El cambio de prioridades del pacto en València: un reparto de cargos con el programa pendiente
“Primero el qué (el programa), luego el cómo (organigrama) y por último el quién (reparto de competencias)”. Esta fue la fórmula más repetida por los principales responsables tanto de Compromís como del PSPV cuando se iniciaron las negociaciones de ambos partidos para tratar de reeditar un pacto de izquierdas en el Ayuntamiento de València.
Ambas formaciones pretendían transmitir a la ciudadanía la imagen de que se anteponía así la puesta en común de unas líneas programáticas para mejorar la vida de los vecinos y vecinas al reparto de sillones.
Sin embargo, finalmente el orden de los factores no ha sido exactamente así. Desde el primer momento hubo roces y tensiones que nada tenían que ver con un programa de gobierno.
Los más sonados fueron los causados por el intento de instaurar la figura de los coordinadores gerenciales de áreas, rechazado desde el primer momento por el PSPV, así como la exigencia de los socialistas de crear la figura de la vicealcaldía, un cargo que da mayor visibilidad que la tenencia de alcaldía y cuyas competencias no están regladas actualmente que también fue rechazado inicialmente por el propio alcalde Joan Ribó.
Las negociaciones quedaron suspendidas entre acusaciones mutuas de falta de lealtad y de confianza y se reanudaron en secreto, a contrarreloj por la cercanía del pleno de organización que se celebra este miércoles y fuera de los focos mediáticos, como advirtió eldiario.es.
Finalmente, el pasado viernes 12 de julio se anunció el pacto de gobierno con el reparto de competencias y con la creación de dos vicealcaldías, una para la socialista Sandra Gómez y otra para Sergi Campillo, de Compromís.
Pero ni rastro del acuerdo programático para mejorar la vida de los ciudadanos y ciudadanos que, al parecer, se está acabando de cerrar y se podría presentar en los próximos días.
En este sentido, las principales líneas de acción girarán en torno al cambio climático, la cultura, la igualdad, la innovación para transformar el modelo productivo y generar empleo y las mejoras en los barrios. Todo ello, tras el reparto de sillones.
