La portada de mañana
Acceder
El PSOE convierte su Comité Federal en un acto de aclamación a Pedro Sánchez
Las generaciones sin 'colchón' inmobiliario ni ahorros
Opinión - El extraño regreso de unas manos muy sucias. Por Pere Rusiñol

Los focos de discrepancia entre el Gobierno y el INE que han provocado la salida de su presidente

Las discrepancias sobre la medición del PIB y el IPC y la aparición de un posible candidato al puesto han sido los detonantes que han provocado la dimisión precipitada de Juan Rodríguez Poo como presidente del Instituto Nacional de Estadística (INE). El puesto de Rodríguez Poo llevaba meses en entredicho en el Gobierno, debido a las diferentes visiones que se tenían sobre los datos de crecimiento económico e inflación. Aunque solo ha habido dos ministros que públicamente han puesto en duda los datos que ofrecía el organismo estadístico público –José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones; y María Jesús Montero, ministra de Hacienda y Función Pública– era común que en privado el resto del gabinete cuestionara los datos que ofrecía el INE en dos ámbitos con una fuerte carga política como el PIB y el IPC. El PP trata de sacar tajada de la dimisión de un técnico que nombró el Gobierno de Pedro Sánchez.

El INE depende del Ministerio de Asuntos Económicos que dirige Nadia Calviño. Fuentes de este Ministerio aseguran que se ha intentado hacer un “proceso ordenado” dentro de las “reformas impulsadas para reforzar y modernizar el Sistema Estadístico estatal” con la modificación de la Ley de la Función Estadística Pública y la próxima aprobación del nuevo Estatuto para el Instituto Nacional de Estadística. Según Asuntos Económicos, Rodríguez Poo ha sido “el principal impulsor de este proceso de transformación desde su nombramiento en octubre de 2018” y no iba a ser destituido hasta que se aprobara el nuevo Estatuto como culmen de su labor al frente del organismo público. Su dimisión “ha sido una sorpresa”.

Sin embargo, la publicación por parte de El Confidencial de que Israel Arroyo dejaba la secretaría de Estado de Seguridad Social, dependiente del Ministerio que dirige José Luis Escrivá, para ser el nuevo presidente del INE ha sido la gota que ha colmado el vaso y ha acelerado la salida antes de tiempo de Rodríguez Poo del organismo público. elDiario.es ha intentado recabar la versión del hasta ahora presidente del INE que ha declinado hacer declaraciones.

Dentro del Instituto Nacional de Estadística reconocen que viven la salida de su presidente con “incertidumbre y expectativa ante los cambios que se avecinan”. Una empleado del INE que prefiere no ser identificado explica que “siempre hay rumores que un presidente sale cuando hay un cambio de Gobierno. En este caso, cuando se publicó la semana pasada la posible llegada de Israel Arroyo, la gente empezó a pensar que podría ser cierto y que la salida del presidente era inminente”.

Un IPC distorsionado por los precios de la electricidad

Pero, ¿cuáles son los datos que han provocado el cisma? Por un lado, el INE está publicando el Índice de Precios al Consumo (IPC), también conocido como inflación, sin tener en cuenta más del 60% del mercado eléctrico. La electricidad es un elemento con un gran peso a la hora de componer el IPC pero el INE lo calcula solo con las tarifas del mercado regulado, un 35% de los ciudadanos en España, sin tener en cuenta el resto de tarifas del mercado libre, lo cual distorsiona el resultado final.

De hecho, un informe de Caixabank Research, a partir de las facturas de dos millones de ciudadanos a las que tiene acceso, apunta que de incorporar los precios del mercado libre y no sólo los del mercado regulado, 2021 se habría cerrado con una inflación general del 4,7%, en vez del 6,5% que publicó el INE, y un promedio anual del 2,2%, frente al 3,1% oficial.

Para añadir más controversia, Eurostat tiene una metodología de contabilizar los precios de la electricidad diferente al del INE. De esta manera, en 2021 el organismo estadístico europeo, con datos que les proporcionan las compañías eléctricas a través del Ministerio de Transición Ecológica, apuntó que los precios eléctricos se incrementaron un 13,3% mientras que el INE contabilizo una subida del 35,6%, lo que tiene un impacto directo en la formación del IPC general. Según los cálculos del estadístico y economista Francisco Melis, si se hubiera tenido en cuenta la contabilización de Eurostat el IPC general se habría incrementado en 2021 un 2,3% en lugar del 3,1% registrado por el INE, en línea con los cálculos del Caixabank Research.

La renovación de la base de cálculo del IPC se suele hacer cada cinco años, la última que se hizo fue en 2016. Ante las dudas sobre la metodología para calcular la inflación el instituto estadístico anunció un cambio en la base cálculo del IPC a partir de enero de 2022, que incluiría datos las tarifas del mercado libre y del regulado. Pero estamos llegando a julio y el cambio no se ha producido. “Llevamos desde el verano pasado estudiando un cambio de modelo para hacer una nueva medición de los precios del mercado eléctrico. El objetivo era que en enero tuviéramos un cambio de base que no pudimos acabar por falta de información específica”, explica una fuente del INE a elDiario.es.

En teoría, el pasado abril el INE y las compañías eléctricas concretaron cómo se iban a incluir las tarifas del mercado libre para calcular la inflación, pero todavía esta concreción no se ha trasladado al cálculo final de la evolución de los precios. ¿Por qué no se ha implantado todavía? “Siempre hay cambios en el IPC porque entran y salen productos constantemente, ya que los hábitos de los consumidores van cambiando, lo cual no quiere decir que no esté bien calculado. Seguimos trabajando para tener una metodología estadística adecuada”, apuntan desde el INE.

Un PIB bajo pese al empleo y los ingresos fiscales

El otro dato de la discordia es el PIB. Aquí la discrepancia del Gobierno con el INE es aun mayor ya que hay varias fuentes de datos –ingresos fiscales y ciudadanos con empleo– que arrojan dudas sobre la fórmula de contabilización que hace el organismo estadístico del crecimiento económico.

En este sentido, según el INE la economía española creció al 5,1% en 2021, aunque la recaudación fiscal creció un 15,1% sobre 2020 y un 5% sobre el nivel de 2019, según datos de la Agencia Tributaria. En términos de empleo, desde julio de 2021 se superaron los datos de empleo previos a la pandemia, en 2019, con 19,6 millones de personas afiliadas a la Seguridad Social. Desde entonces el empleo ha seguido subiendo hasta alcanzar máximos históricos por encima de los 20 millones de afiliados desde el mes de abril de 2022.

En un artículo publicado en elDiario.es, el economista y estadístico Francisco Melis apunta que con los salarios declarados a Hacienda por los empleadores públicos y privados y con los beneficios declarados por las sociedades y las empresas personales en 2021, el PIB debería crecer un 11,8% a precios corrientes, doblando casi el crecimiento nominal anunciado por el INE.

Una fuente que conoce con profundidad el funcionamiento del INE achaca estas diferencias a los escasos recursos con los que cuenta el organismo público para realizar adecuadamente la Contabilidad Nacional Trimestral, la estadística donde se cuantifica el crecimiento económico del país cada trimestre. “En el INE hay áreas que tendrían que estar mejor dotadas para responder mejor a la demanda. Hay estadísticas con altas complejidades en la elaboración de los agregados macroeconómicos de la contabilidad trimestral que requieren disponer de unos medios de los cuales no parece que el INE esté muy sobrado”, señala esa fuente.

En este sentido, la misma fuente insiste en que “el INE necesitaría disponer de una plantilla mayor en el servicio de Contabilidad Nacional Trimestral. Su dotación parece que estaría más bien en la zona baja en cuanto a disponibilidad de medios respecto a la media europea”.

En la misma línea, un economista que ha pasado por el Consejo Superior de Estadística, un órgano consultivo de los servicios estadísticos del Estado adscrito al Ministerio de Asuntos Económicos, abunda que “el problema es que la plantilla de INE lleve años sin renovarse, prácticamente tienen el mismo personal o menos que hace años. Pero además, tienen pocos alicientes en su carrera y hay muchos estadísticos del INE que se marchan a la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) o a la Agencia Tributaria, donde tienen más medios y mejores condiciones laborales”.

Según el Ministerio de Asuntos Económicos los pasos que se están dando con una reforma legal y un nuevo estatuto para el INE también van a suponer un incremento de plantilla y de medios para que se pueda realizar su trabajo en buenas condiciones.

Sea por falta de personal o por una metodología inadecuada, los choques con el Gobierno han provocado una sacudida con la salida de Rodríguez Poo que la oposición rápidamente trata de aprovechar. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha avisado este martes al Gobierno de que el “cese” del presidente del INE es una “pésima noticia” para la “credibilidad”, “la fiabilidad” y la “reputación” de España, máxime cuando las estadísticas españolas “están bien hechas y con la metodología adecuada”.

Desde el instituto estadístico se espera que venga quien venga como presidente –desde el Ministerio de Asuntos Económicos se insiste en que todavía no hay nadie elegido y que la candidatura de Israel Arroyo es solo un rumor– se rebaje el protagonismo político que se le ha dado al INE, aunque admiten que al ser un organismo público siempre estarán en la picota. Un empleado del INE lo explica así: “En esta ocasión, lo que nos ha extrañado es que normalmente es la oposición la que pone en duda las cifras del INE y ahora ha sido el Gobierno. De todas maneras, presiones hay, ha habido y habrá. No es nada nuevo”.