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THE GUARDIAN

El daño invisible de la guerra: el 75% de los refugiados sirios sufre estrés postraumático

Refugiados sirios caminan con sus pertenencias, en el nuevo campo de refugiados sirios de Zaatari, cerca de la ciudad de Mafraq, Jordani.

Kaamil Ahmed

The Guardian —

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Diez años después del comienzo de la guerra civil en Siria, más de tres cuartos de los refugiados sirios podrían estar sufriendo graves problemas de salud mental. Una ONG británica pide más inversión en servicios de salud mental para los refugiados sirios que viven en diferentes países, tras haber hallado síntomas de trastorno de estrés postraumático casi a nivel generalizado en una encuesta a personas sirias desplazadas de sus hogares.

A los refugiados y a las personas que han sido desplazadas de sus hogares por el conflicto les cuesta encontrar ayuda psicológica, denuncia la organización Syria Relief. La encuesta, realizada a 721 sirios residentes en Líbano, Turquía y en Idlib –una ciudad al noroeste de Siria–, ha concluido que el 84% de ellos han tenido al menos siete de los 15 síntomas claves de estrés postraumático.

“No salgo para nada de casa. Me quedo en la tienda de campaña. A veces, tengo episodios de estrés en los que me dan ganas de romperlo todo y de pegar a mi marido”, dice una mujer en el Líbano, que no ha querido dar su nombre.

La mujer relata que está intentando recuperarse de años de tragedias acumuladas a causa de la guerra, incluida la batalla de Alepo de 2015, la pérdida de un bebé recién nacido por una enfermedad y haber sobrevivido a un intento de violación a manos de un hombre que fingió ofrecerle trabajo. Con el tiempo, fue derivada a un médico que le recetó medicación. Pero dice que es difícil encontrar los medicamentos en el Líbano por la escasez que hay.

Según el informe de Syria Relief, solo el 15% de los refugiados en el Líbano dice tener a su alcance apoyo en salud mental. Entre los desplazados sirios en Idlib, la cifra cae al 1%.

Solo dos de las 393 personas que participaron del sondeo en Idlib no mostraron ningún síntoma relacionado con este trastorno. Idlib es el último bastión rebelde que resiste a las fuerzas del presidente Bashar al-Ásad.

Ibrahim Hanano, miembro del ayuntamiento del pueblo fronterizo Tel al-Karameh, dice que en zonas rurales como esa existe una necesidad desesperante por recibir ayuda. “Hay muchísima gente que necesita este tipo de ayuda. No podemos siquiera llevar la cuenta. Hay personas que realmente son incapaces de recuperarse. Han sufrido un daño psicológico y físico muy grave”, dice. “Lo único que podemos hacer es intentar documentar la situación para que, si llegan las ONG locales, se lo podamos explicar”.

“Me gustaría sentirme igual que el resto de las personas”

Ahmad al-Mousa, de 24 años, fue gravemente herido cuando un explosivo casero impactó contra su casa en Tel al–Karameh en 2014. Dice que los ruidos fuertes, especialmente los de aeronaves sobrevolando, inmediatamente le provocan una sensación de miedo. No ha encontrado ningún tipo de ayuda psicológica.

“No puedo describir cómo me sentiría si pudiera solucionar este tema, si pudiera recuperarme completamente, si pudiera sentirme igual que el resto de las personas”, dice Mousa.

El director de comunicación de Syria Relief, Charles Lawley, autor del informe, dice: “Tenemos mucho éxito consiguiendo ayuda para resolver cuestiones físicas, como la alimentación y la educación. Ese es el daño provocado por la guerra que se puede ver, pero lo que yo quería que se supiera es que existe muchísimo daño que no se ve. Es el trauma mental”.

Diana Rayes, una investigadora residente en Estados Unidos que estudia la salud mental de los desplazados sirios, dice que el sondeo de Syria Relief no fue lo suficientemente grande como para ofrecer conclusiones, pero sí ha demostrado que hay que prestarle más atención al tema. “Sabemos a ciencia cierta que la población ha sufrido traumas y que hay un impacto multigeneracional de estrés postraumático. Sabemos que esto afectará a los niños nacidos durante el conflicto”, dice Rayes, que realiza su doctorado en la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg.

Según Rayes, es importante ocuparse de las cuestiones de salud mental y del trauma, especialmente ahora que muchos sirios sienten que la guerra ha sido olvidada. “No creo que sentirse olvidados mejore las cosas. Creo que este tema estará presente en el futuro de Siria… Es improbable que los sirios puedan regresar a su país si no sienten que han superado el trauma que han sufrido”. Desde 2011, más de 5,6 millones de personas han huido de Siria y 6,6 millones han sido desplazadas dentro del país.

Traducido por Lucía Balducci

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