El Gobierno aprueba el Plan Director de Cooperación con el rechazo de gran parte del sector
El Gobierno ha aprobado este viernes en el Consejo de Ministros el Plan Director de la Cooperación Española 2018-2021, la hoja de ruta que marcará las políticas en esta materia en los próximos cuatro años.
Alfonso Dastis, ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, ha sido el encargado de presentar el plan y detallar sus novedades durante la rueda de prensa en el Palacio de la Moncloa. “Se trata de un plan sintético y ágil, adaptado al escenario creciente de globalización, que incorpora los Objetivos de la Agenda 2030, orientado a la acción y que pretende responder a las inquietudes del sector”, ha afirmado Dastis.
El texto viene marcado por el nuevo escenario en el que se elabora, con cambios relevantes en el mundo de la cooperación a nivel global. La nueva hoja de ruta es un intento de adaptar los programas de cooperación españoles a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), impulsados por la Asamblea General de Naciones Unidas en 2015 para la lucha contra la pobreza y por el desarrollo sostenible, según ha defendido Dastis.
Otra novedad es que el número de países prioritarios pasa de 23 a 21 y añade otros 14 a sus países socios, a los que denomina de “cooperación avanzada”, Estados de renta media como México. “El plan pretende ser flexible y adaptable pretende construir sobre los logros alcanzados”, ha dicho el ministro.
Durante su intervención, Dastis ha reiterado que el plan ha sido sometido a un “debate participativo” con el sector antes de su aprobación este viernes. “Aunque el Ministerio tenía preparado este proyecto, hemos respondido a las peticiones de los múltiples actores y hemos llevado a cabo un proceso muy participativo de debate”, asegura el titular del departamento. “Es el plan más debatido, un plan de todos, para todos, conscientes de que la cooperación debe ser una política de Estado”, sostiene.
“Ya se conoce como el Plan del Gobierno y las empresas”
Sin embargo, varias voces del sector han criticado que el Gobierno de Rajoy ha sacado adelante el texto “en solitario” en las últimas semanas. “La gente lo va conociendo ya como el Plan Director del Gobierno y las empresas, porque los actores sociales no se ven reflejados. Ha dejado un rastro de división y de decepción por la forma en la que se ha tramitado. Es un plan de mirada corta centrado en esta legislatura y le falta altura de miras”, asegura Andrés R. Amayuelas, presidente de la Coordinadora de ONG.
“Ha sido un proceso pobre, seminarios y consultas previas ha habido muchos pero al final, cuando había que hacer aportaciones, los tiempos se han precipitado”, agrega el responsable de esta red que agrupa a más de 400 organizaciones españolas.
Desde que recibieron el primer borrador el pasado diciembre, las ONG y los expertos que se sientan en el Consejo de Cooperación, un órgano compuesto por representantes del sector y del Gobierno, consideran que presenta “graves carencias” como la falta de previsión de cuánto presupuesto se destinará a implementarlo, una medida que reclamaban después de años de recortes en la Cooperación española, con una caída de hasta el 75% de los recursos desde 2008.
“Con unos presupuestos en Cooperación agónicos, llama la atención que se presente un plan así sin detallar el presupuesto. Cuando se presenta un plan de carreteras, se dicen cuántos kilómetros se van a tratar y cuánto va a costar, aquí no lo hay”, critica Amayuelas.
Durante el mes de febrero, varios órganos han realizado dictámenes no vinculantes en el proceso final de elaboración del plan. En ellos, el Gobierno tampoco ha cosechado el apoyo de las comunidades y los municipios que no están gobernados por el Partido Popular -excepto Cataluña- en la Comisión Interterritorial, ni de los partidos de la oposición presentes en el Congreso de los Diputados y en el Senado, que criticaron la “falta de ambición política y visión estratégica” del documento.
