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Carpenter y sus bandas sonoras: el terror que no cesa

Luis J. Menéndez

John Carpenter

John Carpenter

Halloween I, II, III, IV y V

Death Waltz / Music As Usual

BANDA SONORA

7/10

Hace unas semanas comentaba en esta misma sección el retorno discográfico de John Carpenter firmando la banda sonora de la nueva versión de Halloween, una película dirigida por David Gordon Green que encuentra las claves para devolver a la saga el esplendor de tiempos pretéritos. Vinculadas obviamente con ese relanzamiento cinematográfico ven ahora la luz en ediciones de vinilo de auténtico lujo las bandas sonoras firmadas por John Carpenter para las cinco primeras entregas de la saga: desde la seminal La noche de Halloween (1978) hasta Halloween 5, la venganza de Michael Myers (1989).

El tema central de Halloween se ha convertido por derecho propio en una de las tonadillas más reconocibles de la cultura popular reciente. En esencia esa melodía, que no esconde sus deudas con el tema central de El Exorcista (los Tubular Bells de Mike Olfields), está compuesta por una combinación obsesiva de cuatro notas al piano y un colchón sintetizado detrás. Tan sencilla como efectiva, esta pieza a la postre ha terminado apareciendo con diferentes variaciones a lo largo de las distintas entregas de Halloween , entregas ya no dirigidas por John Carpenter pero para las que sí firmó la banda sonora de la mano de Alan Howarth.

No nos engañemos, su trabajo compositivo en estos filmes, más allá del genial efectismo de la primera entrega, es limitado. Limitado por el tiempo, limitado por los recursos y también, posiblemente, porque centrado como estaba en esos momentos en sus propias películas –algunas tan ambiciosas como La niebla o La cosa- no le permitía dedicarle más tiempo y no daba para más.

Pero, más allá del valor puramente compositivo de estas cinco bandas sonoras, quién puede negarle el encanto hoy a una inmersión en profundidad en el universo sonoro de Halloween, a un ejercicio de ambientación protoelectrónica capaz de crisparle los nervios al más templado. Las ediciones de Take The Waltz juegan con ese aspecto y también con el puro fetichismo del coleccionista de discos. Cada banda sonora llega en una edición remasterizada y espectacular en lo que a su presentación respecta: carpeta desplegable (gatefolder) con un arte gráfico precioso, vinilo de color (casi todos en color naranja) y notas y textos interiores (en todos menos en La noche de Halloween, precisamente aquella sobre la que más literatura se ha escrito. Curioso).

Mención especial para la edición de Halloween III: Season of the Witch, para la que la gente de Death Waltz ha preparado un formato carpeta-sobre con una portada que se distingue del resto de ediciones por su aspecto comiquero y que incluye una siniestra colección de naipes y una carta con instrucciones para controlar la mente de otras personas. A más de uno las instrucciones en cuestión no le vendrían del todo mal para convertir estas cinco golosinas en el regalo de las navidades 2018.

Bauhaus

The Bela Session EP

Leaving / [PIAS]

GOTH ROCK

7/10

El 26 de enero de 1979 el rock gótico era poco menos que una proyección de futuro, una etiqueta pendiente de encontrar inventor. Si bien es cierto que Siouxsie & The Banshees ya se habían estrenado en formato largo, el resto de bandas que poco después serían vinculados de alguna manera con ese sonido y estética todavía daban sus primeros pasos. Bauhaus -o lo que es lo mismo Peter Murphy, Daniel Ash, David J y Kevin Haskins- habían nacido como banda seis semanas antes, y ese tiempo record fue suficiente para completar cinco canciones que en lo esencial contenían los elementos básicos de su sonido: sofisticación glam, una crudeza que evidentemente les emparentaba con el punk y referentes estéticos que remiten tanto a la literatura romántica como a la cultura trash. Con esos mimbres se dirigieron aquel viernes a los Beck Studios de Wellingborough a registrar las primeras composiciones de Bauhaus.

Entre ellas encontramos una primeriza versión la canción por la que cuatro décadas más tarde muchos todavía reconocen a Bauhaus: un Bela Lugosi’s Dead que años después interpretarían en la inquietante escena de apertura de la película El ansia, con su adorado David Bowie y la divina Catherine Deneuve en el papel de vampiros. Completaron las sesiones un tema hasta hoy inédito llamado Some Faces; una versión de Lagartija Nick (sí, el tema que sirvió para bautizar a la banda granadina de Antonio Arias) que en aquel momento todavía se titulaba Bite My Hip; Harry (que tres años más tarde vería la luz como cara b de Kick in the Eye); y la primera versión de Boys, que igualmente regrabada se convertiría en cara b del single Bela Lugosi’s Dead.

Precisamente hace unos días Peter Murphy acompañado de David J pasó por nuestro país para hacerse un autohomenaje, una reivindicación del legado de Bauhaus que desgraciadamente se sitúa hoy lejos, muy lejos del esplendor de la banda durante los ochenta. El tiempo les ha colocado unos cuantos peldaños por debajo de compañeros de generación como Joy Division, The Cure o los mismos Siouxsie & The Banshees. Su desaforado esteticismo, la corta vida del grupo -entre 1979 y 1983, reuniones al margen- y también su ascendencia sobre miles de bandas góticas intrascendentes o directamente insufribles no ayudó. Con todo y con ello, grabaciones como la presente les señalan como pioneros de la generación afterpunk, además de una banda con un sonido personalísimo.

Dead Combo

Odeon Hotel

Sony

MESTIZAJE

8/10

Ve la luz en España con unos cuantos meses de retraso sobre su lanzamiento en Portugal el nuevo disco de una de las bandas más singulares y reconocidas por crítica y público en el país vecino. No confundir con el proyecto del mismo nombre que hace un tiempo publicó discos en el sello neoyorquino Output, Dead Combo es el vehículo expresivo de Pedro Conçalves y Tó Trips, que a estas alturas cuentan ya con ocho álbumes, alguno como Quando A Alma Não É Pequena (Vol. II) (Dead & Company, 2006) considerados entre los mejores trabajos discográficos en la Historia del rock luso.

Odeon Hotel no hace más darle continuidad a ese universo sonoro patentado por la pareja desde sus primeras grabaciones: rock instrumental de corte cinematográfico, que lo mismo remite a la estética morriconiana, que le lanza guiños al Nick Cave más afectado y explora la inabarcable herencia desde la saudade atlántica. Odeon Hotel cuenta además con un gancho añadido imposible de obviar, como es la improbable colaboración de Mark Lanegan recitando a Fernando Pessoa en I Know Alone.

Es música sugerente, evocadora y poderosa, que realza para nuestra vergüenza la distancia a veces insalvable entre dos países como España y Portugal a los que unen tantísimas cosas...

Jacco Gardner

Jacco Gardner

Somnium

Full Time Hobby/ [PIAS]

PSICODELIA

7/10

La luz que se cuela en la fotografía de portada de Somnium de algún modo conjuga los dos elementos que sirven para dar forma al tercer álbum del multiinstrumentista holandés. Por un lado el cambio de domicilio desde su Holanda natal a Lisboa obviamente por fuerza ha debido de tener una importancia decisiva en su música. Hay algo de esa luz Atlántica, alegre y cristalina en estas doce piezas instrumentales que tienen al órgano como elemento central.

El otro factor que define a Somnium es precisamente ese mundo de los sueños al que apela el título del álbum. Si la música psicodélica, el terreno en el que se ha movido Gardner en discos anteriores, siempre ha tenido en esencia un componente onírico y relacionado con el subconsciente, este trabajo va un paso más allá y se introduce de lleno en ese resbaladizo territorio. Los propios títulos -Punto azul claro, Descenso, Eclipse, Levania... - ayudan a señalarlo y apuntan a las conexiones de este disco con artistas como Broadcast o The Belbury Poly.

Kikí D’Akí

Kikí D’Akí

Breve encuentro

Munster

POP

6/10

Desde los lejanos años en que formó parte de La Chinas, la aproximación de Kikí D’Akí a la música siempre ha tenido algo de caprichosa. Desapareció del panorama musical durante dos décadas, para retornar entre 2003 y 2009 con tres discos de pop preciosista y voz inconfundible para el sello Siesta. Poco habíamos sabido de María José Serrano (su nombre real) desde el último de ellos, irónicamente titulado No mires atrás. Apenas alguna aparición en directo que reforzaba su imagen de artista de culto. Hasta que, casi a traición, un buen día nos encontramos con este Breve encuentro, publicado al mismo tiempo y en el mismo sello que el debut en solitario de su amigo Charlie Mysterio (Los Caramelos) del que aquí versiona Un paseo en bicicleta.

Porque Breve encuentro es un paseo por el imaginario musical de Kikí D’Akí representado por versiones de algunas de sus canciones favoritas de siempre: Tazas de té de Carlos Berlanga, El pintor de Vainica Doble, Dis à ton capitaine de France Gall,… así hasta once. Interpretadas por Kikí con la única ayuda de Sergio López de Haro pulsando las cuerdas de una guitarra eléctrica sin distorsionar, Breve encuentro es precisamente eso, un fugaz reencuentro de la madrileña con sus fans, casi una tarde de café con pastas y los discos de su vida desparramados por el suelo.

Laibach

Laibach

The Sound of Music

Mute / [PIAS]

INDUSTRIAL

8/10

Todavía me pregunto cómo es posible que los eslovenos Laibach llegaran a dar un concierto en Pyongyang en 2015 y consiguieran salir del país sin que sus cabezas pasaran a formar parte de la decoración palaciega de Kim Jong-un. La historia de uno de los más desquiciados troleos político-artísticos que se recuerdan -los curiosos pueden revisar el documental Liberation Day- sigue viva en The Sound of Music.

Si en Sonrisas y lágrimas, la película protagonizada por Julie Andrews y Christopher Plummer, una institutriz intenta superar la férrea disciplina familiar primero y el auge del nazismo después, Laibach plantean aquí desde la portada del disco una irónica analogía, trasladando la situación a la realidad norcoreana.

Especialistas en darle nueva vida y nuevos sentidos también a clásicos del pop y el rock occidental a partir de versiones grandilocuentes y desquiciadas de corte industrial, casi cuatro décadas después de su nacimiento dentro del colectivo NSK, Milan Fras y sus compañeros vuelven a rizar el rizo con esta reinterpretación de la banda sonora firmada por Richard Rodgers, Oscar Hammerstein II.

Coros infantiles, ritmos marciales, la voz de ultratumba de Fras y el contraste que aporta la preciosa interpretación vocal de Mina Špiler, hacen de este trabajo uno de los más singulares, absurdos y (curiosamente) emocionantes firmados por la banda a lo largo de su trayectoria. Y se dice pronto…

Mick Harvey & Christopher Richard Barker

Mick Harvey & Christopher Richard Barker

The Fall and Rise of Edgar Bourchier and the Horrors of War

Mute / [PIAS]

CANCIÓN

7/10

Cuenta la nota de prensa que el escritor británico Christopher Richard Barker se encontraba en medio de un ambicioso trabajo, la traslación de su relato corto Melancholy Haunting of Nicholas Parkes en una novela de 1.500 páginas, cuando se sintió irremediablemente atraído por la obra y la figura de Edgar Bourchier. En teoría Bourchier fue un joven poeta que falleció en 1917 combatiendo en la I Guerra Mundial cuando sólo contaba con 24 años. Su obra poética habría sido descubierta de forma póstuma, convirtiéndose en un musical pocos años después y siendo su figura reivindicada con el paso del tiempo por luminarias como Mick Jagger. En realidad la ausencia de datos a propósito de Bourchier apunta más bien a que su historia no es más que una invención surgida de la fértil imaginación de Richard Barker y Mick Harvey.

El concepto alrededor del disco sirve también de brújula para que Mick Harvey, quien fuera mano derecha de Nick Cave, lleve estas canciones por diferentes territorios. Tras varios años entregado a reinventar el cancionero de Serge Gainsbourg, en las quince canciones que componen este álbum y que supuestamente dibujan la trayectoria vital del joven poeta desde sus recuerdos de infancia en la campiña hasta los horrores del campo de batalla, Harvey se mueve entre el folk de The Poetic Clown, los ambientes cabareteros, la torch song y el rock torturado del tema de cierre, Corpse 564. Más que un repaso biográfico a la vida de Bourchier, bien podría serlo de la trayectoria musical del propio Mick Harvey.

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