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La vendimia francesa, el exilio de los agricultores españoles

Temporeros en la vendimia francesa / FITAG UGT

Gema Llamazares

Juan Gutiérrez tenía 16 años la primera vez que acudió a la vendimia francesa con su familia. Tras varias temporadas trabajando en Francia, la mili y el matrimonio con su esposa interrumpieron estos viajes durante un tiempo, pero los retomó al cabo de los años. Natural de Los Corrales, Sevilla, y a sus 55 años, aún sigue apostando por el país vecino para llevar un sueldo extra a casa. Sin embargo, este año no irá a Francia para la vendimia que en unas semanas comienza, la recogida de oliva en su tierra ocupa todo su tiempo. “Antes merecía la pena por el cambio de moneda”, comenta Juan, “ahora con el euro la diferencia de salario es importante pero no tan grande como antes”. “El trato en Francia es bueno aunque depende del patrón que te toque, los hay que te dan alojamiento y también hay algunos que no te proporcionan nada y pretenden que pagues cantidades muy altas por una vivienda para tan poco tiempo”, señala el sevillano mientras recuerda que ha llegado a vivir en cortijos muy lujosos pero también varios años en caravana por los precios de la vivienda allí.

Se prevé que este año 2013 salgan de España 14.700 trabajadores para participar en la vendimia francesa. Esta cifra ha ido aumentado desde 2007, sobre todo en los últimos tres años; pero esta campaña el número se ha estabilizado y acudirá una cifra parecida a la del pasado verano. El aumento del desempleo en Francia ha propiciado que las solicitudes de esta labor hayan aumentado. Al mismo tiempo, en España, con 5.977.500 parados (según la última EPA), se busca cada vez más trabajo fuera de nuestras fronteras.

La familia Gutiérrez no se siente indiferente ante este hecho. Juan ha notado la crisis tanto en España como en Francia: “La demanda de trabajo es muy alta y los puestos cada vez más escasos”. Tanto es así que también ha optado por acudir a Francia a la recogida de otras frutas durante la primavera, como la manzana en Avignon: “Las ofertas de trabajo no se pueden desaprovechar”.

La temporada estival ha hecho bajar el paro registrado en un 1,36% en julio, pero aun así es un 2,43% más que en hace un año. La demanda de empleo en Francia se ha visto incrementada y las plazas para la vendimia 2013 se han cubierto rápidamente.

En unas semanas, la que sí se embarcará en una nueva campaña de trabajo es Josefina, el vigésimo sexto año en el mismo sitio, un pueblo cercano a Orange. La situación de esta almeriense es diferente, ella es la encargada de buscar a los empleados que solicitan el patrón y además acude año tras año como temporera.

El número de mujeres y hombres que acudían a la vendimia francesa estaba equilibrado hasta el año pasado, cuando la economía francesa se frenó. La crisis hace que los patrones y empresarios prefieran la mano de obra masculina para este tipo de trabajos. Y el hecho de que se trate de “sociedades rurales y machistas” como señala el secretario de Política Social e Igualdad de UGT, Jesús Acasuso, incrementa esta discriminación sexista en el campo.

No es el caso del patrón de Josefina, quien les proporciona unas condiciones de vida “excelentes, casi como familia”, señala la vendimiadora: “Llegamos y la casa está en perfecto estado, repleta de comida y nos dan 200 euros para reponer lo que necesitemos; aparte nos añaden 100 euros al sueldo y nos pagan el transporte de ida y vuelta”. “Si estás parado y tienes que irte, te vas”, apunta la temporera almeriense. A sus 51 años, ella, su marido y en muchos casos sus hijos, siguen optando por Francia para llevar a casa ese salario que tanta falta hace, si bien en España nunca han trabajado como vendimiadores.

Cada año más gente solicita este empleo, pero muchas familias llevan años yendo y es complicado encontrar una plaza que no haya sido cubierta ya por algún amigo o familiar de los temporeros con más antigüedad en este oficio.

La mayoría de los vendimiadores proceden de Andalucía (unos 10.600), seguida por la Comunidad Valenciana (1.200 trabajadores), Murcia y Castilla La Mancha (600 temporeros), mientras que otros 1.700 vendimiadores proceden del resto de comunidades. Los destinos a los que se desplazarán los vendimiadores se extienden por todo el país, Perpignan es uno de los más solicitados, cerca del Pirineo francés. En la mayoría de ellos la vendimia comienza a finales de agosto, aunque existen lugares en Francia, como Avignon y Burdeos, donde la recogida se produce más tarde. Los españoles que acuden al país vecino permanecerán allí unos 25 días, pero también habrá muchos que hagan la vendimia más temprana y luego se trasladen a la recogida de las zonas más tardías y permanezcan en el país unos 40 días.

Además, la recogida de otras frutas se ha convertido también en una actividad solicitada, que comienza en abril con la fresa y dura hasta septiembre, cuando se junta con la vendimia. Muchos trabajadores pueden llegar a pasar allí más de cinco meses.

¿Por qué Francia?

El salario recibido por esta actividad supera con creces a lo que cobran los trabajadores del mismo oficio en España, a razón de 9,4 euros/hora en Francia frente a 6,5 euros/hora, casi un 50% más. Aunque el salario dependerá de la categoría profesional en la que hayan sido contratados (cortador, vaciador, porteador, siendo este último el mejor pagado) y del Departamento francés en el que trabajen. Dicho salario se establece a partir de los convenios colectivos, pero nunca podrá ser inferior al salario mínimo interprofesional de crecimiento (SMIC), el cual está fijado desde el 29 de junio en 9,43 euros/hora. La jornada laboral en Francia es de 35 horas a la semana, al superarlas se cobran horas extraordinarias. Hasta las 43 horas se produce una mejora del 25%, y cuando son más, una mejora del 50%.

Otro de los atractivos de la vendimia francesa son las prestaciones familiares que se reciben por cotizar en Francia. Siempre que se tengan dos o más hijos menores de 20 años a su cargo, que no ejerzan ninguna actividad laboral o que reciban una remuneración mensual inferior al 55% del salario mínimo interprofesional, los trabajadores podrán solicitar subsidios familiares que van desde los 127,68 euros/mes.

Además, hay que destacar que en el caso de los contratos en el país vecino, la legislación francesa prevé la exoneración de las cuotas de enfermedad y jubilación del trabajador, lo que supone un incremento salarial del 12,25% sin que se pierdan los derechos de jubilación o Seguridad Social.

La prevención de riesgos laborales como prioridad

Como todos los años, FITAG UGT colabora con la subdirección general de Emigración del Ministerio de Empleo y Seguridad Social. “Es una campaña muy importante para el sindicato que lleva desde hace más de cuarenta años acompañando a los temporeros en su viaje”, señala Antonio Deusa, secretario general del sindicato. Así, colaboran incluso en las gestiones burocráticas que las familias no saben resolver por su cuenta, como el cobro de prestaciones sociales, y hacen las veces de intermediarios con el apoyo de los sindicatos franceses. Una de las labores prioritarias es reducir la siniestralidad laboral, por lo tanto consideran que deben contribuir tanto en la prevención como en la reducción de los accidentes de trabajo y de las enfermedades profesionales en nuestros sectores. Así pues, UGT en colaboración con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, está desarrollando una campaña de asesoramiento en materia de prevención de riesgos laborales en todo el territorio y varios países de Europa.

Está previsto un encuentro en Bailén alrededor del 6 de septiembre, lugar en el que efectúan una parada la mayor parte de los autobuses que posteriormente partirán para Francia.

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