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El Met dejó por fin de pintar de negro a sus Otelos

Aleksandrs Antonenko como 'Otelo' (Kristian Schuller/Metropolitan Opera

elDiarioes Cultura

“Era una tradición que tenía que cambiar”. Así lo expresó Peter Gelb, el manager de la Metropolitan Opera de Nueva York (el Met para los amigos) al portal cultural ArtsBeat. La legendaria opera llevaba 100 años maquillando a sus Otelos con pintura negra. Por primera vez en un siglo y en lo sucesivo, la opera de Nueva York deja que sus tenores blancos sean blancos, aunque encarnen al shakespeariano moro de Venecia, el único protagonista negro de las grandes operas italianas. En este caso, el primero en romper el hielo ha sido el letón Aleksandrs Antonenko.

El caso de la Metropolitan Opera de Nueva York representa la ruptura de una tradición centenaria que otros han tardado menos en descartar. El resto de compañías de teatro mundiales llevan años sin aplicar maquillaje a sus Otelos sin añadirles moreno para cuadrar el papel. “La decisión de no usar más maquillaje se ha tomado durante el proceso de producción de la obra”, explicó la compañía el pasado agosto. Muchas empresas de teatro han dejado de usar tintes o potingues para sus actores por ser demasiado tóxicos o incómodos, pero la gran mayoría lo han hecho por vergüenza torera. La primavera pasada, un cartel publicitario del Met ya indicaba un cambio de tendencia en las preferencias de la ópera: el tenor Aleksandrs Antonenko aparecía en la foto maquillado en color bronce, a diferencia del negro betún de anteriores ediciones.

“Está claro que esa vieja moda no concuerda con los tiempos que corren, en los que un Otelo con la cara pintada pintada de negro no tendría lugar en la producción”, dijo el manager del Met, Peter Gelb. También aseguró que la nueva edición de la opera traerá cambios y que estará enfocada en preguntas acerca de la posición y el poder. Otra fuente de la Metropolitan Opera desveló que la obra tendría lugar a finales del siglo XIX, alejada del contexto original como fue escrita.

En la ópera de Verdi, basada en la obra de Shakespeare de título homónimo y escrita en el siglo XVII, Otelo es un gobernador moro norteafricano que, recién llegado a Chipre después de batallar contra los turcos, es traicionado por Yago, la víbora más venenosa de la obra del bardo. Las patrañas de su falso amigo le harán perder la cabeza por celos hasta el punto de asesinar a su esposa, la virtuosa Desdémona. Lo que tampoco salva al moro de un estereotipo cada vez más peliagudo, por mucho que se arrepienta al final. Quizá por eso, el año pasado la English National Opera de Londres ya presentó una producción “alternativa” de Otelo: en ella, el gobernador lo encarnaba un musulmán reconvertido al cristianismo.

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