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Quién es quién: las nuevas -y no tan nuevas- caras de la cultura municipalista

Ada Colau y Manuela Carmena

Lucía Lijtmaer

Los ayuntamientos de Barcelona y Madrid han protagonizado los cambios más significativos en la última década con la entrada de Ada Colau y Manuela Carmena al frente. Barcelona en Comú y Ahora Madrid han supuesto un revulsivo a la gestión política municipal, no exenta de polémicas y nombramientos, especialmente en lo que respecta a política cultural. Examinamos aquí cómo transcurre su gestión y cuales son sus nuevas caras.

Barcelona, una situación nebulosa pendiente

Ocho meses después del nombramiento de Berta Sureda como comisionada de Cultura, la política cultural de la ciudad condal permanece en lo que algunos medios han denominado “una parálisis involuntaria”. El organigrama municipal en sí no ayuda, y los calendarios tampoco. Pese a que Jaume Asens dirige la recientemente renombrada Tenencia de la Alcaldía de Derechos de la Ciudadanía, Participación, Transparencia y Cultura, es Berta Sureda y el equipo del ICUB (Instituto de Cultura de Barcelona) el que lleva a cabo la gestión de un entramado de departamentos e instituciones del que dependen, a su vez, archivos, festivales y subvenciones.

Berta Sureda ha optado por la promoción interna y la reorganización de departamentos. Dentro del ICUB, el único nuevo perfil incorporado hasta la fecha se ha hecho recientemente con el nombramiento de Oscar Abril Ascaso como director de Sectores Culturales e Innovación, con competencias en la dirección del Consell de la Cultura de Barcelona -que, en palabras de Berta Sureda, se entiende como “ente articulador de las políticas de participación de la ciudadanía”, y no únicamente como órgano consultivo- programas de investigación e innovación, la Virreina, la Barcelona Film Commission o el Festival Grec, entre otros. Abril Ascaso, anterior Director Artístico de Laboral Centro de Arte y Creación Industrial de Gijón (2014-2015), se convierte en uno de los hombres fuertes, asumiendo competencias del anterior departamento de “investigación e innovación” como el Festival Grec, patata caliente del Ayuntamiento en los últimos años, y al que se le pretende dotar de mayor tejido local.

No hay otros nombres nuevos, pero sí continuidad con anteriores legislaturas de otros gobiernos: permanece Carles Sala, un nombre histórico de la Generalitat del tripartito PSC-IC-ERC y de larga trayectoria en el ICUB: gestionó anteriormente Promoción y Difusión de la Música, Acción Cultural y Barcelona Capital. A su cargo han estado platos fuertes como las fiestas de la Mercè, La Virreina Exposicions o el programa de subvenciones, entre muchos otros. Sala ahora se ocupa de Infraestructuras Culturales, Patrimonio y Coordinación, y funciona como engranaje entre el resto de direcciones y gestiona, entre otras instituciones, las fábricas de creación -que incluyen proyectos tan diversos como Hangar, Ateneu Popular 9 Barris o Nau Ivanow-.

Permanecen, a su vez, perfiles de larga trayectoria como Rosa Mach, presente en el ICUB desde hace veinte años, encargada de Cultura de Proximidad -a su cargo está la coordinación de los centros cívicos, las fiestas populares, los años temáticos, las noches de Montjuïc, los festivales literarios y la promoción de la lectura. Tanto Mach como el director de Memoria Histórica del ICUB, Carles Vicente Guitart, también presente desde la larga etapa socialista del Ayuntamiento, tienen el cometido de dar un nuevo empuje a la cultura popular de la ciudad, un cometido difícil, ya que pese a que siempre ha tenido un peso importante en su acepción folclórica y tradicional, ha funcionado como un “agente libre” de claro deje nacionalista.

¿Cómo es posible tan poco cambio en un ayuntamiento del que se percibía tanta renovación? Las fuentes consultadas dentro del gobierno insisten en que habrá cambios pero que no resulta fácil realizarlos: la voluntad de someter a concurso público las plazas de dirección de instituciones y centros de arte -ya se han convocado los de la Virreina y Fabra Coats y se convocarán para el Museo Picasso, Grec, Mercat de les Flors, Born y Museo de las Culturas / Etnológico- se ve acompañada de una dificultad constante para aprobar los presupuestos, ya que el de Colau es un gobierno en minoría. Dentro del Ayuntamiento, una fuente advierte: “En cultura no tienen gente y no la pueden contratar. Ni siquiera a los cargos de confianza”.

Madrid, entre los nombramientos y la polémica

Si algo ha primado en el Ayuntamiento de Madrid hasta la fecha han sido los titulares mediáticos. Tras la fulminante renuncia del concejal Guillermo Zapata, llegaron la polémica con respecto a la cabalgata de Reyes primero, las idas y venidas con la gestión de la ley de Memoria Histórica y el encarcelamiento por parte de la Guardia Civil de los titiriteros acusados de delitos de terrorismo durante las festividades de Carnaval, que han traído de cabeza a la responsable de cultura Celia Mayer.

La más reciente dimisión de Jesús Carrillo como director general de Programas y Actividades Culturales, producto de la polémica gestión del caso de los titiriteros, ha significado el nombramiento de Getsemaní de San Marcos, que resuelve el vacío en el organigrama con un perfil público muy respetado dentro de la creación experimental, ya que hasta ahora dirigía el Teatro Pradillo. La dirección de Programas y Actividades Culturales es uno de los puestos de mayor responsabilidad dentro del área, y se ocupará de la gestión -entre otras- de las actividades culturales al aire libre de la ciudad.

Tras la entrada de San Marcos, el Ayuntamiento adelantó la incorporación de “nuevos perfiles” al equipo dirigido por Mayer, entre los que se prevé el fichaje de Paula Foulkes, para secundar a San Marcos en programación cultural. La que fue mano derecha de Ariel Goldenberg, exdirector del Festival de Otoño a Primavera, ha sido directora adjunta de este festival, y se prevé como un perfil gestor y de internacionalización complementario al de San Marcos.

Quizás el frente abierto más significativo por el momento es Madrid Destino. La empresa municipal que gestiona teatros y centros como el Teatro Circo Price, Medialab Prado, Teatro Fernán Gómez, Centro Centro, Matadero, Centro Cultural Conde Duque, además de las instalaciones deportivas, la organización de grandes eventos y las oficinas de turismo de Madrid se encuentra a cargo de Santiago Eraso desde julio pasado, con incesantes críticas por parte de la oposición. Las tres concejalas de la oposición presentes en el consejo de administración de Madrid Destino han manifestado abiertamente su desacuerdo a la gestión de Eraso y han calificado su trabajo como “poco transparente” y bunkerizado.

Madrid Destino, que tiene la ardua tarea -al menos, hasta nueva orden- de conjugar cultura con reactivación turística, carece, de momento, de un organigrama con nombres y apellidos. Su consejera delegada Ana Varela, mano derecha de Mayer y coordinadora general de Cultura, Deportes y Turismo, ha manifestado en reiteradas ocasiones que el plan integral de Madrid Destino está por llegar. Recientemente, los sindicatos de la empresa han criticado los retrasos en conocer su plan estratégico, que incluye la reestructuración de la compañía.

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