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Volver a Siria para rescatar los rostros de la guerra y sus efectos

Fotograma cedido por Gabriel Garroum y Xavi Segura, directores del documental "Això era casa meva" (Esto era mi casa), un reportaje que pretende acercar el conflicto mediante historias personales que no acostumbran a aparecer en los medios de comunicación.

EFE

Londres —

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Narrar los conflictos armados y sus efectos sobre quien los sufre nunca ha sido una tarea fácil. Desde 2011, la guerra en Siria ha copado los titulares de las cabeceras internacionales, en ocasiones, con un análisis geopolítico impersonal que no ha puesto atención sobre los rostros de quienes han visto sus casas y barrios destruidos.

Gabriel Garroum y Xavi Segura, dos amigos catalanes, charlaron con Efe tras la proyección en el British Film Institute de Londres de su documental grabado en Siria, 'Això era casa meva' (Esto era mi casa), un reportaje que pretende acercar el conflicto mediante historias personales que no acostumbran a aparecer en los medios de comunicación.

La idea surgió cuando en el verano de 2018 el realizador audiovisual y director de la cinta, Xavi Segura, decidió acompañar a Garroum, politólogo de padre sirio y madre catalana, en su viaje a Siria para recabar información para su doctorado.

Sin apenas equipo ni presupuesto, Segura, movido por un interés personal, profesional y de amistad animó a Garroum a grabar juntos imágenes, entrevistas y recursos durante su estancia sin idea de que aquello se pudiera convertir en una pieza audiovisual para ser proyectada.

“Quería ver hasta qué punto esta experiencia podía cambiarme la perspectiva de cómo vemos la guerra de Siria y cómo me podía transformar como persona”, aseguró Segura.

Para el realizador audiovisual, el documental sirve como “un pequeño puente de empatía entre dos maneras de ver el mundo y una forma de entrar en el conflicto que es distinta”.

'Això era casa meva' toma como hilo conductor la historia personal de Gabriel y su familia en Siria para acercar al espectador las experiencias de guerra de habitantes de las principales ciudades del país: Damasco, y Alepo, la ciudad natal de su padre.

Más allá del análisis geopolítico, el documental permite descubrir cómo la violencia y la destrucción del espacio transforman la identidad de las personas y cómo los habitantes del país reconstruyen sus vidas tras ocho años de conflicto.

“Cuando tú quieres explicar la nueva Siria de posguerra tienes que hablar con la gente que la ha sufrido si no, ¿qué tipo de política estamos evaluando? Es todo muy impersonal”, señaló Garroum.

Desde el estallido de la guerra, el politólogo decidió centrar todos sus esfuerzos personales, académicos y profesionales en entender y aportar un granito de arena a esta parte de su mundo y aseguró que este proyecto le ha servido para “interiorizar” la forma en que el conflicto le afectó a él y a su familia.

Según datos del mes de marzo del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, más de 370000 personas han perdido la vida durante los ocho años de enfrentamiento y alrededor de 13 millones de personas han tenido que abandonar su hogar a causa de la destrucción y la violencia.

Respecto a la situación actual del país, Garroum señaló: “Siria está ahora a dos velocidades: hay zonas que están en posguerra como Damasco o la ciudad de Alepo, pero hay otras partes que están en un estado de sitio total”.

“Se aventura esta idea de postconflicto, de reconstrucción y de normalización, pero hacen falta muchos pasos para esto. No se va a resolver porque sí, ni a base de bombas”, añadió.

Por otra parte, Garroum reflexionó sobre el análisis del conflicto en los medios: “Hay un problema de profundidad, de textura y de historias reales, una guerra como esta es muy geopolítica y a veces se percibe como un tablero de Risk, es muy impersonal”.

“Al final pierdes sensibilidad, las propias imágenes te pegan una patada y ya ni te interesan, son cosas que están en nuestro imaginario y ya nos hemos inmunizado”, apuntó Segura.

El documental, que se presentó en mayo en Barcelona y en junio en TV3, se proyectó junto a otras cintas en el British Film Institute de Londres en el marco del programa Tales of the Silk Road presentado por la Fundación Bagri.

“Para nosotros presentarlo en Londres es tremendo, empezó como un proyecto muy particular sin ningún tipo de aspiración de hacer un documental y nos damos cuenta de que la gente piensa que faltaba este tipo de narrativa”, concluyó el politólogo.

La jornada, que estuvo moderada por el propio Garroum, terminó con una invitación al público para intercambiar sus impresiones con los protagonistas y directores de los filmes.

Entre los asistentes, una mujer siria de avanzada edad a punto de romper a llorar emocionó con sus palabras al recordar su país. Así el evento también se convirtió en una ocasión para sanar heridas y reflexionar sobre el futuro del país de Oriente Próximo.

Por Laura Sanfélix

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