realidad de las personas de orígenes étnico-raciales y culturales diversos hace difícil una aproximación objetiva al problema de su discriminación”, advierten desde el PSOE. Apenas contamos con datos para entender de qué manera funciona el racismo en la distribución del poder político, económico, simbólico y cultural. En sus planes y políticas antirracistas, la Unión Europea reclama este tipo de investigaciones para evaluar la magnitud y la naturaleza de la discriminación racial. Estas informaciones también ayudan a diseñar, supervisar y evaluar las políticas que se ejecuten para erradicar este problema.

Hay informes en los que queda probado el racismo en las instituciones culturales públicas. Por ejemplo, según los responsables de los centros entrevistados por el estudio La diversidad étnico-racial en las instituciones culturales de la Comunidad de Madrid, “la programación cultural de sus centros no refleja la diversidad étnico-racial y cultural de España”. Además, no existen mecanismos para fomentar la mayor presencia de públicos procedentes de horizontes culturales diversos en las instituciones culturales que dirigen.

La plataforma FelipaManuela, en la Comunidad de Madrid, ha analizado una decena de instituciones culturales y concluye que en ellas apenas hay trabajadores de orígenes diversos en los puestos de responsabilidad. Las comunidades étnico-raciales diversas acuden en menor medida a las actividades culturales que programan. Que existe una evidente falta de estadísticas sobre diversidad cultural en el sector cultural y ausencia de la creación cultural realizada por personas de orígenes diversos.

Por último, el estudio “La representación de la inmigración en la ficción serial española contemporánea de prime time” que analiza 723 personajes de 26 series de producción española, concluye que “existe una infrarrepresentación de la inmigración residente en España” en las series de ficción españolas. Los personajes extranjeros no tienen papeles principales y sus roles se asocian a actividades delictivas, policiales o militares. Un puro estereotipo.

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