Compromís conserva intactas las competencias de Cultura en la Generalitat pese a la presión hasta última hora de los socialistas

La posibilidad de que algunas de las áreas de Cultura salieran de la conselleria para pasar a depender de Presidència de la Generalitat Valenciana quedó descartada este jueves, cuando se cerró por fin la negociación de una estructura de direcciones general del segundo Gobierno del Pacto del Botánico que este viernes se aprobará en el pleno del Consell. En esa estructura, la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte de Vicent Marzà conserva todas sus competencias en materia cultural.

Ni siquiera la gestión de patrimonio cultural, que desde el principio de la negociación del segundo Pacto del Botánico se había colocado en la casilla de Presidencia, pasará a ser responsabilidad directa del jefe del Consell, el socialista Ximo Puig.

Los socialistas presionaron hasta última hora para trasladar competencias de cultura a Presidencia, mientras Compromís se resistió a cederlas. De hecho, ese ha sido el pulso que ha prolongado la negociación más allá de lo previsto. En un momento determinado, la pretensión socialista fue colocar en el departamento de Presidencia el área de patrimonio cultural, para vincularla en parte a las competencias de Turismo y gestionar el Ivacor (Instituto Valenciano de Conservación y Restauración) al margen del departamento de Marzà. En otro momento, la pretensión fue llevarse a Presidencia también la política del libro y de bibliotecas y, en otro, gestionar los museos desde el Palau de la Generalitat.

En el último tramo de la negociación, los representantes socialistas reclamaron concretamente la gestión del Institut Valencià d'Art Modern (IVAM), a lo que Compromís se negó y ofreció como alternativa que el Museo de Bellas Artes de Valencia, de titularidad estatal y gestión autonómica, pasara a depender de Presidencia. Finalmente, este jueves, se cerró el acuerdo con todas las competencias de Cultura intactas en la conselleria que dirige Marzà, un departamento cuya secretaría autonómica de Cultura es de Compromís y cuya dirección general corresponderá, como ya ocurrió en el primer Gobierno del Botánico, a los socialistas, en aplicación de la denominada política de mestizaje.

Ha sido el pulso por la gestión cultural el último en cerrarse en una negociación más complicada de lo previsto que cerró hace unos días otro de los frentes abiertos: la adscripción de las dos agencias que dirigirá Unides Podem y el reparto de direcciones generales para el nuevo socio del Consell. Al final, las agencias de Cambio Climático y de Energía, que dirigirá Podemos, se adscriben a la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica y a la de Economía Sostenible, respectivamente, ambas en manos de Compromís. La pretensión inicial de Podemos era vincularlas al departamento de su vicepresidente segundo, Rubén Martínez Dalmau.

Unides Podem-Esquerra Unida tendrá 10 de las 60 direcciones generales de la Generalitat Valenciana. Una de ellas será de coordinación en la vicepresidencia de Dalmau y tres de su Conselleria de Vivienda y Arquitectura Bioclimática; otras tres estarán en la Conselleria de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática, que dirige Rosa Pérez Garijo, de Esquerra Unida, y el resto en Igualdad y Políticas Inclusivas; en Emergencia Climática, y en Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital.