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Lluís Danés redime en el cine a Enriqueta Martí, “La vampira de Barcelona”

Lluís Danés redime en el cine a Enriqueta Martí, "La vampira de Barcelona"
Sitges (Barcelona) —

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Sitges (Barcelona), 9 oct (EFE).- La película “La vampira de Barcelona”, proyectada este viernes en la sección oficial del Festival de Cine de Sitges, se adentra de la mano del cineasta Lluís Danés en las perversiones de la burguesía catalana y de los poderes fácticos, en un intento de redimir a la supuesta asesina en serie Enriqueta Martí.

En conferencia de prensa, Danés ha confesado que su película “bebe mucho del precine” y, ha reconocido, es “una feliz coincidencia que este año el festival celebre el centenario de 'El gabinete del Doctor Caligari'”.

Otros referentes que Danés tuvo en cuenta fueron “El hombre elefante” de David Lynch, el cine de Fellini, el de Agustí Villaronga y “Vidocq”, que “tienen mucho que ver con que me dedique al cine”.

Esas influencias confesas se baten en una coctelera con otros ingredientes, como el expresionismo que tiñe la Barcelona de 1912 o la mezcla entre cine y teatro, tan habitual en el cine pionero de Georges Méliès, y de ahí que “la escenografía o la puesta en escena se conviertan en un personaje más”.

Ha asegurado Danés que su película “va de vampiros, pero no los que llevan capa negra, sino togas de juez, uniformes de policía o máquinas de escribir, vampiros que no chupan sangre sino vidas”, y en medio de esa trama aparece Enriqueta Martí, que “no quiero decir que fuera una santa, pero tampoco se la puede analizar desde la moral actual”.

El director, que ve paralelismos entre aquellos 'vampiros' de la Barcelona de principios del siglo XX y los actuales que “tienen encarcelados a gente inocente aquí y en todo el mundo”, piensa que Enriqueta Martí fue “una cabeza de turco para tapar a los verdaderos monstruos” y en ello tuvo una parte de culpa la prensa “en un momento en el que nacía el cuarto poder y su poder manipulador”.

“Se hinchó una historia hasta límites grotescos, fue un fake-news enorme y desde entonces se ha acentuado hasta el punto de que todas las ciudades han querido tener su 'Jack el Destripador', porque vendía periódicos”.

Danés y el director de fotografía, Josep Maria Civit, han jugado con tres texturas de color: el cuento clásico, el mito que nos ha llegado aparece en blanco y negro; el rojo se destina a advertir de un peligro; y la película es en color cuando se entra en el burdel, donde hay pederastia, abusos sexuales, trata de menores, y eso se hace para explicar que todos esos actos perversos suceden todavía“.

Más allá del secuestro temporal de una niña de la burguesía, no se puede demostrar que Enriqueta Martí fuera una asesina en serie, ha asegurado Danés, quien, sin tratar de justificar el caso, cree que la construcción del mito tiene que ver con el momento histórico, unos años después de la Semana Trágica que despertó los miedos de la burguesía hacia la clase obrera.

El actor Roger Casamajor, que interpreta al investigador del caso, el periodista Sebastià Comes, ha definido su papel como el de alguien que “arrastra mucho peso en la mochila”, además de moverse en “ambientes de bajos fondos, complicados, con muchos problemas”.

Casamajor piensa que “a pesar de las dificultades, los personajes de esos bajos fondos demuestran que puede surgir el amor, se ayudan si se necesitan, algo que en las clases altas no sucede, porque se mueven solo por intereses”.

Uno de esos personajes es el abogado que interpreta Francesc Orella, quien ha dicho en la presentación: “Interpretar a un prohombre de Barcelona y benefactor de causas culturales en el Liceu, que tiene al mismo tiempo esa vida perversa, requería por mi parte ser fino y sutil, porque ya está bien contado desde la escenografía y la fotografía como para que el espectador vomite por dentro”.

Nora Navas ha confesado que “ha sido un reto darle un poco de justicia a Enriqueta Martí, no a la vampira, que fue un sobrenombre que le pusieron después, sino a una mujer pobre, prostituta y que tenía un herbolario, a la que por esas tres razones le colgaron el sambenito”.

En el proceso de documentación, los guionistas Lluís Arcarazo y María Jaén entrevistaron a mucha gente y a familia directa de Angelita, la sobrina que Enriqueta Martí crío como su propia hija.

Por Jose Oliva

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