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El Gobierno activa la Estrategia Nacional de Autoconsumo para estimar cuánta potencia puede instalarse hasta 2030

Instalación de autoconsumo.

Antonio M. Vélez

El Gobierno ha dado el primer paso para la elaboración de la futura Estrategia Nacional de Autoconsumo que deberá determinar un escenario de penetración hasta 2030 de esta solución energética, a la que España, con grandes condiciones para aprovecharla, llega muy rezagada con respecto a otros países, tras el intento del PP de cobrar el famoso impuesto al sol, derogado en octubre de 2018.

Ese primer paso se ha materializado con el encargo del Ministerio para la Transición Ecológica de un contrato de “asistencia técnica para el análisis del potencial de penetración del autoconsumo por tipo de consumidor (residencial, servicios o terciario, industrial), para fijar unos objetivos indicativos en el periodo 2020-2030”. 

El contrato, licitado a través del Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE), que este jueves iniciará su actividad en la COP25 de Madrid con un evento sobre autoconsumo en el que participará su director general, Joan Groizard, consiste en un estudio para determinar el “potencial de autoconsumo eléctrico con energía solar fotovoltaica en España”.

Su objetivo es estimar “la máxima potencia fotovoltaica para autoconsumo que podrá instalarse en el periodo 2020-2030”, incluyendo “la senda de crecimiento” para ese periodo y analizando “el impacto que la introducción de sistemas de acumulación tendría en el potencial técnico estimado”, según el pliego del contrato, que se ha licitado por procedimiento abierto con un presupuesto de 60.000 euros y cuyo plazo de recepción de ofertas se acaba este jueves.

El borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) que el Gobierno remitió a Bruselas en febrero preveía la aprobación de una Estrategia Nacional para el Autoconsumo con objetivos “ambiciosos pero alcanzables” que deberá analizar el potencial de penetración de esta tecnología por tipo de consumidor y teniendo en cuenta “la necesaria sostenibilidad técnico-económica del sistema eléctrico, permitiendo tanto la adaptación de las redes de distribución como la adaptación de la estructura de la tarifa eléctrica al nuevo escenario de generación”.

El PNIEC pretende ser la hoja de ruta para movilizar las “masivas” inversiones en renovables que deberá afrontar España en la próxima década, como señaló este martes durante su participación en un debate en el Pabellón de España de la COP25 Ismael Aznar, director de Gabinete en la Secretaría de Estado de Medio Ambiente del Ministerio para la Transición Ecológica. “Ahora nadie se está planteando invertir en fuentes de generación que no sean renovables”, indicó en su intervención.

El PNIEC no contiene ninguna estimación sobre la potencia de autoconsumo que podría alcanzar España entre 2021 y 2030, el periodo que cubre el plan. Pero sí lo identifica como una de las tres palancas para lograr que en 2030 las fuentes renovables supongan el 74% de la generación eléctrica (frente al 40% de 2018) y el 42% del consumo total de energía.

“Despliegue masivo” 

El documento destaca el potencial de esta alternativa energética (en particular, el del autoconsumo compartido) como “herramienta para mitigar la pobreza energética” y “como medida de competitividad” para la industria y la agricultura. Y pronostica “un despliegue masivo del autoconsumo renovable, facilitado por la existencia de recurso renovable en la totalidad del territorio nacional”, gracias a “la modularidad de las instalaciones y la reducción de costes, lo que ha conllevado en algunos casos que la autogeneración sea más económica que las tarifas al consumidor final (paridad de red)”. 

Como señala el plan del Gobierno, el autoconsumo “permite acercar la generación al consumo y por tanto reducir pérdidas, incrementar la implicación de los consumidores en la gestión de su energía y reducir el impacto de la producción renovable sobre el territorio. Asimismo, convertir al consumidor en productor supone también un mecanismo para ampliar las posibles fuentes de financiación del desarrollo de renovables”. Ahora es el momento de medir su potencial.

La instalación de nueva potencia de autoconsumo se ha disparado este año tras la derogación del impuesto al sol y la aprobación de un decreto para permitir su despegue. Muchas administraciones públicas españolas están realizando ya inversiones millonarias en esta tecnología, pero diversas trabas administrativas están dificultando la compensación de los excedentes de las plantas conectadas a la red.

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