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Enrique Bañuelos y el coche eléctrico: firmas de Guernsey, ayudas públicas y una alianza con Emerson Fittipaldi

El empresario Enrique Bañuelos, en la salida a Bolsa de Astroc en 2006.

Antonio M. Vélez

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Un castillo en Mallorca controlado por sociedades con origen en Guernsey, ayudas públicas luego revocadas, una propuesta para quedarse las instalaciones de Nissan en Barcelona... Son algunas de las piezas del puzle que vincula al empresario Enrique Bañuelos con diversas iniciativas relacionadas con el coche eléctrico. La última, una alianza con el expiloto brasileño de Fórmula 1 Emerson Fittipaldi de una empresa en la que es socio.

El fundador de la extinta Astroc, fugaz ex rey midas del ladrillo español, ha apostado fuerte en los últimos años por la movilidad eléctrica. En 2012 impulsó la Fórmula E de la mano de Alejandro Agag, yerno de José María Aznar, y ahora participa en un consorcio finalista para reconvertir las instalaciones de Nissan que cerrarán a final del año.

Ese consorcio lo lidera QEV Technologies, de la que Bañuelos es accionista a través de un holding dueño del 19,64%, y que acaba de asociarse con Fittipaldi. El mítico expiloto de 74 años presentó hace tiempo su propia marca de superdeportivos, Fittipaldi Motors. El objetivo es relanzar esa idea con motorizaciones eléctricas, con una serie corta de vehículos utilizando la marca que lleva el apellido del bicampeón brasileño. En la nueva sociedad, creada en Luxemburgo en abril de 2020, los Fittipaldi han pasado a controlar el 62,5% y la española QEV, un 25%.

El otro socio (12,5%) es el colombiano de ascendencia croata Frank Kanayet. También accionista de la Fórmula E, Kanayet, que hizo fortuna en Colombia con el petróleo y como distribuidor de Ferrari y Maserati en su país, es socio de Rimac, un fabricante croata de deportivos eléctricos que acaba de aliarse con Porsche y Bugatti, y de QEV, con un 22%.

Entre los administradores de esa sociedad con los Fittipaldi está Miguel Valldecabres, hasta hace un año consejero delegado de QEV, socio de Kanayet y también cofundador de la Fórmula E. Valldecabres es una persona muy cercana a Bañuelos. En 2012 compró al fundador de Astroc su antigua patrimonial, Vallcab Capital SL, que poco después, en 2013, se declaró en concurso de acreedores y en 2019 apareció en la lista de morosos de Hacienda con una deuda de 26.443.275,56 euros.

La alianza con los Fittipaldi se ha cerrado en paralelo a la reciente toma de control por parte de Bañuelos, a través de una firma de Singapur (eFashion Championship PTE Ltd), de un 63% de Inzile, un pequeño fabricante sueco de furgonetas eléctricas que cotiza en la Bolsa de Estocolmo. Inzile ha tomado a cambio el 80% de la holding con la que Bañuelos participa en QEV. Y forma parte del consorcio de más de 35 empresas liderado por QEV que, tras la criba realizada a principios de octubre, figura en la terna de finalistas para reindustrializar las plantas de Nissan ayudas públicas mediante.

1.000 millones

La decisión final de la mesa de reindustrialización creada por el Estado, la Generalitat, sindicatos y Nissan para buscar una alternativa para los 1.600 trabajadores que perderán su empleo a final de año se espera para las próximas semanas.

La opción prioritaria es la china Great Wall Motor (GWM), y una de las dos complementarias es el “Hub de Descarbonización” que lidera QEV. Ofrece “una inversión de 1.000 millones de euros, una producción anual de 100.000 vehículos y la creación de más de 4.000 empleos directos antes de 2025”. El suyo es “el único proyecto nacional y de mayor impacto positivo para el futuro de las plantas de Nissan y el conjunto del país”, asegura.

QEV, explica por teléfono su consejero delegado, Joan Orús, plantea quedarse con las instalaciones de Nissan en Sant Andreu de la Barca, mientras que las de Montcada serían para el fabricante de motos eléctricas Silence (Acciona) y las más grandes, las de la Zona Franca, para GWM. En el caso de QEV, Orús plantea como posibles apoyos públicos acceder a ayudas a la reindustrialización y una participación en el conocido como PERTE del coche eléctrico financiado con fondos europeos, cuyas bases tiene pendiente publicar el Gobierno.

Fundada en 2011 por Orué y el fallecido expiloto Adrián Campos (entonces se llamaba CR Tech), QEV, con unos cien empleados, ha colaborado con marcas como Cupra y trabaja en el relanzamiento de la mítica marca española Hispano Suiza con su modelo Carmen, de más de 1.000 caballos de potencia. Hace un par de años, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) le concedió 19 millones de financiación con cargo al conocido como Plan Juncker para desarrollar soluciones de movilidad eléctrica. Recientemente cerró un acuerdo con Acciona y el piloto Carlos Sainz para competir a partir del próximo año en Extreme E, “el nuevo campeonato sostenible de todoterrenos off-road” organizado por el yerno de Aznar. A principios de octubre, anunció la entrada en su accionariado del fondo Inveready con una inversión de 7,5 millones.

La empresa, según datos del Ministerio de Hacienda, ha recibido más de 5,3 millones en ayudas públicas en España, la mayor parte avales COVID del Instituto de Crédito Oficial (ICO). Bañuelos, explica Orús, no está en el día a día de QEV, si bien es la persona que “inventó” el nombre cuando compró las acciones que hasta entonces tenía Adrián Campos. Por su parte, Miguel Valldecabres “es una persona que nos ayuda con contactos y por la relación que hemos tenido en estos tres años en los que ha sido el CEO”.

Bañuelos canaliza su participación en QEV a través de la mallorquina QEV Tech Holdings, constituida en 2016 como inmobiliaria, y que presidió hasta finales de 2018. En 2019 otra firma de Singapur, Qev Holding Electromobility PTE LTD, se convirtió en su socio único. Es una empresa sin actividad: en 2020 declaró unas pérdidas de 1.025 euros y explicaba que “no dispone de empleados”. Uno de sus administradores es Yago Méndez, ex consejero delegado de Amper cuando el fundador de Astroc era su accionista y director de Empresas de Caixa Galicia cuando su padre, el polémico José Luis Méndez, era director general de esa entidad. La desaparecida caja gallega fue uno de los accionistas de referencia de Astroc y en esa relación el FROB detectó un quebranto de unos 300 millones que derivó a la Fiscalía Anticorrupción

La sede de la matriz de QEV es el impresionante castillo de Bendinat, en Calviá (Mallorca), que Bañuelos compró hace más de una década a la familia de Carlos Delgado, ex alcalde de esa localidad y ex conseller balear de Turismo con el PP. Ubicado en una finca de 851 hectáreas, el castillo tiene 2.762 metros cuadrados de superficie, más las edificaciones anexas. Es un edificio histórico de estilo neogótico construido en el siglo XIX por Pedro Caro, VI Marqués de la Romana. Iba a destinarse a acoger exposiciones de la Fundación Astroc, después a un casino y, desde hace años se ofrece para bodas y eventos. En él ha declarado tener su residencia esporádicamente Bañuelos, que en los últimos años ha vivido a caballo entre Sao Paulo, Londres y esa fortaleza.

Y allí tienen también su sede, entre otras empresas vinculadas a Bañuelos y administradas por Méndez, QEV Iberia, dedicada a las electrolineras y aparentemente inactiva, y la propietaria del castillo según escritura formalizada en enero de 2012, Bendinat Real Estate SL. Esta última, otra inmobiliaria, aparece en los registros del portal de subvenciones de Hacienda como receptora de más de 4 millones de euros en ayudas para instalar puntos de recarga eléctrica en el marco del impuesto sobre estancias turísticas en Baleares.

Las ayudas datan de finales de 2019, pero no llegaron a cobrarse: “Cumplíamos los requisitos para solicitar estas subvenciones, pero incumplimos el plazo”, dice un portavoz de Bañuelos, que señala que “hubo defecto de forma y plazo”. Desde la Consejería de Transición Ecológica indican que en la mayoría de los expedientes, 17, la ayuda “se les ha revocado”, sin precisar los motivos.

Origen offshore

La dueña de Bendinat Real Estate es Bluere Investment Limited, firma de Bañuelos con origen offshore. Con activos de 19,4 millones y unos 2 millones de capital, fue migrada desde Guernsey en septiembre de 2012 por dos firmas de ese paraíso fiscal, Spread Nominees Limited y Cosign Nominees Limited, que el 18 de enero de 2013 traspasaron sus acciones al empresario. Bluere absorbió a finales de 2019 otra firma luxemburguesa, Santaco Investment, creada también en Guernsey en 2009 y migrada a Luxemburgo en diciembre de 2012 por las mismas firmas, que un mes después cedieron sus acciones a Bañuelos. 

Según el portavoz del empresario, “los socios que integran el capital de Bendinat son mercantiles domiciliadas en Luxemburgo desde hace diez años. Desconocemos cualquier vinculación con Guernsey o cualquier otra jurisdicción”. “Ninguna sociedad del grupo Bendinat está domiciliada en paraíso fiscal alguno y, obviamente, cumplimos a rajatabla las obligaciones fiscales”, añade. 

Santaco declaraba en sus últimas cuentas (2018) el 50% de Bendinat Real Estate SLU y en sus primeros años tras mudarse a Luxemburgo era dueña de Veremonte BV, sociedad holandesa con la que Bañuelos canalizaba sus negocios en Brasil o el macroproyecto de casinos BCN World. También se utilizó, como Bluere, para canalizar préstamos millonarios a empresas vinculadas al empresario.

La historia de Bañuelos es conocida: “self made man” de origen humilde, como le definió Forbes, forjó su fortuna urbanizando suelo en la Comunidad Valenciana y llegó a ser considerado por esa publicación la tercera persona más rica de España al calor del calentón de Astroc. Esta salió a Bolsa en 2006 valorada en 775 millones, llegó a valer 9.000 millones y a partir de abril de 2007 cayó en picado anticipando lo que vendría después.

El empresario, al que siempre se ha vinculado a Sagunto aunque nació en Barakaldo (Vizcaya), convenció en 2006 a Amancio Ortega para comprar un 5% de Astroc por 195 millones y en septiembre de ese año, apenas cumplidos los 40 y con la empresa que fundó en la cresta de la ola, montó la famosa macropaella en Central Park para promocionar su fundación en un sarao amenizado por el cantante Francisco al son de El Gato Montés y Suspiros de España, junto a personalidades como el recientemente fallecido Juan Cotino, ex vicepresidente valenciano.

Tras la fulminante caída de su inmobiliaria, montaría diversos negocios en Brasil, invirtió en una minera australiana e ideó BCN World, con el que planteó construir seis parques temáticos en terrenos de La Caixa junto a Port Aventura con una inversión de 4.500 millones. Luego se desvinculó del proyecto, que fue replanteado y cuyas obras se han ido aplazando. Bañuelos va a otro ritmo, ahora a rebufo de Fittipaldi.

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