Claves para reforzar el tejido social más allá de los recortes sobre las ONG
Mientras el Estado “ha desplazado de la agenda” la labor de las ONG, la ciudadanía mantiene su apoyo aunque se vislumbra cierta desconexión entre la sociedad civil y el tercer sector, según se desprende de un informe de la Fundación Alternativas. El documento, además de denunciar los intensos recortes gubernamentales sobre la política de desarrollo, analiza la respuesta de las organizaciones y aporta una serie de claves para reforzarla.
“En 2013 y 2014 ha vuelto a reducirse el presupuesto de cooperación. Los 1.815 millones de euros aprobados en los Presupuestos Generales 2014 son un 22% menos que la cifra de aquellos de 2012”, ha asegurado Kattya Casante coautora del estudio 'El impacto de la crisis sobre el tejido social solidario en España'.
“Se justifican los recortes para facilitar la recuperación económica de España, como si ahorrarse un presupuesto tan bajo como el dedicado a la cooperación -un 0,5% del PIB nacional en su momento más alto- pudiera implicar tal cosa”, ha añadido Erika Rodríguez, coordinadora del panel América Latina en la Fundación Alternativas y otra de las escritoras del documento.
El porcentaje actual destinado a cooperación se sitúa en un 0,17 %, cuando la media europea es de un 0,50 %, según la Coordinadora de ONGD española, que aglutina a la mayoría de las principales organizaciones de este país. Desde 2011, el tijeretazo a los fondos destinados a la Agencia Estatal de Cooperación alcanza ya el 71%.
Ante este panorama, ¿cómo están respondiendo las ONG y qué podrían mejorar? La Fundación Alternativas ha lanzado una serie de recomendaciones.
1. Cambiar la relación entre ONG y socios
El estudio ha identificado cierta desconexión entre las ONG y su base social. El 59% de los ciudadanos españoles no sabe a dónde se destina la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD). En Europa, el dato desciende hasta el 44% si se habla de la sociedad europea. Para las autoras del informe, son cifras “preocupantes”. Por este motivo, proponen “democratizar sus estructuras internas para facilitar la participación de los socios en los espacios de toma de decisiones”. De esta forma, explican, se buscaría cambiar la relación entre ambos.
El socio está habituado a mantener una especie de relación de pasividad con la ONG, según se desprende del estudio. Su base social paga su cuota y, de vez en cuando, recibe información por parte de la organización. El documento propone modificar este modus operandi para “facilitar el intercambio de información y la transparecia”. Por tanto, consideran que se debería impulsar una participación más activa. “El socio tiene que ser demandante de informacion para resolver sus dudas y recibir una legítima rendición de cuentas sobre los resultados obtenidos”.
2. No simplificar el mensaje
El informe indica que las ONG deberían incluir mayores niveles de exigencia a la hora de transmitir y tratar los temas de desarrollo. “Superar el paternalismo con los que a veces se abordan que se quieren compartir con los socios”, expone el texto, que explica que las organizaciones se suelen escudar “en los diferentes niveles de formación” del público objetivo y “las dificultades que estos pudiesen tener”.
“No debemos subestimar a la gente, hay que contar el mensaje que tenemos que transmitir”, ha defendido una de las co-autoras en la presentación del estudio.
3. Apuesta por la Educación para el Desarrollo
Aunque consideran que la responsabilidad proviene del Estado, asumen que las ONG no hacen lo suficiente para fomentar la educación para el desarrollo, un ámbito que, a su juicio, es fundamental para impulsar la incidencia política de las ONG.
Es necesario, aseguran, aumentar el presupuesto interno dedicado a actividades de educación para el desarrollo interno. Según el estudio, “es precisamente en este ámbito donde las ONGD españolas hacen la menor apuesta”.
“El principal paso para reconocer los problemas como una necesidad de todos es sensibilizar a la sociedad sobre esos problemas”, indican. Otra de sus propuestas hace referencia a la creación de alianzas de organizaciones con mismos objetivos.
Para presionar a los estados es necesaria cierta independencia económica. “De ahí la necesidad de comprometer a la sociedad” y de convertirla en una arte más de los proyectos“.
4. Equiparar los niveles de exigencia a empresas y ONG
En este caso, la recomendación esbozada por la Fundación Alternativas va dirigida al Gobierno. Según aseguran, los instrumentos del Gobierno para conseguir fondos son más exigentes que a los que se acogen las empresas. Identifican cierta desigualdad: “Tanto la forma de acceder a los fondos como su justificacion han sido mas duros, complejos y rigurosos y rigurosos.
Piden, además, mayor transparencia en la distribucion de fondos que provienen del IRPF. Es decir, especificar en qué ONG y a qué proyectos acaba el dinero recopilado por marcar la casilla conocida como 'la casilla x'. “Ya que es el único instrumento con el que el ciudadano puede pronunciarse sobre el destino de un aparte de sus impuestos a la cooperación - el 0,7%-, debería ser conocida. Pero acaba siendo una decisión política sujeta a discrecionalidad del gobierno de turno”, denuncian las autoras del informe.
