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ANÁLISIS

Eurostat rebaja la subida de la luz en 2021 a un tercio de lo que calcula el INE

Torres de electricidad de alta tensión.
7 de abril de 2022 23:35 h

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Existen en España dos buenas estadísticas sobre el precio de la electricidad que consumen los hogares: la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) del Instituto Nacional de Estadística (INE), de periodicidad anual, y la estadística armonizada europea que publica Eurostat, con periodicidad semestral y anual. El INE publica además el Índice de Precios de Consumo (IPC) que no informa del precio sino de su variación mensual. Al contrario que la EPF, que representa a todos los hogares, el IPC no incluye el mercado liberalizado según la Nota de Prensa del INE de 31 de enero.

Las principales características de las dos fuentes citadas se resumían en un artículo del 8 de febrero en elDiario.es.

La EPF se basa en los recibos de la luz de los 24.000 hogares de la muestra y para 2020 arroja un precio medio de 0,279 euros/kwh y un consumo anual medio de 2.822 kwh. El gasto anual medio se cifra en 786 euros anuales.

La estadística de Eurostat se basa en los datos de precios que proporcionan las empresas eléctricas al Ministerio de Transición Ecológica (MITECO) y que este transmite a Eurostat. 

La estadística cubre más del 93% de los 28 millones de contratos domésticos, abarca todo tipo de contratos, diferencia cinco bandas o tramos de consumo y detalla tres niveles de precios: excluyendo todos los impuestos, excluyendo solo el IVA y con todos los impuestos.

A efectos de comparación con el IPC o con la EPF, hay que usar el precio final que incluye todos los impuestos y centrar la atención en dos conjuntos de contratos:

  • Los contratos con un consumo anual entre 2.500 y 5.000 kwh ya que esta es la banda que se identifica con el consumidor doméstico típico en los informes semestrales de Eurostat.
  • El conjunto de las tres primeras bandas que abarca los contratos con consumo anual inferior a 5.000 kwh ya que en 2020 el precio medio para este colectivo, con el 64% de consumo doméstico, coincidía con el de la EPF.

Eurostat ha publicado el 5 de abril los datos de España para el segundo semestre de 2021 (con algún retraso respecto al grueso de las países europeos cuyos precios aparecían ya el 2 de abril en la web de Eurostat) y para los consumidores domésticos de la banda 2.500-5.000 kwh el precio medio se cifra en 0,282 €/kwh, con un crecimiento del 22,5% respecto al mismo semestre de 2020. España se mantiene en quinto lugar de los precios altos, por debajo de Dinamarca, Alemania , Bélgica e Irlanda. 

El incremento citado es la mitad del que arroja el IPC de electricidad, cuyo valor medio en el 2º semestre de 2021 superó en un 48,2% al del mismo semestre de 2020. El gráfico adjunto compara la variación del IPC y los precios de Eurostat en los 8 últimos semestres. 



Para los contratos con consumo inferior a 5.000 kwh el crecimiento es solo del 13,2%, un 30% del incremento del IPC de electricidad.

Promediando los datos de los semestres de cada año se obtiene la serie de precios que se muestra en el cuadro. 



El precio con impuestos del consumidor doméstico típico, representado según Eurostat por los consumos anuales entre 2.500 y 5.000 kwh, crece en 2021 un 13,3%. Comparado con el crecimiento del 35,6% que arroja el IPC de electricidad resulta 2,6 veces más bajo.

Para los consumos inferiores a 5.000 kwh el crecimiento se reduce al 6,9% hasta alcanzar los 0,295 €/kwh. Este es el precio que cabe esperar que muestre la EPF de 2021 del INE cuando conozcamos, en junio, sus resultados.

Si el IPC de electricidad hubiera crecido en 2021 el 13,3% que arroja la estadística de Eurostat en lugar del 35,6%, el IPC general habría crecido en 2021 un 2,3% en lugar del 3,1% efectivamente registrado. Puede afirmarse, por tanto, que la exclusión del mercado liberalizado en el IPC de la electricidad ha elevado en 8 décimas, o en un 34%, la inflación en España.

Otro aspecto de interés es el grado en que las medidas de abaratamiento de la luz han cumplido los objetivos del Gobierno. Al presentar las medidas contenidas en el RDL 17/2021 de 14 de septiembre, la nota de prensa del Gobierno planteaba como objetivo del plan de choque “mantener la factura final de la electricidad de los consumidores este 2021 en el mismo nivel que 2018”.

El cuadro anterior contiene los datos necesarios para establecer el grado de cumplimiento. Para los hogares con consumo anual inferior a 1.000 kwh, el objetivo se ha cumplido sobradamente pero para el consumidor típico de Eurostat, con consumo anual entre 2.500 y 5.000 kwh el incremento en el trienio asciende al 5,7% superando el incremento del IPC sin energía (2,9%) en el mismo periodo.

Para los consumidores con consumo anual inferior a 5.000 kwh, el crecimiento entre 2018 y 2021 se cifra en un 3,3%, solo 4 décimas por encima del IPC sin energía.

La estadística de Eurostat no detalla los precios por tipo de contrato (bono social, mercado regulado y mercado libre) así que debemos solicitar al INE que en la EPF de 2021 que publicará en el mes de junio incluya un módulo específico para mostrar la distribución del precio por tipos de contrato y tramos de consumo. Además, dada la permanencia en la muestra de dos años de los hogares, la EPF también puede proporcionar buenas medidas de la variación anual del precio. 

Finalmente, debe destacarse que la estadística de Eurostat tiene especial interés para estudiar el impacto de las medidas adoptadas en 2021 para abaratar la factura de la luz. Tanto las que entran en vigor el 1 de junio con el Real Decreto 148/2021, relativas a los peajes, fijados por la CNMC, y a los cargos, fijados por el MITECO, como las medidas fiscales adoptadas en junio con el RDL 12/21 y en septiembre con el RDL 17/21.

La diferencia entre el precio final y el precio antes de impuestos aproxima la carga fiscal que soporta el consumidor y la estadística de Eurostat permite estudiar la variación anual de esta carga por tramos de consumo. En particular, para la banda entre 2.500 y 5.000 kwh, el precio antes de impuestos crece un 32,6% en 2021 y la carga fiscal se reduce en un 9,3%.

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