Alcoa llega a un principio de acuerdo con el fondo suizo Parter para venderle sus plantas en A Coruña y Avilés

La multinacional estadounidense del aluminio Alcoa y el fondo suizo Parter Capital han llegado a un principio de acuerdo para la venta de sus plantas en A Coruña y Avilés (Asturias), lo que supondría la suspensión del expediente de regulación de empleo (ERE) dirigido a casi 700 personas, al menos durante los dos próximos años.

Según ha informado Alcoa, el acuerdo entrará en vigor una vez obtenidas las correspondientes aprobaciones internas de ambas partes y haya sido ratificado por las distintas comisiones de los representantes de los trabajadores. Tras esos trámites, la ejecución efectiva de la venta se llevará a cabo una vez que se hayan resuelto todos los posibles asuntos regulatorios.

Alcoa ha alcanzado este preacuerdo dentro del proceso de venta contemplado en el acuerdo del ERE, por el que se abría un período para vender las plantas hasta el 30 de junio, momento a partir del cual se comenzaría a aplicar los despidos y se apagaría definitivamente la serie de electrólisis en ambas plantas.

La compañía ha agradecido al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, a los gobiernos regionales de Galicia y Asturias y a todas las partes involucradas “su apoyo continuo” cuando se acerca la conclusión de este largo proceso.

El Ministerio de Industria ha considerado positivo el preacuerdo porque se cumple el compromiso entre las partes implicadas de encontrar una solución “integral y viable” para el mantenimiento de todos los puestos de trabajo y de las capacidades productivas de las dos plantas.

Además, recuerda Industria, se da cumplimiento al calendario acordado por los integrantes de la mesa de seguimiento (Industria, gobiernos de Galicia y Asturias, Alcoa y comités de empresa), “a expensas de obtener las correspondientes aprobaciones internas de ambas partes y de ser ratificado por los representantes de los trabajadores”.

Alcoa anunció el pasado 17 de octubre el cierre definitivo de esas plantas alegando una “improductividad” ocasionada por problemas estructurales como su “menor capacidad de producción, una tecnología menos eficiente y elevados costes fijos”, unido al elevado precio de las materias primas y al coste de la energía.

A partir del anuncio del ERE, el Gobierno insistió en la necesidad de buscar un inversor que se hiciera cargo de la actividad y de la carga de trabajo en ambas fábricas, lo que, junto con la presión de los comités de empresa y de los gobiernos de Galicia y Asturias, permitió que la compañía retrasase en enero los despidos hasta finales de junio, por medio de la aplicación de un ERTE y con la paralización de las series de electrólisis con el objetivo de reconectarlas si se encontrase un inversor antes de julio.

El coste de esta reconexión, que asumiría la multinacional estadounidense, ascendería hasta los 40 millones de euros, un coste muy inferior a los 200 millones previstos del cierre de las dos plantas y de los planes de prejubilaciones para la plantilla afectada por el ERE, por lo que el ahorro para Alcoa gracias a la búsqueda de un inversor se elevaría a 160 millones.

A eso se suma la previsión de la compañía de incrementar su beneficio neto en una horquilla de entre 70 y 80 millones de dólares anuales (61,4 y 70,2 millones de euros) a partir del tercer trimestre del ejercicio 2019 a raíz de las medidas de reestructuración planteadas en ambas plantas.